Aumentan las agresiones de conductores a la Guardia Civil de Tráfico
La DGT reparte 1.500 chalecos antibala entre los agentes
El Ministerio del Interior dotará con 1.500 nuevos chalecos antibala a los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Se trata de dos lotes: 1.000 serán de uso externo y 500, de uso interno. La DGT quiere reforzar la seguridad de sus efectivos por el aumento de las agresiones de conductores a las patrullas y la amenaza yihadista.
El Confidencial Digital ha tenido acceso a los pliegos del contrato de compra de los chalecos por parte de la DGT. En ellos queda recogido el aumento de las agresiones de conductores, “hasta hace poco relativamente infrecuentes”, a agentes de la Guardia Civil de Tráfico.
Según el informe de la Dirección General de la Guardia Civil (DGGC), la tendencia es que esas reacciones violentas sigan creciendo. Las agresiones se producen con armas de fuego o bien con objetos cortantes o punzantes. Algunas han provocado la muerte de guardias civiles de Tráfico en el desempeño de sus funciones.
Los escenarios en los que la seguridad personal de los efectivos “puede verse comprometida”, continúa el dossier, se dan durante controles de alcoholemia o de drogas, en la identificación de conductores o en el momento de iniciar una sanción por infracciones cometidas.
Por todo ello, la DGT quiere reforzar la seguridad de los destacamentos de la Agrupación de Tráfico con 1.500 chalecos antibala.
Un contrato de 660.000 euros
Según el informe de la DGGC, el coste total de las prendas de protección asciende a 663.080 euros: 217.800 para la compra de los 500 chalecos de uso interno y 445.280 para los 1.000 de uso externo.
Cada unidad de suministro de chalecos antibala deberá contener: un chaleco, compuesto a su vez de dos paneles balísticos y una funda exterior de color blanco; dos fundas de repuesto, también blancas; una de transporte y un envase de cartón.
Además, los dispositivos de seguridad deberán cumplir una serie de características generales, entre las que destacan las siguientes:
-- No deberán molestar al cuello ni la axila, permitiendo que el usuario pueda sentarse cómodamente, conducir un vehículo y vestir ropa sobre él, pasando desapercibido.
-- Permitirá al agente portar el arma reglamentaria, encararla y hacer fuego con ambas manos en las distintas posiciones de tiro.
-- No llevarán protección en la parte superior de los hombros, disponiendo de un dispositivo que permitirá el ajuste del chaleco a diferentes tallas.
-- El espesor máximo del panel balístico será inferior a 6 milímetros.
La amenaza yihadista
El aumento de las agresiones a las patrullas de seguridad vial no es, sin embargo, el único argumento de la DGT para garantizarles una mayor protección.
Los últimos atentados de París –el de Charlie Hebdo en enero y los de la sala Bataclán, en noviembre- supusieron un aumento de la amenaza yihadista en Europa. En el caso de España, se mantiene el nivel 4 de alerta terrorista.
En ese sentido, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) denunció, el pasado noviembre, la “vergonzosa situación” en relación a medios de autoprotección para hacer frente a esa amenaza yihadista de policías nacionales y guardias civiles.
Además, la AUGC alertaba sobre la “precaria dotación de chalecos antibala para garantizar una mínima seguridad a los agentes que prestan servicio tanto de seguridad como de contacto directo con la población”.
Sin embargo, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil respondió asegurando que sus efectivos ya disponían, a finales del pasado año, de chalecos para prestar sus servicios profesionales en las calles españolas.
Por su parte, el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, anunció en agosto el objetivo de la institución para 2016: dotar a todos los agentes de chalecos, que no serán de dotación, sino que rotarán entre los que trabajen en los diferentes turnos. Entre ellos se encuentran los 1.500 anunciados ahora.
