El teniente coronel Rodríguez Bolinaga, destituido por ocultar datos en la investigación del 11-M, ahora aprende Informática Militar
El jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Gijón fue destituido de su cargo por la supuesta ocultación de una cinta clave para la investigación de los atentados del 11-M. Ahora dedica su tiempo a prepararse para la Informática.
El teniente coronel José Antonio Rodríguez Bolinaga, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Gijón, fue destituido en noviembre de 2004 por el Ministerio de Interior a propuesta del entonces director general de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche. El entonces titular de interior, José Antonio Alonso, justificó su decisión en la supuesta ocultación que realizó Rodríguez Bolinaga de la cinta en la que el confidente "Lavandero" denunciaba los planes de Trashorras y Toro, al no haberla entregado a la autoridad judicial para su inclusión en la investigación la “trama de los explosivos” que posibilitaron la comisión de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004. Con fecha de 16 de noviembre de 2004 y mediante una resolución firmada por el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, se revocaba el destino de Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón "por haber dejado de reunir las condiciones personales de idoneidad que en su día motivaron su asignación, es decir, por la pérdida de confianza". Ahora, según ha podido saber El Confidencial Digital, Rodríguez Bolinaga se ha propuesto aprender nuevos rudimentos para su trabajo. En concreto, fuentes en la Guardia Civil aseguran que recientemente, el ex jefe de la comandancia de Gijón se ha inscrito en el selecto curso para la obtención del Diploma de Informática Militar para personal de varios Ejércitos y Guardia Civil. El teniente coronel se sentará en clase con otros mandos de la benemérita e incluso junto a algún responsable del Grupo de delitos telemáticos de la Guardia Civil, lo que sugiere el alto nivel que tiene el citado curso. La destitución de Bolinaga no comportó para él ningún cambio en su situación administrativa de servicio activo. La pérdida de destino le permitía incluso fijar su residencia en Gijón o en cualquier otro lugar del territorio nacional, aunque debía comunicar la plaza elegida a la Dirección General de la Guardia Civil.
