Jordi Sánchez acaba de renunciar como candidato

SMS de urgencia a los independentistas: “Hasta el Viernes Santo, todos en Barcelona para una investidura”

Diputados de Junts per Catalunya, ERC y la CUP han recibido la advertencia sobre un pleno para nombrar president a Jordi Turull la semana que viene

Roger Torrent presidiendo el Parlament catalán.
Roger Torrent presidiendo el Parlament catalán.

Investidura a la vista en Cataluña. Carles Puigdemont tenía pocas esperanzas este martes de que el Supremo acordase dejar en libertad a Jordi Sánchez y permitiera así su elección como presidente de la Generalitat. Por ello, el sector soberanista en el Parlament ha diseñado un plan de contingencia tras la negativa del Alto Tribunal.

La decisión del juez Llarena de no conceder la libertad a Sànchez, ni darle tampoco un permiso para acudir presencialmente al Parlament, llevó al presidente de la Cámara, Roger Torrent, a aplazar el pleno de investidura fijado para el pasado 12 de marzo.

Tanto los letrados del Parlament como el Tribunal Constitucional defienden que la investidura de cualquier candidato debe pasar obligatoriamente por que esté presente en el Pleno. De ahí que quedara frenada en su momento la investidura de Puigdemont, y que ahora haya ocurrido lo mismo con la de Sànchez.

Jordi Sánchez renuncia a la investidura

Por el momento, el ex líder de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha decidido seguir los pasos de Puigdemont: dar un paso al lado como candidato a la investidura, una vez constatada que su elección como president resulta inviable.

Ha declarado este martes ante el juez Llarena su disposición a dejar su escaño en las próximas semanas para volver a la docencia.

Según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes conocedoras de los movimientos en el Parlament, la renuncia de Sánchez es “el primer paso para un posible desbloqueo institucional en Cataluña”.

El ex presidente de la Generalitat confirmó, a principios de marzo, que retiraba su candidatura para repetir en el cargo y abría el camino para que Jordi Sànchez, número dos de Junts per Catalunya y en prisión provisional en la cárcel de Soto del Real, acusado de varios delitos, le sucediera como presidente autonómico.

Lanzamiento de la operación Jordi Turull

Ahora, el nombre que continúa sobre la mesa y reúne el mayor consenso para ser el elegido por los partidos independentistas es el de Jordi Turull. Fue conseller de Presidencia en el Govern de Puigdemont y concurrió como número cuatro en la lista de Junts per Catalunya en las elecciones del 21 de diciembre.

Así, Turull va camino de convertirse en la alternativa a Sánchez tras su renuncia a la investidura. En el partido de Puigdemont confían en que el ex conseller “tire hacia adelante un Govern que haga avanzar a la sociedad catalana y permita recuperar el autogobierno y los derechos tras el 155”, afirma un diputado de JxCat.

Todos listos en Barcelona hasta el Viernes Santo

Tras la renuncia de Sánchez a ser investido, en el entorno de Puigdemont aseguran que el líder de Junt per Catalunya trasladará a mediados de esta semana la candidatura de Turull al presidente del Parlament. Roger Torrent abrirá después una nueva ronda de consultas con los grupos políticos y pondrá fecha a la investidura.

 

Según fuentes conocedoras de los contactos entre las fuerzas independentistas, a las que ha tenido acceso ECD, no se descarta que el pleno pudiera celebrarse a finales de la semana que viene, con media España en plenas vacaciones de Semana Santa.

Todos listos en Barcelona hasta el Viernes Santo

Así, las fechas que se barajan para una posible convocatoria del pleno de investidura alcanzan hasta el Viernes Santo, dado que hasta ese día no comienza el descanso de Semana Santa para los catalanes y que se alarga después hasta el Lunes de Pascua.

Ante esta circunstancia, los diputados del PDeCAT, ERC y la CUP ya han sido advertidos de que, durante la semana que viene, deben estar disponibles por si tuvieran que acudir a votar ese mismo día por la tarde o en la mañana siguiente. Por tanto, la petición es que permanezcan atentos al móvil, y lo más cerca posible de Barcelona.

Los independentistas están tratando de apurar los plazos, pero también de esconder sus cartas, para evitar todo lo posible, o retrasar al menos, la reacción del Estado.

Miedo a una convocatoria de elecciones por el TC

Pero también reconocen que están “expectantes” ante un posible movimiento sorpresa del Constitucional. Les mantiene “inquietos” que el día 30 de marzo, Viernes Santo, se cumplirán dos meses desde la fallida investidura de Carles Puigdemont y la hipotética vuelta a las urnas depende de la decisión del TC.

Temen que el Constitucional dictase, en los próximos días, que el 30 de marzo es posible ya la disolución del Parlament por parte de Rajoy, con las competencias que le da el artículo 155 de la Constitución.

Se aplicaría, según esa opción, el artículo del Estatut que establece que el plazo corre desde la investidura fallida, en este caso la convocada de Puigdemont que nunca llegó a celebrarse el 30 de enero. En ese caso, las hipotéticas elecciones serían 54 días después, es decir, a finales de mayo.

Repetiría el criterio del Consejo de Estado que permitió la repetición de las elecciones en la Comunidad de Madrid, tras el “tamayazo” en 2003.

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