Por qué la estrategia de Rajoy de “ponerse la boina” en la campaña gallega: el PP conocía que subía en las ciudades pero el peligro estaba en las zonas rurales
Si alguien dijo algún día que Rajoy no “se lo curraba”, la actividad desplegada durante la campaña electoral gallega ha echado por tierra esa leyenda. El presidente del PP ha desarrollado en su tierra una actividad agotadora. Y se dedicó sobre todo a ir pueblo por pueblo. Para esto último había una razón de fondo.
Fuentes del entorno de Mariano Rajoy, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, explican así el tipo de campaña protagonizada por el principal líder de la oposición: “Nosotros sabíamos que subíamos notablemente en las ciudades, y que recuperábamos un escaño en Pontevedra; pero también sabíamos que el riesgo estaba en las zonas rurales”.
Los buenos resultados en el ámbito urbano tenían que ver con las consecuencias de la crisis económica, que afecta especialmente a los territorios más industriales, como es Pontevedra. Y el peligro en el campo provenía de la intensa acción clientelar desplegada por el BNG.
Había riesgo de que la derrota se fraguara en el ámbito rural, y por eso Rajoy decidió “ponerse la boina”, una expresión de las fuentes consultadas por ECD.
El líder del PP se aplicó a una intensa campaña pueblo por pueblo, en aldeas pequeñísimas, una actuación casi puerta a puerta. En su entorno reconocen también que hubo suerte con la climatología: “Tuvimos buen tiempo y fue posible ir a todas partes, ver a mucha gente en la calle. Las fotografías de Rajoy que se publicaron eran rodeado de gente”. Tan exigente fue el programa, que hubo días en que recorrió seis pueblos distintos e hizo hasta ochocientos kilómetros.
