Instituciones Penitenciarias dispersa discretamente por España a destacados presos de ETA y explica la maniobra aludiendo al ‘overbooking’ de Madrid

Los reclusos más destacados de la banda terrorista ETA y su entorno han sido enviados en las últimas semanas a diferentes centros penitenciarios de toda España. Los familiares de los presos han montado en cólera e Instituciones Penitenciarias explica la maniobra aludiendo al colapso provocado por la Audiencia Nacional.

Algunos de los reclusos afectados son los siguientes: Igor Portu, uno de los presuntos miembros del ‘comando Elurra’ de ETA que atentó contra la T-4 de Barajas; Gorza Lupiañez, detenido en diciembre como presunto integrante del ‘comando Vizcaya’; los miembros de la ilegalizada Batasuna Joseba Permach, Pernando Barrena, Joseba Álvarez, Mariaje Fullaondo o Juan Jose Petrikorena. En total, la lista completa de desplazados asciende a casi un centenar.

Los familiares de presos etarras, agrupados en el colectivo Etxerat, han hecho público su malestar y han iniciado una campaña para que el Gobierno haga volver a los reclusos a los centros de internamiento del País Vasco y Navarra.

Un portavoz de Instituciones Penitenciarias ha explicado a ECD aludiendo a que, a finales de 2007 y principios de este 2008, en la Audiencia Nacional se sucedieron varios procesos judiciales de cierta relevancia (lectura de la sentencia del 11-M, el fallo del juicio de la llamada ‘operación Nova’, el caso Ekin, o el que afectó a varios integrantes de la Mesa Nacional de Batasuna) que requerían que los procesados estuvieran alojados en prisiones madrileñas. Por eso se les trajo a centros de la Comunidad de Madrid.

Durante algunas semanas, explican estas fuentes, los centros penitenciarios madrileños vivieron una auténtica situación de ‘overbooking’, aunque, aclaran, nunca se llegó a poner en peligro la seguridad. Los procesados por delitos relacionados con el terrorismo (tanto etarra como islamista) o el narcotráfico, los detenidos en Barajas o los inmigrantes ilegales deben ser alojados en prisiones madrileñas. Esto provoca la saturación mencionada.

Ahora, una vez que los presos han dejado de ser preventivos, se han celebrado los juicios o se han leído las sentencias, los reclusos no deben acudir ya a las dependencias de la Audiencia Nacional y pueden ser enviados fuera de la capital. Los centros penitenciarios madrileños han vuelto a la normalidad y ya no viven esa situación de “sobrecarga” que se dio hace algunas semanas.

En estos momentos, Instituciones Penitenciarias está construyendo una nueva prisión en Madrid, en el término municipal de Estremera, que se sumará a las ya existentes en Alcalá-Meco, Valdemoro, Aranjuez, Navalcarnero y Soto del Real.

 

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