El nombramiento de Luis Planas como embajador ante la Unión Europea causa perplejidad en Exteriores: es un puesto reservado a diplomáticos de carrera y no para un político

Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes diplomáticas, el propio hecho de que Bastarreche haya permanecido ocho años en Bruselas –plazo temporal excepcionalmente prolongado para un embajador-, subraya no ya la importancia del puesto, sino su perfil netamente diplomático. Las fuentes consultadas por este diario subrayan cómo, a las instituciones europeas, los países miembros siempre mandan diplomáticos de carrera, por lo que el nombramiento de Planas, un político, ha causado honda extrañeza, además del consabido malestar en Exteriores por lo habitual del nombramiento de políticos en destinos relevantes, en detrimento del cuerpo funcionarial del Ministerio.

Ocurre que el puesto de representante permanente ante la Unión Europea es, según relatan fuentes de Exteriores a este confidencial, uno de los puestos más “diplomáticos” que existen. Y lo es, ante todo, por la complejidad técnica y jurídica de los asuntos a tratar, ante todo, lo que afecta a la integración de los ordenamientos jurídicos nacional y comunitario.

Asimismo, el hecho de que sea un destino eminentemente diplomático redunda en que un embajador político causa sorpresa en los encuentros con embajadores y diplomáticos de otros países, dificultando un tanto su relación. La complejidad técnica y jurídica del nuevo puesto de Planas implica también la necesidad de un criterio muy seguro a la hora de elegir grupos de asesores para los distintos ámbitos de su actuación diplomática. Cabe recordar que la experiencia previa de Planas en Bruselas –eurodiputado y jefe de gabinete- era también más política que diplomática. En Exteriores ha llamado la atención que, en un momento en que España no está luchando por cuotas de poder, se envíe a un político.

Por otra parte, Planas, en Bruselas, tendrá un papel a la fuerza mucho más activo que en Rabat, donde las órdenes ministeriales insistían ante todo en contemporizar con el régimen de Mohamed VI. De hecho, Planas, que se ha ganado la confianza de Moratinos, ni siquiera despachaba con el ministro con gran frecuencia, si bien, en los últimos tiempos, las relaciones han sido más tensas a causa de incidentes como el habido con el sobrevuelo de un helicóptero español por encima de un yate en la costa mediterránea marroquí, en el que descansaba el rey alauita. Como fuere, ahora Planas tendrá que despachar casi a diario con el ministro.