Así son los ‘txerokis’. La nueva hornada de jefes de ETA ronda los 30, mamaron el terrorismo desde niños y Garikoitz los ‘colocó’ antes de ser detenido
La ETA de ‘Txeroki’. Así llaman los expertos policiales al entramado etarra que dirigió Mikel de Garikoitz Aspiazu tras la tregua y hasta su detención el pasado mes de noviembre. El pistolero bilbaíno ‘colocó’ a decenas de terroristas de su entorno en posiciones de mando del entramado etarra.
Primero fue Aiztol Iriondo, ‘Gurbitz’. Más tarde, Jurdan Martitegi, ‘Sherpa’. Y el último ha sido Aitor Elizarán, detenido ayer en la Bretaña francesa. ‘Txeroki’ se supo rodear desde su jefatura del llamado ‘aparato militar’ de una serie depistoleros fieles, a los que situó en la cúpula de la organización y que a día de hoy siguen teniendo máximas responsabilidades en el entramado etarra.
Por ejemplo, Ekaitz Sirvent era considerado como uno de los más inseparables escuderos de ‘Txeroki’. En poco tiempo, Sirvent llegó a ser el jefe del aparato de falsificaciones de ETA y uno de los máximos responsables del ‘aparato político’. Entre la documentación que se le intervino se encontraba la estrategia político-militar de ETA tras al tregua y había comunicados de la banda.
El último de los ‘validos’ de ‘Txeroki’ detenido, además de Eleizarán, ha sido Iurgi Mendinueta. Considerado uno de los más cercanos a Aspiazu, era considerado uno de los máximos responsables del aparato logístico de la banda. De hecho, fue interceptado con material explosivo listo para atentar.
Actualmente, la dirección de los distintos departamentos ‘estanco’ de ETA está compartida por los llamados ‘txerokis’ y otra serie de dirigentes veteranos, con galones, que estuvieron apartados un tiempo y que han vuelto a retomar responsabilidades en la banda terrorista. Es el caso de los hermanos Gogaescoechea o de ‘Dienteputo’.
Altos mandos del ministerio del Interior, a los que ha tenido acceso El Confidencial Digital, destacan que la hornada de los ‘txerokis’ no está ni mucho menos extinguida. A pesar de las sucesivas detenciones, aún quedan dirigentes etarras de peso huidos en Francia y que están siendo buscados por las Fuerzas de Seguridad, alertan desde Castellana 5.
Además de la citada relación personal íntima con ‘Txeroki’, estos pistoleros comparten una serie de características comunes: rondan la treintena (algunos de ellos son veinteañeros), provienen de las juventudes proetarras y han sido educados en familias muy vinculadas al terrorismo, como los hermanos Sueskun (Ibai se entregó hace unos días con una herida de bala en la mano). Es el caso de, además de los anteriormente citados, Asier Borrero, Aitor Artetxe y Eneko Zarrabeitia, entre otros.
Todos ellos comparten además una obsesión que les transmitió ‘Txeroki’ de primera mano: hay que apostar por las armas y por la sangre, nunca por la palabra.
La importante detención de ayer
En el Ministerio del Interior son conscientes de que la detención de ayer es un duro golpe para ETA. Aitor Elizarán y Ohiana San Vicente (más el primero) ocupaban un sillón destacado en el llamado ‘aparato político’, el encargado derefundar al brazo político de los terroristas, Batasuna.
No obstante, los expertos llaman la atención en que ETA siempre tiene una bicefalia en su organigrama. De esta forma, aunque haya caído el jefe del ‘aparato político’, seguro que ya hay alguien que ha asumido ese cometido.
Los dos detenidos ayer mantenían relación con los dirigentes ‘abertzales’ detenidos la semana pasada: Arnaldo Otegi y Rafael Díaz Usubiaga, entre otros.
En la comparecencia del ministro hubo un detalle que no pasó desapercibido para algunos de los periodistas allí presentes: la ausencia de algún alto mando de la Guardia Civil, cuerpo que participó en la detención de los etarras.
