La Moncloa empieza a plantear que se ha equivocado con el nombramiento de Salgado: la vicepresidenta económica “no comunica”, no transmite solvencia ni da seguridad
Hay preocupación en la cúpula del Gobierno por el escaso impulso político que ha logrado la última remodelación ministerial, y sobre todo el cambio en la dirección de la economía con el ascenso de Elena Salgado a la vicepresidencia segunda. Y ha surgido ya la pregunta de si no habrá sido una equivocación ese nombramiento.
Cuando apenas ha pasado un mes desde la crisis ministerial, en la que uno de los puntos fuertes fue la sustitución de Pedro Solbes, el balance que se realiza en La Moncloa es que la nueva máxima responsable de la economía, Elena Salgado, “no comunica”. Su presencia y su mensaje “no están llegando”, no cala.
El análisis en el entorno presidencial es que la nueva vicepresidenta sale poco a la palestra, y cuando lo hace no provoca ningún resultado, porque, en conclusión, no transmite solvencia, confianza y seguridad. De ahí la interrogante, y la inquietud, de si no habrá sido un error su designación.
Por si fuera poco, Salgado muestra desconocer la terminología económica básica, se expresa de forma incorrecta, impropia de alguien que, según su currículum, ha cursado la carrera de Económicas. Algunos expertos comentan que, si de verdad hizo esos estudios, “se le ha olvidado todo”.
