El colectivo de presos etarras amenazó con no firmar el ‘acuerdo de Guernica’ si aparecían por allí los ‘disidentes’ de Nanclares

No todo lo que reluce en el colectivo de presos etarras es unión. El acto de Guernica, celebrado el pasado 25 de septiembre, estuvo a punto de irse al traste. Motivo: el veto que pusieron a que en el teatro Liceo, de la mencionada localidad vizcaína, tuvieran voz los presos que están en Nanclares de la Oca, en la que el Gobierno de Zapatero está reagrupando a los que se muestran críticos con la dirección de la banda.

El punto que diferencia a unos de los otros no son cuestiones ideológicas ni programáticas, sino los beneficios penitenciarios. Mientras que los que están en la prisión alavesa se han acogido a ellos, los del denominado Colectivo de Presos y Presas Políticos Vascos (EPPK) mantienen en este aspecto, como en otros, la más pura ortodoxia de los que, a día de hoy, siguen engrasando las pistolas.

Una intervención de Carmen Guisasola

Los preparativos de la escenificación de Guernica estuvieron marcados por una fuerte tensión entre los dos grupos de presos. Fue tan encendido el encontronazo, y se llegó a tensar tanto la cuerda, que los firmantes de la declaración amenazaron con no suscribirla si en el acto ‘aparecía’ alguno de los internos de Nanclares.

Y es que estaba previsto que la sanguinaria Carmen Guisasola, a la que han concedido ya varias salidas de prisión, fuera la voz de los ‘disidentes’, es decir, de los reclusos terroristas beneficiados por el Gobierno por firmar cartas críticas a ETA.

Al final, ante la amenaza del EPPK de no apoyar el acuerdo, se ‘controló’ la situación para que los presos de Nanclares estuvieran al margen del acto del 25 de septiembre, “paso inédito”, en palabras de Alfredo Pérez Rubalcaba, que el Gobierno y la izquierda abertzale celebraron con un cerrado aplauso. Pocos días después, el lehendakari presentó en el Parlamento Vasco un decálogo de medidas, entre ellas, el acercamiento de presos a cárceles vascas.

Guisasola también iba a subir al escenario del teatro, pero al final la amenaza del EPPK venció a los ‘disidentes’ y a los que, desde bambalinas, estuvieron trabajando para que ese “paso inédito” saliera a la luz. Por este motivo, las fuentes antiterroristas consultadas por El Confidencial Digital subrayan que no debe olvidarse la presión que ejerció el EPPK para dar su respaldo al acuerdo de Guernica.

‘La Gorda’

Conocida con el alias de ‘La Gorda’, Carmen Guisasola Sorozábal cumple condena en Nanclares de la Oca y recientemente contó con un permiso penitenciario que aprovechó para ir al cine en San Sebastián, junto a Kepa Picabea y José Luis Álvarez Santacristina, ‘Txelis’.

Fue detenida el 17 de noviembre de 1990, en un control policial en Saint Martin de Seignanx (Francia), cuando se dirigía a entrevistarse con Francisco Múgica Garmendia, ‘Pakito’ en un lujoso caserío, con piscina incluida. Desde 1998 está expulsada de la banda.

 

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