Rajoy ha decidido comparecer en el Congreso ante las dudas de la prensa extranjera sobre la estabilidad del Gobierno

Las dudas de la prensa extranjera sobre el futuro del Gobierno han sido decisivas para que Mariano Rajoy comparezca ante el Congreso de los Diputados el próximo 1 de agosto. El presidente teme que los mercados dejen de confiar en España como ha ocurrido con Portugal, donde ya ha habido cinco mociones de censura durante esta legislatura.

Según ha sabido El Confidencial Digital, Mariano Rajoy y su gabinete han analizado, durante toda la semana pasada, las informaciones publicadas en la prensa extranjera a raíz de la noticia de El Mundo en la que se mostraban los SMS que el presidente se intercambió con Luis Bárcenas hasta marzo de este año.

El impacto de esa noticia, y la amenaza de una moción de censura impulsada por Alfredo Pérez Rubalcaba, no han pasado inadvertidos para las principales cabeceras de Europa, en donde se ha puesto en cuestión la estabilidad del Gobierno de España y la continuidad del propio Rajoy.

Ante las “dudas” de la prensa internacional sobre el futuro político de España, el presidente ha decidido cambiar de estrategia y presentarse en el Parlamento “para dar explicaciones no solo a la oposición, sino a los inversores y socios europeos”, explican fuentes cercanas al presidente.

Pidió opinión a sus colaboradores más cercanos

Las fuentes del Gobierno consultadas por ECD explican también que Mariano Rajoy realizó una serie de llamadas a sus colaboradores más cercanos antes de ponerse en contacto con el presidente del Congreso y solicitar comparecer en el pleno de la Cámara.

En esas conversaciones, el jefe del Ejecutivo “estableció una lista de daños” que podría sufrir España si él no explicaba, en el Parlamento, que ni él ni nadie del partido o del Gobierno han tenido cualquier tipo de concesión o negociación con Luis Bárcenas.

Al presidente le preocupaban “las especulaciones” que se estaban realizando desde el exterior sobre su silencio y sobre el rumbo que tomaría el país ante una hipotética caída del Gobierno. Por ese motivo, concluyó con sus colaboradores que lo mejor era acudir al Congreso.

Además, Rajoy consultó cómo fueron las mociones de censura sufridas por Adolfo Suárez en 1980 y Felipe González en 1987. Ninguna de estas iniciativas supusieron el derrocamiento de esos gobiernos, pero dejaron a ambos presidentes ‘tocados’ de cara a las siguientes elecciones generales.

Objetivo: que a España no le pase como a Portugal

 

En la decisión de Rajoy no sólo han pesado las dudas sobre la estabilidad del Gobierno mostradas por los medios extranjeros, sino las posibles consecuencias, a nivel económico y dentro de la Unión Europea, que tendría una moción de censura contra el actual Ejecutivo.

En concreto, según explican las mismas fuentes, Moncloa ha tenido muy en cuenta los efectos negativos que está sufriendo Portugal por las cinco mociones de censura a las que ha sido sometido el actual Ejecutivo que encabeza Pedro Passos Coelho desde que se iniciara la legislatura en junio de 2011.

Rajoy y su equipo son conscientes de que esa presión constante contra su homólogo luso ha provocado que los fondos de inversión extranjeros, y la propia Unión Europea, hayan dejado de confiar en Portugal a pesar de que el país ha realizado ya todas las reformas económicas exigidas por Bruselas.

La confrontación política en el país vecino “ha generado unas dudas que nosotros siempre hemos intentado evitar, llevando a la UE un mensaje pactado con toda la oposición”. De realizarse esa moción de censura, “los mercados y Europa volverían a dudar del futuro político de España”.

Rajoy aprovechará el pleno para hablar de economía

Desde el Gobierno han confirmado que el pleno extraordinario para la comparecencia de Rajoy tendrá un formato idéntico a las sesiones que se realizan en el Congreso después de un consejo Europeo: intervención del presidente, turno para los portavoces del resto de los grupos parlamentarios y réplica final del jefe del Ejecutivo.

En el equipo de Rajoy calculan que la sesión se extenderá hasta bien avanzada la tarde del 1 de agosto y, aunque desde la oposición se insistirá en el ‘caso Bárcenas’, en el Gobierno están preparando otros temas a tratar durante la intervención del presidente.

En concreto, “se hará balance de las últimas medidas económicas impulsadas por el Gobierno”, se advierte, como la reforma de las Administraciones Públicas, la reforma energética, y la Ley de Unidad de Mercado.

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