De Filesa a Gürtel: ¿Es España un país de corruptos?

Filesa. Juan Guerra. Naseiro. Roldán. Malaya. Son decenas los casos de corrupción en España. Han afectado a todos los partidos y, en alguna ocasión, han llegado a llevarse Gobiernos por delante. Lea aquí el “top cinco” de la corrupción a la española.

-         Caso Filesa. Uno de los más notables que han afectado al PSOE, por financiación ilegal del partido. Dio lugar a la apertura de al menos seis sumarios diferentes (Caso Ave, Caso SEAT, entre otros), por su enorme complejidad. En esencia, se trató de una trama de empresas tapadera, Filesa, Malesa y Time Export, dedicadas a facturar a otras empresas importantes, fundamentalmente bancos, por trabajos nunca realizados o cobrados abusivamente. El dinero fue a parar al PSOE para la financiación de la campaña electoral de 1989 y aun después. Hubo cuarenta imputados por falsedad ideológica en documento mercantil, fiscal, malversación de fondos públicos, apropiación indebida, falsedad en documento público, delito monetario, tráfico de influencias y asociación ilícita. Finalmente, el número de acusados se rebajó a doce. Protagonistas principales: el senador socialista José María Sala y el encargado de las finanzas del PSOE, Guillermo Galeote.

-         Caso Naseiro. Le estalló a José María Aznar poco después de hacerse con la presidencia del PP. Un juez de Valencia dictó auto de procesamiento contra el diputado por Valencia José Luis Sanchos y el administrador Rosendo Naseiro. El caso vino precedido de escuchas telefónicas por las que se descubrieron indicios de financiación ilegal y enriquecimiento personal. Aznar reaccionó con contundencia, expulsando a varias personas del PP y elaborando un código ético del partido, de modo que la gestión de dicho caso sirvió para consolidar su imagen.

-         Caso Juan Guerra. Uno de los más mediáticos y chuscos, en buena parte acabó con las ambiciones del entonces vicepresidente Alfonso Guerra, hasta que terminó por causar su dimisión y dañar su imagen durante años. A finales de 1989, el hermano del vicepresidente, Juan Guerra, fue contratado por el PSOE para trabajar en un despacho oficial de la Delegación del Gobierno en Andalucía en calidad de asistente de su hermano. El despacho era utilizado para actividades diferentes a las asignadas, lo que le valió a Juan Guerra ser acusado y juzgado por los delitos de cohecho, fraude fiscal, tráfico de influencias, prevaricación, malversación de fondos y usurpación de funciones. Así, Juan Guerra pasó de ser hombre sin apenas oficio ni beneficio –parado de larga duración, vendedor de enciclopedias, obrero en Santa Bárbara- a ejercer gran influencia en Andalucía y España entera, sobre todo en negocios inmobiliarios, por ser hermano del vicepresidente. El caso salió a la luz por la ex mujer de Guerra, víctima de maltrato por parte de este, la cual, harta de dicha situación, hizo llegar documentación comprometedora al partido de la oposición. Juan Guerra y su principal socio fueron condenados a un año de cárcel y a pagar una multa.

-         Caso Malaya. Es el más significativo de la corrupción municipal en España. De 1991 a 2006, el GIL (Grupo Independiente Liberal) malversó más de cincuenta mil millones de pesetas durante su época de Gobierno en Marbella, bajo los alcaldes Jesús Gil, Julián Muñoz y Marisol Yagüe y el encargado de urbanismo Juan Antonio Roca. Con Malaya, cuyo sumario sigue abierto, se quiere sacara a la luz un complejo entramado empresarial y administrativo que encubre delitos de todo género –cohecho, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, prevaricación etc.- llevados a cabo por dirigentes de Marbella con abogados y empresarios. Roca ha sido el cabecilla de toda la trama, controlando el dinero de los impuestos municipales de Marbella. Ahora está imputado por malversación, cohecho y blanqueo de dinero a escala masiva.

-         Caso Roldán. Otro caso que contribuyó a enterrar los años de Felipe González. Luis Roldán, miembro del PSOE y delegado del Gobierno en Navarra, pasó a ser el primer director no militar de la Guardia Civil, logrando en el cargo éxitos como la detención de la cúpula etarra en Bidart en 1992. Según se probó judicialmente, en el ejercicio de su cargo aumentó su patrimonio de modo desmedido, logrando confirmarse que se llevó más de cuatrocientos millones de pesetas de fondos reservados y cerca de dos mil en comisiones para construcciones de la Guardia Civil. Acosado por la prensa y la judicatura, Roldán, tras ser destituido en diciembre de 1993, huyó de España en abril de 1994, siendo detenido en el aeropuerto de Bangkok un año después en circunstancias muy poco claras. Roldán fue condenado a 31 años de prisión por malversación, cohecho, fraude fiscal y estafa, así como al pago de más de dos mil millones de pesetas en concepto de multas e indemnizaciones al Estado.

Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato