A los seis días del cese de Ana Mato

Las claves del sorprendente nombramiento de Alfonso Alonso como ministro de Sanidad

Rajoy ha querido aportar más peso político al Gobierno, valorar la lealtad del portavoz a su persona, y premiar su disponibilidad para dar la cara por el partido

Alfonso Alonso felicita a Mariano Rajoy.
Alfonso Alonso felicita a Mariano Rajoy.

Alfonso Alonso ha sido el elegido por Mariano Rajoy para suceder a Ana Mato al frente del ministerio de Sanidad. La sorpresa es que su nombre no aparecía en ninguna de las quinielas. El presidente ha querido premiar la lealtad que le ha demostrado en los tres años que lleva en La Moncloa. Además, dota de más peso político a su gabinete. Son las claves de ese nombramiento.

“Se lo ha ganado”. Así valoran altos cargos del Gobierno y del PP la designación de Alonso como nuevo ministro de Sanidad.

Estos dirigentes, consultados por El Confidencial Digital, aseguran que el hasta ahora portavoz popular en el Congreso “es de los que más ha trabajado al lado de Rajoy y el que más ha dado la cara por el presidente”.

Del círculo de confianza de Rajoy

Las fuentes a las que ha tenido acceso este diario explican que Alfonso Alonso se ha convertido, en apenas tres años, en una de las personas en las que más confía Mariano Rajoy desde que está en La Moncloa.

Su trabajo como portavoz del Grupo Popular en el Congreso ha provocado una interlocución permanente con Moncloa, que le ha servido a Alonso para demostrar “su lealtad al partido y al presidente del Gobierno”, según las fuentes consultadas.

Tal y como se avanzó en estas páginas, el ahora nuevo ministro de Sanidad se ganó definitivamente el favor del presidente del Gobierno hace dos veranos, en plena crisis política por la explosión del caso Bárcenas. Fue entonces cuando Alonso se fajó para sacar adelante la Ley de Transparencia, y protagonizar en el Congreso una defensa de Rajoy que acabó con un fuerte abrazo del presidente tras su intervención.

Además, durante el parón estival, fue de los pocos que dio la cara por el partido, sin dejar de realizar declaraciones defendiendo la honestidad del PP, mientras otros nombres destacados del partido se mantenían al margen, algo de lo que tomó buena nota Rajoy.

Esa fidelidad al presidente y al Partido Popular permitió a Alonso convertirse en un miembro más del grupo de asesores de Rajoy. El jefe del Ejecutivo contaba con el vasco para consultarle cualquier medida a aplicar, tal y como suele hacer con Soraya Sáenz de Santamaría, José Manuel García-Margallo, Jorge Fernández Díaz y Ana Pastor.

Más peso político para el Gobierno

La llegada de Alfonso Alonso a Sanidad otorga al Gobierno un mayor peso político, que se había perdido tras la marcha de Arias Cañete y de Ana Mato, según personas vinculadas al Ejecutivo.

Rajoy escucha así a las voces de dentro del partido que le piden apostar por un perfil de ministros menos técnicos, sobre todo de cara el tramo final de legislatura y los retos electorales inmediatos: “Es ahora donde más nos jugamos, y necesitamos gente que sepa transmitir los mensajes del Gobierno”.

 

Alonso, en ese sentido, “es la persona idónea, ya que lleva trabajando como voz del partido y del Ejecutivo durante los últimos tres años”, concluyen.

Con vistas al futuro

Algunas fuentes consultadas por ECD ven también en este nombramiento la puesta en marcha de una estrategia parecida a la que empleó Mariano Rajoy con María Dolores de Cospedal en 2008, cuando la nombró secretaria general del PP. Quedaban entonces tres años para las elecciones autonómicas, y ese tiempo -y la notoriedad del nuevo cargo interno- fue aprovechado por Cospedal para darse a conocer, consolidarse, difundir su proyecto, y convertirse finalmente en presidenta de Castilla-La Mancha en 2011.

En el caso de Alonso, el nombramiento como ministro puede suponer un impulso definitivo para convertirle en el nuevo líder que necesita el PP vasco.

Aunque él siempre se ha mostrado reacio a abandonar Madrid, Rajoy es consciente que el hasta ahora portavoz del PP en el Congreso puede movilizar el voto popular en Euskadi e, incluso, ser el cabeza de lista del partido en las autonómicas de 2016.

Alonso, que ha sido alcalde de Vitoria, sigue muy de cerca la actualidad política vasca, maneja en gran medida los hilos dentro del PP regional, y además es uno de los interlocutores de Rajoy con el Gobierno de Íñigo Urkullu, por lo que tiene experiencia de sobra para liderar el proyecto del PP en Euskadi.

Rajoy descartó a la candidata de Cospedal

Durante toda la jornada de ayer, el nombre de Susana Camarero, secretaria de Estado de Igualdad y Servicios Sociales, sonó con fuerza como la elegida de Mariano Rajoy para suceder a Ana Mato al frente del ministerio. Algún medio informativo llegó a dar por confirmado el nombramiento.

En la ejecutiva nacional del PP, de hecho, muchos de los allí presentes se pararon a hablar con ella, dando por cierto que sería nombrada esa misma tarde. Criada en el PP de Valencia, contaba con el aval de Esteban González Pons y de María Dolores de Cospedal.

Además, fuentes bien situadas en Sanidad explican a ECD que José Ignacio Echániz, consejero de Sanidad de Cospedal en Castilla-La Mancha y otro de los candidatos, “fue el que movió el nombre de Susana dentro del partido y del Gobierno”, algo que provocó que “todos la vieran ya como ministra”.

El secretismo que rodeó el nombramiento de Alonso provocó que los compañeros del Grupo Popular en el Congreso escucharan ayer, a las dos de la tarde, hablar al todavía portavoz de los preparativos de la Jornada de Puertas Abiertas que se celebra hoy en la Cámara, sin que por su tono y modo de hablar trascendiera que estaba al tanto de que iba a ser designado ministro.

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