La entrevista Zapatero – Ibarretxe fue el cebo para cazar a la cúpula de ETA: la Guardia Civil pidió a La Moncloa que no se anulara la cita

José Luis Rodríguez Zapatero y Juan José Ibarretxe habían anunciado reunirse en La Moncloa el 20 de mayo. Ese mismo día, por la noche, la cúpula de ETA tenía previsto celebrar una reunión paralela en Burdeos. La Guardia Civil sabía cuándo y dónde se iban a ver los etarras.

La Guardia Civil venía siguiendo la pista de Jon Salaberría desde hace un tiempo. Según fuentes de la operación consultadas por El Confidencial Digital, los servicios de Información del Instituto Armado sabían que la cúpula de ETA celebraría una reunión en el número 63 de la calle Cours de la Marne, en Burdeos, coincidiendo con la visita del ‘lehendakari’ a La Moncloa.

Los agentes sabían que se trataba de una reunión marcada por el aparato político y de propaganda en la que estaría presente el considerado hasta ahora ‘número uno’ de la banda: Francisco Javier López Peña, ‘Thierry’.

En el apartamento de Burdeos, la cúpula etarra tenía previsto debatir sobre futuras acciones terroristas en España a raíz de que Ibarretxe y Zapatero no llegaran a un acuerdo sobre el plan soberanista planteado por el ‘lehendakari’.

Las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas añaden que los cuatro detenidos podrían incluso haber acordado esa noche la redacción de algún comunicado recogiendo sus conclusiones acerca de la reunión mantenida entre Zapatero e Ibarretxe.

Una vez que la Guardia Civil tiene conocimiento de esa cita de la cúpula etarra en Burdeos, descubierta, como decimos, a través del seguimiento que se le viene realizando a Salaberría, los agentes informan a La Moncloa de la situación.

Altos mandos de la Guardia Civil pidieron a Presidencia del Gobierno que no cancelara la cita con Juan José Ibarretxe fijada para el día 20 a pesar de que, antes de celebrarse, parecía evidente que el presidente no cedería a las demandas del ‘lehendakari’.

"Que no suspendan la reunión porque los otros también la cancelarán". Estas fueron las palabras que la Benemérita vino a transmitir a La Moncloa para poder detener a la cúpula de ETA en Burdeos.

El apartamento en el que la policía detuvo a los cuatro etarras está ubicado en un barrio cercano a la estación de ferrocarril de Burdeos. Es una zona residencial en la que la mayoría de los vecinos son emigrantes: hay bastantes locales de comida extranjera (turca o china) y locutorios telefónicos. De hecho, algunos vecinos profirieron insultos contra los etarras cuando los agentes policiales los condujeron de nuevo hacia el piso para realizar la inspección.

Agentes de la Guardia Civil rastrearon algunos comercios de este barrio. Uno de los comerciantes reconoció a Jon Salaberría en las fotografías que los beneméritos le mostraron: el tendero dijo que era un cliente habitual que compraba allí el pan, la leche y los huevos. El testigo añadió que llevaba unos seis meses viendo por allí a aquel hombre.

 

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