La ‘otra’ autocrítica de Ciutadans: inexperiencia política, falta de una maquinaria electoral engrasada y poco presupuesto

Las expectativas eran mayores. Confiaban en movilizar a los ciudadanos en las urnas como ya hicieran en las elecciones de 2006, en las que desembarcaron en la vida política ante la sorpresa del resto de los partidos políticos. Ese fue su valor añadido entonces: devolver la confianza a un electorado cuando nadie apostaba por ellos. Y lo consiguieron. Los ciudadanos respaldaron a un nuevo partido que se acercaba a sus problemas diarios y huía de la confrontación política.

Sin embargo, el 27-M ha sido otra cosa. De los 20 a 30 concejales que esperaban sólo se han obtenido 13. “No sabemos en qué hemos fallado pero lo cierto es que no hemos sabido ilusionar a los electores”, asegura un miembro del partido a El Confidencial Digital, que añade que los malos resultados no se le atribuyen a ningún dirigente y, de momento, “nadie ha pedido la dimisión de nadie”.

Lo que sí quedó claro tras la primera Ejecutiva es que “la campaña ha sido muy difícil” y que no parecen en condiciones de competir, de momento, con la maquinaria electoral del resto de formaciones políticas. “Somos personas sin experiencia, que hemos tenido que hacer frente en nueve meses a dos comicios y no hemos podido llegar a todo”. Además, explican, “sufragamos de nuestros bolsillos la campaña y demás gastos del partido”.

Ahora, tras la resaca electoral, llega la hora analizar y reparar errores. Lo que sí parecen tener claro sus militantes es que no piensan tirar la toalla. Las elecciones generales, dentro de año y medio –si no hay adelanto de última hora-, es el siguiente objetivo de Ciutadans.