La delegación del Gobierno vasco le entrega cada día a De Juana una lista con quienes han solicitado verle y el etarra selecciona a ‘los elegidos’

El etarra Iñaki de Juana Chaos recibe visitas diarias en el Hospital Provincial Donostia en San Sebastián. Él mismo da el visto bueno a los solicitantes, seleccionando de una lista que le hace llegar cada mañana la delegación del gobierno. Por otro lado, se van conociendo algunos detalles sobre el traslado del preso desde Madrid.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, el ‘gudari’ de ETA, Iñaki de Juana Chaos, recibe diariamente en su cama una lista de la subdelegación del Gobierno en Donosita-San Sebastián (Guipúzcoa) para que seleccione a sus visitantes. Él mismo veta o permite la entrada de sus acompañantes.

Un portavoz oficial de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias ha asegurado a este confidencial que el “régimen de visitas lo lleva el hospital”, que tiene unos horarios concretos para ese propósito, así como unas normas internas de funcionamiento. Sin embargo, desconocen el proceso particular por el que De Juana recibe sus visitas y que se acaba de describir.

Por otro lado, ECD ha podido conocer más detalles del traslado el pasado jueves del etarra desde el Hospital 12 de Octubre de Madrid al de Donostia. El convoy modificó el itinerario inicial que se iba a realizar por la carretera Nacional 1 (N-1), que es el más común para estos casos. Informaciones que manejaban las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad el Estado aconsejaban el uso de rutas alternativas.

Concretamente, las fuentes consultadas aseguran que se tomó la autopista de peaje número 8 (AP-8) desde Bilbao porque la Guardia Civil y la Ertzaintza tuvieron conocimiento de que el entorno abertzale estaba preparando un posible corte de la carretera nacional. Con la modificación de los planes, se quiso evitar situaciones de inseguridad durante el traslado.

La variación del itinerario fue ordenada directamente por la Secretaría de Estado de Seguridad. Sin embargo, el cambio de planes no modificó el operativo montado en la N-1 para que los abertzales creyeran que por allí iba a pasar el preso. Se habla de un colectivo de unas 2.000 personas que estaban preparadas para cortar la carretera. Para no levantar sospechas sobre la variación del trayecto, la Guardia Civil y la Ertzaintza mantuvieron el dispositivo en Etxegarate y Armiñón (Álava) para evitar el corte de la vía.

Además, testigos presenciales de la llegada del preso al hospital donostiarra aseguran que De Juana no presentaba signos externos de encontrarse en grave peligro de muerte, como se ha dado a entender:“bajó de la ambulancia de un salto”, explican quienes siguieron de cerca la operación.

En cuanto a la seguridad dispositivo desplegado en el hospital, fuentes de la lucha antiterrorista afirman que fue escaso y precario. Se temió entonces que De Juana fuera liberado a la fuerza por sus simpatizantes. “Seis ertzainas no son suficientes para la custodia del etarra”, se puntualiza. Se temió que el terrorista pudiera haber sido liberado ante aquella “turba de personas” o que incluso se hubiera atentado contra su protección. Sin embargo, el dispositivo de custodia contaba inicialmente con dos patrullas más de la Ertzaintza (unos 8 hombres en el exterior).

La llegada de De Juana no discurrió plácidamente. Hubo algún encontronazo entre el grupo de custodia policial y las 800 personas allí congregadas para recibirle. Por ejemplo, un vehículo de la policía vasca de Seguridad Ciudadana fue golpeado y el resultado fue una luna rota.

 

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