Las hijas de Zapatero marcan el verano al ex presidente. Se han opuesto a pasar las vacaciones en León

José Luis Rodríguez Zapatero se ha tenido que conformar con una visita 'exprés' a León por la negativa de sus hijas a pasar allí las vacaciones. El ex presidente del Gobierno ya se perdió pasar unos días de descanso en la capital leonesa el verano pasado, debido al acoso de los mercados y a la escalada de la prima de riesgo.

Según ha sabido El Confidencial Digital, el ex jefe del Ejecutivo visitó hace dos semanas la ciudad acompañado de su mujer, Sonsoles Espinosa. La estancia del matrimonio apenas duró unos días, pese a la intención del socialista de pasar este verano en su tierra.

El propio Zapatero comentó que su estancia en la capital leonesa no era más prolongada porque a sus hijas no les “acaba de convencer” trasladarse a León para pasar allí el verano, ya que “tienen a sus amigos y su vida hecha en Madrid”.

Ha tenido que cambiar el diseño de su nueva casa

Las reticencias mostradas por las hijas del ex presidente del Gobierno a trasladarse a León ya son conocidas. De hecho, el propio Zapatero, que había planteado instalarse en la ciudad una vez abandonada La Moncloa, desechó tal posibilidad ante la firme oposición de Laura y Alba.

De hecho, la casa que el socialista y su mujer se están construyendo a las afueras de León, y que el propio matrimonio aprovechó para visitar en su viaje de hace dos semanas, ha tenido que ser rediseñada por la negativa de las hijas a trasladarse allí: “En un principio iba a ser de dos plantas y ahora han dado orden de que sólo tenga una, ya que las hijas no vendrán mucho por aquí”.

Segundo año sin vacaciones en León

La decisión de Rodríguez Zapatero de no pasar el grueso de sus vacaciones en León por la férrea oposición de sus hijas ha provocado que el ex presidente del Gobierno se quede, por segundo verano consecutivo, sin un periodo de descanso en la capital leonesa.

Desde que llegó a La Moncloa en 2004, el dirigente socialista visitó su ciudad de ‘adopción’ todos los veranos, aprovechando cualquier acto político cercano o la famosa fiesta minera de Rodiezmo.

La tradición se rompió ya el pasado verano, cuando la presión de los mercados y la escalada de la prima de riesgo obligó al entonces presidente a dejar fuera de su agenda cualquier visita a León. Este año, al menos, ha podido disfrutar de un fin de semana junto a su mujer, Sonsoles Espinosa.

 

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