El PP cierra filas con Rajoy frente a Aguirre. La presidenta se ha equivocado pero también Gallardón: las declaraciones de Cobo han sentado “como un tiro” en Génova

El escándalo de las declaraciones de Manuel Cobo, calificando de “vomitivo” el trato dado a Rato por las huestes de Esperanza Aguirre, ha provocado, de rebote, un nuevo cierre de filas de los principales dirigentes del PP en torno a Rajoy. La presidenta madrileña se está equivocando, pero también se ha equivocado Ruiz Gallardón.

Dentro del Partido Popular, y singularmente entre los principales ‘barones’, el pulso que está manteniendo Esperanza Aguirre por la presidencia de Caja Madrid, desoyendo la voluntad de la dirección nacional (de Mariano Rajoy), ha sido percibido como un nuevo desafío de la dirigente madrileña, como el que protagonizó en vísperas del congreso nacional de Valencia.

Tal situación ha provocado que algunos de los más importantes dirigentes regionales, como es el caso de Javier Arenas o de Antonio Basagoiti, hayan salido a la palestra para posicionarse abiertamente frente las intenciones de Aguirre. Basagoiti proclamó ayer: “Tenemos que ayudar a Rajoy, es una guerra de poder”. Se entiende, guerra de Esperanza Aguirre contra el presidente del partido. Y la pugna sigue viva, porque con ella se han movilizado un grupo de alcaldes madrileños.

Al mismo tiempo, y como parte de la batalla por Caja Madrid, la maniobra de Alberto Ruiz Gallardón contra su rival madrileña, lanzando a Manuel Cobo por delante, se percibe en la cúpula del PP como un grave error del alcalde, según fuentes del Partido Popular consultadas por El Confidencial Digital. En síntesis, éste es el análisis en ámbitos de la dirección nacional del PP:

-- “Las declaraciones de Manuel Cobo no son afortunadas. No han gustado nada en la dirección. El tenor no es admisible en la vida de un partido. Un partido tiene reglas. Han sentado como un tiro. En fin, no ayudan nada”.

-- La posición de la dirección la dejó clara María Dolores de Cospedal, que se desmarcó de las palabras de Cobo diciendo que no eran el sitio ni el ámbito. Y habló de las virtudes de cualquier persona que está en política: prudencia, lealtad, disciplina y anteponer los interés generales (del partido) a los particulares. Son las acusaciones que se hacen a Manuel Cobo.

-- Por si fuera poco, Ruiz Gallardón (que no ha sido ajeno a la iniciativa del vicealcalde y ha declarado que apoya en todo sus palabras) está sentado en la dirección del partido.

-- La denuncia contra Cobo la estudiará el Comité Nacional de Derechos y Garantías, que es el que decidirá. El asunto se abordará por la vía objetiva. De todas formas, el partido no suele informar de las reuniones del comité que preside Mañueco: ni de cuándo se reúne, ni de qué trata y decide.

Además, una de las cuestiones relevantes es cuál será la reacción de Alberto Ruiz Gallardón, si finalmente, como parece probable, el Comité de Derechos y Garantías sanciona a su número dos, puesto que el alcalde se ha solidarizado totalmente con Manuel Cobo. Fuentes próximas a Gallardón, consultadas por El Confidencial Digital, preguntadas por cuál será la actitud del alcalde, han respondido: “Depende de qué sanción se aplique a Cobo”.

Rato se está quemando

 

La cuestión de fondo es si finalmente la dirección nacional del PP logra imponer su criterio respecto al nombramiento de presidente de Caja Madrid, y pone coto a la intención de Esperanza Aguirre de ubicar en ese cargo a Ignacio González.

Las fuentes de Génova consultadas dan por sentado que la opción de González no es aceptable, porque introduce elementos de politización en la caja madrileña.

Los interlocutores habituales del PP argumentan que, sobre Caja Madrid, la dirección nacional “tiene una posición política, no un candidato. Tiene un discurso: buscar a los mejores para ese cargo y huir de la política”.

¿Y cuál es el problema de poner un ‘político’ en Caja Madrid? Responden que, por ejemplo, la posibilidad de que conceda créditos ruinosos sólo por intereses políticos inmediatos y locales, poniendo en riesgo la solvencia de la entidad, como ya se ha visto en casos concretos (no se citó a Caja Castilla La Mancha pero estaba sobreentendido)

A la objeción de que Rodrigo Rato “es” un político, en Génova responden que es un político que está fuera de la batalla política desde hace seis años. “El se encuentra por encima de la batalla diaria”.

Por tanto, si llega a la presidencia de Caja Madrid, Rato no estará al servicio de la política local inmediata. “No hay peligro de que apruebe la construcción de un polideportivo en un pequeño pueblo sólo por intereses políticos o personales”, concluyen.

A la pregunta de si el ex vicepresidente económico está dispuesto a asumir ese cargo, la respuesta es: “Si no quisiera, ya lo habría dicho”.

Según el análisis que se escucha en el PP, el problema de la polémica por Caja Madrid y de la resistencia de Esperanza Aguirre es que han puesto a Rodrigo Rato en primer plano de debate. Se ve discutido, y eso, según reconocen las fuentes consultadas por ECD, “le está quemando”. Tanto, que al final `podría ocurrir que tirara la toalla. Que es lo que –añaden- parece estar intentando la gente de Esperanza Aguirre.

Video del día

6 de cada 10 de los que van en bici o en
patinete en ciudad no llevan casco
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato