Oleada de atentados en París

“Oímos la explosión y pensábamos que eran un petardo. Luego vino la avalancha”

Un joven español fue testigo del atentado suicida en las inmediaciones del Estadio de París donde jugaba la selección francesa

El Estadio de Francia ayer por la noche.
El Estadio de Francia ayer por la noche.

Uno de los siete atentados que sufrió ayer por la noche París se registró en las inmediaciones del Estadio de Francia, donde la selección gala jugaba un partido contra Alemania. Entre quienes fueron testigos del ataque suicida se encuenta un joven español, que relata los momentos de confusión que se vivieron. Tardaron horas en salir del estadio y terminaron refugiándose en el césped.

 

Pánico. Así define J.C.G., asturiano de 31 años,  lo que se vivió ayer por la noche en París cuando una oleada de atentados terroristas golpearon la capital francesa. Hasta siete explosiones sacudieron otros tantos puntos de la ciudad.

En la madrugada del sábado, las fuerzas de seguridad francesas contabilizaban más de 150 fallecidos. Un centenar de ellos se encontraba dentro de la sala de conciertos Bataclan, a apenas 550 metros de la sede de Charlie Hebdo atacada hace diez meses por una célula del ISIS.

Una de las bombas se registró en las inmediaciones del Estadio de Francia, el lugar donde la selección francesa juega sus partidos como local. J.C.G. acudió junto a su novia a presenciar el parido, aprovechando un viaje de vacaciones. Y lo que se encontró, dice, es “el caos”.

Había muchísimo ambiente, era un partidazo. Antes del partido había mucha gente alrededor del estadio, y se tiró algún petardo, lo típico antes de un partido así. Luego durante el encuentro volvimos a escuchar otro petardazo fuera del estadio. Era más fuerte que el anterior. Al rato comenzaron a desalojar el estadio. Empezaron a escucharse en las gradas que París estaba siendo atacada con bombas. Ahí se desató el pánico”.

J.C.G. relata que después comenzaron las carreras y los gritos. “Hubo una avalancha en una zona bastante estrecha. Tuvimos mucho miedo. Algunos decían que no saliéramos del estadio, pero la gente empujaba para afuera”.

“Al final –explica-, acabamos saltando al césped junto a cientos de personas. No sé cuánto tiempo pasó hasta que pudimos salir, pero parecían horas. Los móviles no funcionaban, y de vez en cuando se oían rumores de nuevos atentados y más muertos. Fue horrible” afirma.

 

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