¿España puede fiarse de Estados Unidos?

60 millones de llamadas telefónicas, correos electrónicos, SMS, navegaciones por Internet o intercambios a través de las redes sociales es la información que la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, sus siglas en inglés) ha espiado a España ¿Pero nos podemos fiar realmente de EE.UU?

Barack Obama, en una imagen de archivo.
Barack Obama, en una imagen de archivo.

El Confidencial Digital ha consultado a tres prestigiosos expertos en Relaciones Internacionales para tratar de averiguar si España puede realmente confiar, o no, en la primera potencia mundial. ¿Sabía el Gobierno que la NSA espiaba a España? ¿Facilitó el CNI su labor? ¿Es normal que se espíe a un país aliado? ¿Debe Rajoy pedir responsabilidades?

Para el catedrático de Derecho Internacional Privado y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Calduch, “España puede fiarse de EEUU poniendo los medios necesarios para garantizar que el país norteamericano no se extralimita, y vuelve a los cauces legales y políticamente aceptables”.

“En este caso, al pertenecer ambos países a la misma alianza, la información que se obtenga debe ser a través de la alianza y no el espionaje”, subraya el profesor Calduch.

Además, explica que “el espionaje se utiliza para conseguir información de un Estado enemigo a través de servicios secretos o militares. Si un Estado te espía significa que te está tratando como potencial enemigo”.

Sin embargo, el Jefe de Información Internacional de COPE, Manuel Ángel Gómez, explica otra tesis. “España tiene que dar por hecho que, aunque seamos países aliados, le van a espiar, pero no como enemigos, sino para conocer diversas razones económicas o intenciones del Gobierno”, aclara.

El periodista de COPE también añade que “Estados Unidos cuenta con que lo tenemos que asumir porque dependemos de ellos ya que nos suministran mucha información”.

Por otra parte, Luis Ayllón, Corresponsal Diplomático de ABC, opina que “España tiene que actuar con cautela y no molestarse, ya que se trata de un país aliado del que hemos sacado réditos. El Gobierno español quiere explicaciones, que es lo mínimo exigible, pero –matiza- no hay temor”.

Según Ayllón, España no debe temer a Estados Unidos, aunque sí considera grave la situación. “¿Temor a Estados Unidos? No creo respecto a los datos que puedan obtener. Sería muy grave, eso sí, que hubieran pinchado el teléfono a los presidentes Zapatero y Rajoy”.

“España no está preguntando mucho. Aquí, con unas explicaciones normales, el Gobierno se va a conformar, no preocupa es exceso”, añade Ayllón, que opina, no obstante, que “Estados Unidos tiene que hacérselo mirar, ya que se han extralimitado y tendría que hacer algo”.

Por el contrario, Manuel Ángel Gómez cree que “ tanto los servicios secretos como el Gobierno español daban por hecho que esto ocurría. El problema es que se haya publicado”.

Para el periodista de COPE, “España está haciendo lo que no le queda más remedio, es decir, intentar dar la impresión de que está molesta y exige responsabilidades. Pero lo que realmente se espera es que se olvide el tema como pasó con Wikileaks”, concluye.

Rafael Calduch, por su parte, ve normal que EE.UU esté intentando tapar el caso. “Estados Unidos tiene que hacer todo lo posible para no revelar sus fuentes. Y las informaciones que estamos viendo son parte de la campaña mediática y propagandística para dar la apariencia de control por parte del Gobierno sobre sus servicios de inteligencia”.

Al contrario que Manuel Ángel Gómez, que piensa que “tanto lo que dice EE.UU como lo que dice España tiene parte de verdad y de intoxicación”.

“Estados Unidos trata de evitar encontrar responsabilidades. Lo que se ha estado publicando estos días todo el mundo lo daba por hecho. Lo que se pretende evitar ahora es que alguien los lleve a los tribunales”, concluye el Jefe de Internacional de COPE.

Luis Ayllón destaca que “España no va a hacer nada que vaya en contra de la política de seguridad de EEUU, y va a seguir confiando, ya que el espionaje lo practican todos los países. El peligro es cuando una nación se sobrepasa”.

Mientras, Rafael Calduch argumenta que “las alianzas están, entre otras cosas, para ayudarse en términos de información”. Además, en su opinión, “no existen límites de espionaje, salvo los tecnológicos, y son los propios servicios de inteligencia los que marcan los límites de lo permitido”.

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