Jornada maratoniana en el Congreso

La ‘otra’ moción de censura: aperitivo de Soraya, pasotismo de Errejón, soledad de Patxi López

Ana Pastor acusó a Pablo Iglesias de mentir con los turnos de intervención. Cospedal abandonó indignada el hemiciclo a la hora de comer. Se consolida el dúo Ábalos-Lastra

Pleno del Congreso durante la moción de censura.
Pleno del Congreso durante la moción de censura.

El Congreso de los Diputados vivió ayer una jornada maratoniana con motivo de la moción de censura de Unidos Podemos contra Mariano Rajoy. El largo discurso de Pablo Iglesias, de más de dos horas y media, condicionó el resto de intervenciones y provocó una gran indignación en la bancada popular... y también en Ana Pastor.

Quince minutos antes de que empezara el pleno, el secretario general de Podemos, y candidato en la moción de censura, decidió salir por la calle Cedaceros y recorrer, acompañado de un gran número de diputados de Unidos Podemos, la Carrera de San Jerónimo para posar para los medios.

Ese breve recorrido no impidió a Iglesias e Irene Montero ser de los primeros en entrar al hemiciclo, donde repasaron, desde sus escaños, los papeles de sus discursos, guardados en carpetas moradas con el logo de Podemos.

De los miembros del Gobierno, Rafael Catalá fue el más madrugador. Después llegaron Soraya Sáenz de Santamaría y Fátima Báňez. En los minutos siguientes llegó el resto del Ejecutivo, incluido un Mariano Rajoy que entró al hemiciclo un minuto antes de las 9, como Carolina Bescansa.

La soledad de Patxi López

También se hizo de rogar el nuevo portavoz socialista, José Luis Ábalos, que llegó cuando Ana Pastor estaba iniciando la sesión.

En la bancada socialista, destacó la soledad de Patxi López. El candidato en las primarias socialistas solo fue saludado por su compaňero de escaňo, Rafael Simancas, y por el ex secretario de Organización del PSOE, César Luena.

La actitud de los diputados socialistas con el vasco fue radicalmente opuesta a la que tuvieron con Ábalos, que recibió ánimos de una gran parte de la bancada del PSOE.

Errejón, frio con Montero e Iglesias

El discurso  de Irene Montero provocó constantes aspavientos y comentarios en la bancada popular, sobre todo de Rafael Hernando, Jorge Moragas y Celia Villalobos. Rajoy, por su parte, optó por la indiferencia.

No obstante, todos los diputados aplaudieron a la portavoz de Unidos Podemos en el inicio de du intervención, cuando recordó a la última víctima de violencia de género.

Previamente, cuando Montero fue llamada a la tribuna de oradores, se escuchó un “Mira los novios” desde la bancada del PP, cuando lglesias movió su escaňo para dejarle pasar.

 

Juan Carlos Monedero, el ex Jemad José Julio Rodríguez y alcaldes de las candidaturas de Podemos en las municipales arroparon a Montero e Iglesias desde la tribuna de invitados. También estuvo presente Pablo Echenique, aunque siguió el debate desde otra tribuna, con mejor accesibilidad.

En la bancada de Unidos Podemos hubo aplausos cerrados a las reflexiones de Montero sobre la corrupción del PP y la postura del Gobierno con Cataluňa. No obstante, algunos diputados del grupo estuvieron en ocasiones más pendientes del móvil que el discurso de su compaňera, como Pablo Bustinduy, Carolina Bescansa e Íňigo Errejón.

El ex número dos de Podemos, que hace unos meses habría tenido el papel que ayer tuvo Montero, se mostró especialmente pasota, tanto en las intervenciones de la portavoz como de Pablo Iglesias. En ocasiones, y pese a las ovaciones del grupo, prefirió seguir mirando el móvil o, como mucho, golpear la mesa en señal de aprobación.

Tampoco aplaudieron a Iglesias y a Montero los diputados de Compromís, con Joan Baldoví al frente, ni los de ERC. Gabriel Rufián, que llevaba una camiseta negra con el mensaje “Sí podemos”, no consideró oportuno ovacionar a los representantes de Unidos Podemos, ni tan siquiera cuando defendieron el “derecho a decidir” de Cataluňa.

Soraya pidió un aperitivo

La intervención de Irene Montero fue replicada por un Mariano Rajoy que tenía preparado el discurso de respuesta. El presidente provocó un gran aplauso de la bancada popular al subir por primera vez a la tribuna de oradores, pero los ánimos del PP se fueron crispando cuando le tocó el turno a Pablo Iglesias.

Especialmente crispada se mostró María Dolores de Cospedal, blanco de constantes ataques tanto de Irene Montero como de Pablo Iglesias. La ministra de Defensa, de hecho, abandonó el hemiciclo visiblemente enfadada pasadas las dos de la tarde, y se tomó un tiempo para regresar.

Soraya Sáenz de Santamaría, por su parte, y viendo que la intervención de Iglesias iba a alargarse y no iba a haber parón para comer, optó por pedir un pequeño aperitivo, que recibió de manos de un empleado del Congreso en un sobre. La vicepresidenta compartió el piscolabis con los miembros del Gobierno.

Previamente, algunos ministros habían respondiendo a las acusaciones de Iglesias publicado tuits con datos sobre su gestión en sus respectivas carteras. A algunos se les vio con el móvil, pero no a todos. Íñigo de la Serna, por ejemplo, no cogió el teléfono en ningún momento, por lo que sus mensajes en la red social probablemente fueron escritos por su gabinete.

Ana Pastor acusó a Iglesias de mentir

Finalmente, a las cinco de la tarde, y después de un cruce de ataques entre Iglesias y Rajoy, Ana Pastor anunció un receso de una hora que fue aprovechado por la mayoría de los presentes para comer y también para comentar lo ocurrido hasta el momento en el debate.

La propia presidenta del Congreso reconoció, en un corrillo con periodistas en el patio, que Pablo Iglesias había incumplido la palabra dada sobre los turnos de intervención durante el debate.

En ese sentido, Pastor explicó que el líder de Podemos se había comprometido personalmente a realizar “intervenciones no demasiado largas”, con un tope máximo de “hora y media”. Una promesa que Iglesias incumplió de forma evidente.

Ábalos se quedó con las ganas

El largo discurso de Iglesias, de hecho, condicionó el desarrollo del resto de la jornada y provocó que la votación se pospusiera hasta este miércoles, al igual que las intervenciones de Albert Rivera y de José Luis Ábalos.

El nuevo portavoz socialista estuvo atento a las intervenciones de los representantes de los otros partidos, y tomó notas constantemente.

Además, compartió con Adriana Lastra, que se acercó a su escaño, reflexiones sobre el desarrollo del debate, confirmando que ambos formarán el núcleo duro de Sánchez en Ferraz y en el Congreso.

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