Radiografía del CNI: “la Casa” vuelve a las fuentes humanas y relega a un segundo plano la preservación de la soberanía y el territorio

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) “ha pasado por etapas de incertidumbre” a raíz de los atentados terroristas del 11-S y el 11-M. ECD presenta una síntesis sobre las principales líneas maestras que sigue ahora de este organismo en el proceso de adaptación de “la Casa” a los nuevos tiempos.

Los servicios de información españoles están inmersos en un complejo proceso de cambio. La primera medida sobre la que trabajan sus mandos es una vuelta a la obtención de datos a través de los métodos tradicionales. Se apuesta por dar una mayor relevancia al trabajo humano frente al predominio de la tecnología que se había impuesto en los últimos años. Además, el nuevo concepto de Seguridad quiere relegar a un segundo plano la preservación de la soberanía y el territorio.   El Confidencial Digital ofrece a continuación una síntesis de las principales líneas de trabajo que el CNI está poniendo en marcha en estos momentos:   - Los atentados del 11-S en Nueva York y del 11-M en Madrid hicieron atravesar al Centro períodos de incertidumbre sobre la dirección a tomar. Estas masacres indiscriminadas provocan el cambio en el concepto de seguridad, haciéndolo más amplio. La amenaza ya no queda circunscrita al peligro de un agente exterior sobre la soberanía o las fronteras sino que se considera enemigo potencial a todo aquel elemento que amenace el bienestar social del país e, incluso, su desarrollo sostenible: su acceso a las fuentes naturales de creación de riqueza.   - El Centro Nacional de Inteligencia reconoce la necesidad de mejorar la capacidad de obtención de información. Tras una etapa de primacía de medios tecnológicos, se vuelve a valorar la importancia de las “fuentes humanas” algo que consideran básico para la lucha contra el terrorismo yihadista radical. Éste tipo de terrorismo es la máxima prioridad del Gobierno en este momento, y por tanto del CNI.   - Sin embargo, pese al regreso a la búsqueda y atención de las “fuentes humanas” no se pierde de vista el control de las nuevas tecnologías. En el CNI son conscientes de la potencial amenaza que supone actualmente la creación de redes terroristas a través de contactos sostenidos vía Internet, por ejemplo. Esto hace imprescindible un chequeo constante de estas autopistas de comunicación. Estados Unidos lo lleva trabajando desde hace muchos años a través de la red Echelon, y ahora ha puesto cerco a las comunicaciones: el FBI ha pedido recientemente que las empresas proveedoras de servicios de Internet conserven durante dos años los datos sobre los mensajes electrónicos de sus clientes.   - El CNI niega cualquier capacidad operativa –no detiene comandos, no son agentes de la autoridad…- y afirma que su función es recabar información tanto de fuentes abiertas (prensa, Internet) como, por supuesto, fuentes propias que proporcionan información secreta. Todos estos datos, sometidos al estudio de los analistas del CNI, llegan al Gobierno a través de informes. Su objetivo es reducir la incertidumbre en la toma de decisiones, pero nunca dar líneas de actuación ante un asunto.    - Los distintos servicios de Inteligencia españoles, tanto el CNI como aquellos dependientes de Fuerzas Armadas, Guardia Civil y Policía Nacional, trabajaban ya tímidamente en conjunción, pero dicha colaboración se pretende potenciar hasta la creación de una “Comunidad de Inteligencia”. Desde el CNI se reconoce la especial importancia que tiene en nuestro país hacer frente al trabajo de inteligencia de manera común. Este concepto de “Comunidad de Inteligencia” se refleja por vez primera en las leyes de 2002 que articulan al CNI como lo entendemos hoy.   En países de nuestro entorno, como Alemania o el Reino Unido, los servicios actúan de manera diferente a lo señalado más arriba. Mientras unos funcionan con servicios diferentes para el interior y el exterior (MI5 y MI6 ingleses), otros como Alemania mantienen un servicio secreto independiente en cada “landër”. En España, como decimos, no es así: desde el CNI se entiende que los peligros actuales “no tiene forma de Estados”.   