Rubalcaba y Griñán sellan la paz en el PSOE. El presidente de la Junta se desmarca de Chacón y prepara un discurso de apoyo explícito al liderazgo del secretario general en el próximo Comité Federal

Alfredo Pérez Rubalcaba ha conseguido un aliado fundamental de cara al próximo Comité Federal del PSOE, su primera 'reválida' ante todos los barones del partido desde que fue elegido secretario general. José Antonio Griñán, su principal 'dolor de cabeza' durante los últimos meses, se ha comprometido a apoyarle explícitamente a cambio de tener plenos poderes en Andalucía.

Según ha sabido El Confidencial Digital, el secretario general y el presidente del PSOE han llegado a un pacto de ‘no agresión’, en el que Alfredo Pérez Rubalcaba no ha puesto ninguna traba a la gran reestructuración del partido en Andalucía a cambio de poder contar con el apoyo de José Antonio Griñán en la ‘guerra’ abierta que aún mantiene con Carme Chacón.

Gracias a este acuerdo, el actual líder del Partido Socialista se asegura tener de su lado al dirigente autonómico de cara al próximo Comité Federal, considerado por el propio Rubalcaba como un ‘plebiscito’ de sus primeros meses al frente de la formación.

Rubalcaba consigue evitar una ‘rebelión’

Fuentes cercanas a la actual dirección nacional del PSOE reconocen que Alfredo Pérez Rubalcaba estaba “preocupado” por la postura que podría adoptar José Antonio Griñán en esa cita, que se celebrará, salvo sorpresa, la última semana de julio: “Sabe que ahí se juega mucho y no quería una postura contraria a su gestión por parte del actual presidente del Partido Socialista”.

Para evitar una ‘rebelión’ contra él y la nueva Ejecutiva por parte de la oposición interna liderada por Carme Chacón, “Rubalcaba se ha trabajado a Griñán hasta conseguir de éste un apoyo claro y explícito”, que deje sin margen de maniobra a la ex ministra de Defensa.

Ese apoyo se manifestará en el discurso que ya está preparando el presidente de la Junta de Andalucía de cara al Comité Federal, en el que defenderá de forma clara y explícita el liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba en el PSOE y su labor en la oposición frente a las medidas impulsadas por el Gobierno de Mariano Rajoy.

En este sentido, José Antonio Griñán reafirmará la apuesta de Rubalcaba por una “oposición responsable con sentido de Estado, en la que se apoya al Ejecutivo en las posturas que defiende ante Bruselas, pero se le critica internamente cuando lleva a cabo recortes en Sanidad y Educación”.

Este argumento representa también un distanciamiento claro y hasta un ataque velado a las tesis defendidas por la propia Carme Chacón y los dirigentes afines a la catalana, que han acusado al actual secretario general de “confundir apoyo al Gobierno con complicidad”.

Las contrapartidas de José Antonio Griñán

 

La defensa a Alfredo Pérez Rubalcaba que protagonizará José Antonio Griñán no le está saliendo ‘gratis’ al actual líder del PSOE, que se ha visto obligado a aceptar una serie de contrapartidas exigidas por el presidente de la Junta.

En concreto, el dirigente autonómico ha obtenido el plácet del secretario general para “hacer y deshacer a su antojo en Andalucía”, permitiéndole incluso ‘apartar’ a Alfonso Guerra en Sevilla para situar en la secretaría provincial a Susana Díaz, a la que Rubalcaba “no puede ni ver”.

Además, Manuel Chaves y Gaspar Zarrías -líderes de la oposición interna a Griñán en Andalucía-, se han tenido que ‘plegar’ ante el presidente de la Junta, aceptando los delegados impuestos por él en el Congreso regional que se ha celebrado este fin de semana, y no poniendo ningún tipo de problema a la nueva Ejecutiva formada.

De hecho, los dos barones del PSOE ordenaron a los delegados de Cádiz y Jaén con derecho a voto que apoyaran a Griñán en dicho Congreso, y también intentaron convencer a los opositores de Córdoba y Málaga, pese a no tener el control sobre sus listas.

Finalmente, no pudieron evitar que un 30 por ciento de los delegados votaran en contra de Griñán, al que pesó no proponer un equipo de Gobierno más integrador: “Justo antes de la votación, se filtró la composición de la Ejecutiva que había diseñado junto al vicesecretario general Mario Jiménez, y la gente que se vio fuera reaccionó de esa forma en las urnas”.

No obstante, el apoyo de Rubalcaba, Cháves y Zarrías ya le había proporcionado a Griñán el respaldo del 95,56% de los congresistas al informe de gestión de sus dos años al frente del PSOE andaluz.

Adiós a meses de máxima tensión

Con el pacto alcanzado entre Rubalcaba y Griñán, ambos dirigentes ponen fin a un enfrentamiento que viene de lejos. Se inició cuando el dirigente autonómico se negó a adelantar las elecciones andaluzas para hacerlas coincidir con las generales, y continuó después con la confección de las listas para esos comicios, llegando incluso Griñán a amenazar con su dimisión si Ferraz no le otorgaba libertad de movimientos.

Los ‘encontronazos’ entre los dos han sido tan fuertes que, como se contó, Alfredo Pérez Rubalcaba tenía diseñado ya un plan para arrebatar a José Antonio Griñán el liderazgo del partido en Andalucía si éste no conseguía mantener la Junta, situando en su lugar a Micaela Navarro.

No obstante, la reelección del propio Griñán al frente del Ejecutivo andaluz planteó un escenario distinto para ambos, que han ido acercando posturas en los últimos meses: “Saben que son el presente del PSOE y que se necesitan, por lo que están condenados a entenderse”, asegura a ECD una persona muy cercana al dirigente autonómico.

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