Juan José Ibarretxe habló en Madrid como si fuera un “jefe de Estado” y con más periodistas que en la investidura

Juan José Ibarretxe se expresó ayer en el Pleno del Congreso en tono casi de “jefe de Estado”, dirigiéndose a España desde una Euskadi en el mismo nivel, y tratando al Congreso de los Diputados en pie de igualdad con el Parlamento Vasco. Y con una expectación mediática como hacía mucho tiempo no se contemplaba en la Cámara Baja.

Juan José Ibarretxe se expresó ayer en el Pleno del Congreso en tono casi de “jefe de Estado”, dirigiéndose a España desde una Euskadi en el mismo nivel, y tratando al Congreso de los Diputados en pie de igualdad con el Parlamento Vasco. Y con una expectación mediática como hacía mucho tiempo no se contemplaba en la Cámara Baja. Según analistas presentes en la sesión, viendo y escuchando al presidente vasco, y si alguien no conociera detalles sobre quién es, se tendría la impresión de que estaba en uso de la palabra el máximo representante de un Estado soberano. La cobertura informativa de la presencia del “lehendakari” ha sido espectacular, no solamente al nivel de las grandes ocasiones, sino incluso superando lo ocurrido en un momento tan decisivo como fue la investidura de Rodríguez Zapatero como Presidente del Gobierno. Ibarretxe pronunció un discurso muy bien pensado para su propio mercado electoral, con mensajes contradictorios como afirmar que el Plan es una propuesta amistosa y de convivencia, para añadir que será aprobado cualquier que sea la decisión que se vote en el Congreso. “Ustedes no son quiénes para decidir nada sobre el destino y futuro de los vascos”, vino a decir el “lehendakari” ante los diputados. La comparecencia le proporcionará un empujón electoral decisivo con vistas a las próximas elecciones autonómicas. La acusación de que en Madrid no han querido negociar, o frases como “¿de qué tienen miedo ustedes?”, o el canto a la situación social y económica en el País Vasco y a la madurez de sus ciudadanos, fueron mensajes bien dirigidos hacia su electorado. En las tribunas de invitados, como una ocasión solemne, el “todo” Partido Nacionalista Vasco, con Josu Jon Imaz al frente, con Egíbar, con Ardanza, cargos vascos, diputados regionales... Rodríguez Zapatero tuvo una intervención en su línea, nada rotunda, ni en el fondo ni en la forma, y ofreciendo al Gobierno Vasco “el máximo autogobierno” posible, con tal de que abandone el Plan y comience de cero las negociaciones y los trámites para reformar el actual Estatuto. Mariano Rajoy pronunció un discurso bien trabado, claro y contundente, con argumentos de fondo, demostrando que en el PP las ideas sobre el tema vasco y el Plan Ibarretxe son muy claras. El balance final del Pleno es que las cosas siguen casi igual que estaban. Si alguien pensó que el Plan Ibarretxe terminaría el 1 de febrero, no ha ocurrido así. Todo sigue abierto, pero de paso se ha proporcionado a Ibarretxe una gran oportunidad de protagonismo político y de liderazgo.

 

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