Al perseguir la consolidación de la “Comunidad de Inteligencia” desde el CNI se considera importante mantener los lazos con los servicios de FAS, Guardia Civil y Policía, facilitándoles la información precisa para su área de trabajo. Sin embargo, aquí se da una paradoja: se cierra la posibilidad de compartir las bases de datos porquen creen que ello “generaría mucho ruido”; algo que podría traducirse en un mayor peligro de filtraciones.   - Otra de las novedades que el CNI afronta en su trabajo de inteligencia es la creación de “equipos multidisciplinares” para la realización de sus informes. Se quiere aumentar así la capacidad del servicio. Ya no son comunes los análisis emitidos por un solo oficial de inteligencia. Se prefiere la conjunción de expertos en distintas ramas científicas para enfocar los asuntos.   - Desde el CNI se está intentando relanzar de cara al público la importancia del Centro Criptológico Nacional, incorporado a “La Casa” y que se encarga de la protección de datos y comunicaciones en todos los organismos de la Administración. Consideran muy importante la labor de este centro.   - Una imagen más amable para la ciudadanía y la difusión de una “cultura de inteligencia” son otros dos objetivos del CNI de cara al exterior. Por este motivo han comenzado a admitir que tienen fallos de coordinación, pero achacan su mala imagen no al secretismo del centro sino a la imagen distorsionada que del mismo se refleja en los medios de comunicación.   - En la misma línea de prestar una imagen de normalidad, el centro quiere hacer ver que sus miembros son funcionarios como otros muchos. Por este motivo recalcan que los trabajadores del CNI no son agentes de la autoridad, salvo el pequeño grupo dedicado a la seguridad del personal e inmuebles. Del mismo modo quieren hacer ver que funcionan como una empresa estatal más, y que sus empleados disfrutan de “convenio colectivo único” como en otros organismos públicos.   - El centro también hace gala, hoy en día, del control a que se encuentra sometido por la autoridad judicial. Tras los escándalos de otra época, como la vigilancia sobre políticos y periodistas, o el caso destapado de las escuchas ilegales en la sede de HB, el CNI quiere mostrar que se trata de los Servicios Secretos más sometidos al estado de derecho de los países democráticos. Hay que recordar aquí que a raíz de las leyes que lo configuran emitidas en 2002, cualquier operativo a la búsqueda de información, que requiera saltarse la inviolabilidad de un domicilio o la privacidad de las comunicaciones requiere de un “visto bueno judicial”.   En concreto, dependen de un magistrado del Tribunal Supremo (los dos que ha habido hasta ahora de la Sala de lo Contencioso), que es nombrado para cinco años. Este magistrado tiene acceso a la Directiva de Seguridad Nacional, y atendiendo a sus prescripciones, aprueba o deniega los servicios solicitados por el CNI en un plazo de 72 horas, o de 24 para solicitudes urgentes. Los Servicios Secretos españoles tienen, de este modo, permiso para intervenir hasta tres meses las comunicaciones de una persona, y disponen de 24 horas para acometer la entrada en un domicilio.   - El trabajo del CNI en la actualidad es “bastante técnico, riguroso y científico”. Con este argumento desde el centro se pretende hacer ver que no se hallan a merced del poder político y de los cambios en el Ejecutivo. Y así se quiere seguir.   La excesiva dependencia de algunos Servicios Extranjeros es unos de los asuntos más negados desde el Centro Nacional de Inteligencia. El CNI, que se considera referente a nivel mundial en lucha antiterrorista, declara no depender de ningún otro servicio secreto, aunque si admiten excepcionales relaciones con algunos de ellos. Otra de las cualidades de las que presume “La Casa” es de sus fuentes de información en el Norte de África, y en Iberoamerica. Por este motivo afirman que son ellos lo que disponen de información muy valorada por otros servicios “estrellas”como los de Estados Unidos.   -La integración del CNI en un organismo de Inteligencia supranacional a nivel europeo está parada actualmente. Aunque desde el centro se reconoce que, gracias a la Unión Europea, estos último años la cooperación entre servicios del entorno ha mejorado cualitativamente.

 

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