La demora en la instalación de inhibidores en los vehículos de guerra del Ejército se debe a que su puesta a punto conlleva varias semanas

El 25 de junio de 2006, seis militares españoles destinados en Líbano fallecieron a bordo de un BMR. El entonces ministro de Defensa, José Antonio Alonso, explicó que el vehículo no tenía inhibidores de frecuencia. Más de dos años después, se continúan instalando estos componentes electrónicos.

Tras la muerte de los seis militares españoles, Alonso dio la orden de que todos los vehículos desplegados en Afganistán, Kosovo y Líbano llevaran inhibidores de frecuencia –véalo aquí-. A día de hoy, estos aparatos aún se siguen instalando en los vehículos de guerra.

Esta demora en la instalación de inhibidores en este tipo de vehículos tiene una explicación. Según ha podido saber El Confidencial Digital, los operarios que se encargan de su montaje tardan varias semanas en equipar a los BMR y demás carros de todos los sistemas de comunicaciones necesarios para participar en una misión en el extranjero.

Respecto a los inhibidores, las fuentes consultadas precisan que existen varios tipos de sistemas anuladores de frecuencia. Cada uno tiene su propio sistema de montaje y hay que emplear diferentes componentes para su adaptación al carro de combate.

También es necesario instalar diferentes sistemas de comunicación para que los ocupantes del vehículo (en el caso de algunos, pueden viajar hasta una decena) consigan comunicarse con la base. Se trata de dispositivos de radio y sistemas de localización GPS para que los militares gocen de las mayores garantías de seguridad.

A esto hay que sumar que la adaptación de todos y cada uno de los vehículos a las condiciones de una teórica misión de paz en el extranjero conlleva la colocación de piezas adicionales.

Por ejemplo, explican las mismas fuentes, es necesario instalar placas metálicas en la parte inferior de la torreta de disparo para que el militar que maneje la ametralladora no tenga contacto físico con los diferentes aparatos electrónicos del interior del vehículo.

En resumen, la instalación de todos estos dispositivos en los carros conlleva a los operarios varios días o incluso semanas de trabajo. De ahí, tanta demora en la entrega de los vehículos.

 

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