Guardiola, Mourinho, Ancelotti… ¿es ahora el entrenador la verdadera ‘estrella’ del fútbol?

Los entrenadores de fútbol viven su etapa dorada particular: se han convertido en personajes mediáticos –a veces, incluso más que los futbolistas-, en muchos casos cobran más que los 'cracks' de sus equipos, y son demandados como figuras publicitarias de primer orden. ¿Son ahora los entrenadores las auténticas 'estrellas' del panorama futbolístico?

No venden camisetas, venden estilo

“En España, en los últimos años, se ha copiado el modelo del fútbol inglés, del manager que plenipotenciario que dirige el destino deportivo de los clubes y que se responsabiliza de inversiones multimillonarias en jugadores. Por ello, los aficionados les tienen en un pedestal cuando la apuesta es ganadora, o los crucifican cuando ésta fracasa”. Así lo ve un entrenador de un club de Primera División consultado por El Confidencial Digital que solicita mantener el anonimato. “Los entrenadores no venden camisetas con su nombre y su dorsal, pero venden algo que muchas veces, sobre todo para los aficionados más adultos, es más atractivo: un estilo y una filosofía. El problema es que muchas veces el personaje acaba engullido por sí mismo, ya que la excesiva atención mediática les lleva al egocentrismo” asegura este técnico de un equipo de la Liga BBVA.

Cada vez más mediáticos

Hay casos de entrenadores a los que la prensa les presta más atención que a los propios protagonistas del juego, los futbolistas. Incluso en algunas retrasmisiones deportivas, en las que está involucrado alguno de estos entrenadores ‘top’, la realización de televisión dispone una cámara exclusivamente a seguir las reacciones del entrenador al juego del equipo. Tal y como explica un periodista deportivo que sigue al Real Madrid en un gran medio deportivo nacional, “las declaraciones del típico entrenador mediático, como Mourinho, son más demandadas que las de las estrellas. Eso antes no pasaba” asegura.

Cobran más que sus jugadores

Otro de los aspectos que explican el ‘boom’ de los entrenadores estrella es su sueldo. Antiguamente, el puesto de entrenador estaba bien pagado, pero se mantenía lejos de lo que cobraban los jugadores determinantes de su plantilla. En la actualidad, existen muchos técnicos en cuyo contrato se especifica una clausula por la cual deberán cobrar siempre más que el jugador con mayor salario de la plantilla. Los sueldos de los managers se han disparado: Guardiola, sin ir más lejos, cobrará 17 millones brutos por cada una de las tres temporadas que esté al frente del Bayern de Munich, un total de 51 millones. Las cifras se han disparado en los últimos años. Alex Ferguson y Arsene Wegner, managers del Manchester United y del Arsenal respectivamente, eran los entrenadores mejor pagados del mundo en 2006 con 6 millones de euros. Seis años después su salario se ha multiplicado por dos. En 2012, Mourinho ingresó 15 millones de euros de ficha, Carlo Ancelotti (en el Paris Saint Germain) unos 13 millones, y Guus Hiddink unos 7,2 millones. Además, los entrenadores también han entrado en el circuito de las cláusulas de rescisión. El Real Madrid pagó al Inter de Milán 8 millones por dejar libre a Mourinho. Y el Chelsea hizo lo mismo con el portugués Villas-Boas: pagó 15 millones de euros en concepto de fichaje al Oporto.

Fenómenos publicitarios

Este nuevo perfil de entrenadores ha supuesto un gancho publicitario para muchas marcas. Guardiola prestó su imagen a la campaña de un banco, mientras Mourinho ya lo ha hecho con una empresa de tecnología, una tarjeta de crédito o un coche deportivo de alta gama. Un profesional de la publicidad consultado por ECD lo explica así: “se trata de figuras que trasmiten seriedad, exigencia y ambición, tres aspectos que para ciertos productos, sobre todo de lujo, resultan claves en los procesos de creación publicitaria. Suelen ser figuras muy rentables en las campañas, y son las marcas las que piden a este o al otro entrenador” asegura. Tal y como explica este profesional, la agencia para la que trabaja contactó con un entrenador inglés para la realización de un anuncio, oferta que el técnico finalmente desechó. Tuvieron que sustituirle por el jugador ‘insignia’ del equipo. “Nos salió más barato el jugador de lo que nos iba a salir el entrenador” asegura.

 

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