Así se encontraron los 14 zulos de ETA: los tres terroristas, que fueron seguidos durante más de un mes, visitaron uno por uno los arsenales

La operación policial desarrollada en Francia el pasado mes de agosto ha sido calificada como un éxito rotundo: se ha conseguido desmantelar un potente arsenal de 1.000 kilos de explosivo y material para fabricar artefactos listo para pasar la frontera. Conozca cómo se desarrolló la desarticulación del aparato de provisión de bombas.

La operación comenzó cuando la Gendarmería localizó a Aitzol Etxaburu y a Andoni Sarasola en suelo francés a principios de julio. Los gendarmes decidieron entonces seguirles la pista y comprobaron que, tal y como publicó El Mundo, los etarras se camuflaron entre el público de algunas etapas pirenaicas del Tour de Francia. En un principio, creyeron que se trataba de delincuentes comunes y les relacionaron con traficantes de droga. Pero los agentes pronto se dieron cuenta de que sus movimientos sospechosos indicaban que no se trataba de simples ladrones o ‘camellos’.

Los dos terroristas se desplazaron y alojaron en un piso en Le Corbier, al este del país, en el departamento 73 y allí se les unió Alberto Machaín, también ‘quemado’ (fichado) porque su rostro había sido difundido en España días antes como sospechoso de participar en los atentados de Burgos y Mallorca.

Los agentes galos, en estrecha colaboración con la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía, decidieron montar un operativo para comprobar los pasos que daban, según ha podido conocer El Confidencial Digital de fuentes antiterroristas. La primera impresión fue que podría tratarse de etarras ‘segundones’, pues los tres estaban fichados y eran, por tanto, ‘liberados’ (a sueldo) de la organización terrorista –ver noticia-.

La sorpresa de los agentes vino cuando, durante los primeros días del mes de agosto, Etxaburu, Sarasola y Machaín recorrieron varias localidades del oeste del país y, uno por uno, fueron visitando los zulos donde escondían el material explosivo.

Minerve, Plaussenus, Ferrals-les-Montagne, Pardailhan, Montclar, Cabrerolles… Uno tras otro, los tres terroristas fueron supervisando personalmente el estado de los arsenales sin percatarse en ningún momento de la cercana presencia policial.

El 19 de agosto, los gendarmes recibieron la orden de detener de madrugada a los tres terroristas. Por delante sólo les quedaba encontrar los zulos que habían visitado en cadena días antes los etarras. Los agentes tampoco sabían lo que se iban a encontrar en estos 14 escondrijos ubicados en zonas boscosas y de difícil acceso.

Con la colaboración también de las declaraciones en la comisaría de los tres etarras detenidos, los agentes descubrieron cerca de 1.000 kilos de nitrato para fabricar amonal y gran cantidad de explosivos para bombas lapa y coches bomba, además de armas y diversos documentos.

La nueva estrategia de los pistoleros La operación que ha finalizado con la desarticulación de los 14 zulos de ETA ha servido para que los servicios antiterroristas conozcan la nueva estrategia para almacenar explosivos que emplea la banda.

Atrás quedaron los grandes arsenales, que albergaban decenas de estanterías repletas de armas y explosivos. Ahora, los pistoleros esconden sus lotes de explosivos, munición y material para fabricar bombas en pequeños zulos.

 

Las sospechas de la Policía apuntan a que ETA tiene repartida por todo el sur de Francia una amplia red de escondrijos de pequeña dimensión. En el argot policial se emplea ya el termino ‘zulos de oca a oca’ para referirse a la nueva forma de almacenar su logística de la banda.

Se trata de zulos impermeabilizados que están esparcidos por el territorio para garantizar a los etarras que los golpes policiales no sean tan contundentes como antaño.

Asimismo, esta distribución les proporciona seguridad para su transporte: los zulos están distribuidos gradualmente camino de la ‘muga’ (frontera) y así van acercando los explosivos a los posibles objetivos.

Un dato a tener en cuenta que manejan los servicios de Información es que con este golpe no se ha desmantelado totalmente el aparato de provisión de explosivos de ETA: los explosivos utilizados en Burgos y Mallorca no provienen, según las investigaciones, de estos arsenales. Se cree, por tanto, que la banda pueda tener más escondites cerca de la frontera española.

Vea en el siguiente mapa la localización de los zulos de ETA desmantelados en la última operación:

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