Las operaciones inmobiliarias de Bono enfadan a los militares, con bajos sueldos y sin facilidades para tener piso

Las operaciones inmobiliarias que está realizando el Ministerio de Defensa, para construir miles de viviendas en terrenos que fueron militares, han provocado no pocas quejas en los ámbitos castrenses, que ven cómo bienes del Ejército se usan con fines económicos, y hasta electorales, mientras los miembros de las fuerzas armadas sufren bajos sueldos y, además, tienen enormes dificultades para conseguir un piso.

Las operaciones inmobiliarias que está realizando el Ministerio de Defensa, para construir miles de viviendas en terrenos que fueron militares, han provocado no pocas quejas en los ámbitos castrenses, que ven cómo bienes del Ejército se usan con fines económicos, y hasta electorales, mientras los miembros de las fuerzas armadas sufren bajos sueldos y, además, tienen enormes dificultades para conseguir un piso. Como muestra de esta situación, un general cercano al Ministro de Defensa se atrevió a intentar una gestión cerca de José Bono, el pasado viernes. Quiso verle, antes de que entrara en el Consejo de Ministros para trasladarle este mensaje: “Quería decirle, señor, que no se olvide de nosotros”. Al término de ese Consejo se anunció la activación de la Operación Campamento, en Madrid. Según informaciones recogidas por ECD, los generales llevan tiempo con quejas sobre los sueldos, exponiendo que les faltan medios para realizar su trabajo y misiones, y, además, los miembros de las Fuerzas Armadas no están teniendo ninguna facilidad para conseguir piso de su propiedad. Por esos motivos, las decisiones inmobiliarias del Ministro están enfadando especialmente a los militares. Bono comentó que la utilización de terrenos castrenses para planes de vivienda ha sido “un abrazo de los Ejércitos a la sociedad civil”. Los militares se preguntan si ellos no son sociedad civil. Y añaden más preguntas: ¿Tiene la Guardia Civil piso para sus oficiales? En los ambientes militares se apunta que cada Ministerio, como es lógico, defiende sus intereses y sus derechos, mientras que Bono deja en la estacada a los oficiales y nos le asegura un piso digno, que es lo menos que se podría pedir después de años y años de servicio abnegado. Se escucha, en esos ámbitos: “Al menos, que no hagan la campaña electoral para 2008 a costa de los terrenos militares”. Y también: Siquiera, que hagan en Campamento 500 viviendas (del total de 15.000) a bajo precio para oficiales jóvenes, sargentos, brigadas… El problema de las viviendas militares viene de muy atrás, con un asunto especialmente lamentable: el caso de las viudas de militares asesinados por ETA, o víctimas del terrorismo internacional, que, al haber fallecido su marido, que era quien detentaba el derecho, deben abandonar el piso que les suministró Defensa. A una tragedia familiar se suma una nueva pesadilla. Una de las pocas excepciones a este proceder desahuciador ha sido el caso de la viuda del comandante Gonzalo Pérez García, herido de gravedad en Irak y que llegó a España en estado de coma irreversible. A su mujer, Federico Trillo personalmente le concedió la excepcionalidad y hoy tiene piso propio.

 

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