“Lo que tenga que ser, será”. Dos semanas después del accidente de Santiago, los viajeros de Renfe no quieren saber el vagón que les toca
Tan sólo han pasado dos semanas desde que se produjera el terrible accidente ferroviario en Santiago de Compostela, por lo que los viajeros que escogen estos días RENFE como medio de transporte aún lo tienen presente. La mayoría de ellos no quieren saber cuál es el vagón en el que se sentarán durante su trayecto, y descartan la opción de escoger plaza en el tren.
“Lo que tenga que ser, será”. Con estas palabras demuestran algunos viajeros su conformidad respecto a la ocupación asignada por la compañía ferroviaria cuando compran el billete de tren.
El Confidencial Digital ha podido saber que, actualmente, no existe rechazo ante la posibilidad de viajar en el primer o el último vagón de los trenes, los más afectados en el caso de que ocurriera una catástrofe similar a la sucedida en Galicia.
Las personas que eligen RENFE como medio de transporte muestran indiferencia ante esta elección, y prefieren aceptar la opción designada por la empresa.
Del mismo modo que los compradores no tienen preferencia por viajar en los vagones intermedios, tampoco tienen predilección por el asiento más cercano a la ventanilla o el pasillo.
Los viajeros ‘huyen’ de los asientos en contra de la marcha del tren
Los usuarios de RENFE siempre se han negado, con independencia de la reciente tragedia acaecida en Santiago de Compostela, a viajar en determinados lugares que consideran los “más incómodos”.
Los asientos ubicados en la dirección opuesta del trayecto del tren siguen siendo los menos demandados por los clientes.
Tampoco son del agrado de los usuarios los asientos que les sitúan enfrente de otro viajero.
No ha bajado la venta de billetes
Las ventas de plazas de la compañía no han descendido a raíz del accidente ferroviario ocurrido la tarde del 24 de julio.
Agencias de viajes que gestionan las peticiones a RENFE han confirmado a ECD que la demanda de asientos sigue siendo la misma que existía antes de la catástrofe, a pesar de la preocupación de algunos compradores a la hora de adquirir su billete.
