Así ha maniobrado Pedro Sánchez para convertirse en candidato a presidente del Gobierno

El pasado 21 de junio, en un Teatro Circo Price lleno a reventar y delante de una gran bandera de España, Pedro Sánchez fue proclamado candidato del PSOE a las elecciones generales que se celebrarán a finales de año. Lo ha conseguido sin tener que concurrir a las primarias, pero no todo ha sido un camino de rosas para el actual líder de la oposición.

Pedro Sánchez, en la proclamación como candidato a las generales.
Pedro Sánchez, en la proclamación como candidato a las generales.

El camino hacia La Moncloa lo inició Sánchez hace menos de un año. Todo comenzó el 26 de julio de 2014, cuando fue elegido secretario general de los socialistas después de imponerse a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias en el congreso extraordinario del PSOE. Desde entonces, el madrileño ha ido dando pasos decisivos para lograr lo que ha conseguido: ser cabeza de lista del partido... y sin tener que enfrentarse a ningún rival.

En campaña desde el primer día

Una vez nombrado secretario general, Pedro Sánchez empezó a preparar el terreno para convertirse en el candidato del PSOE a La Moncloa. Su primera decisión fue formar una ejecutiva muy heterogénea, donde estuvieran representadas distintas corrientes internas y donde los barones regionales tuvieran mayor peso en Ferraz. Además, se rodeó de personas de su máxima confianza, entre los que destacan César Luena, secretario de Organización, y Antonio Hernando, portavoz del partido en el Congreso.

El equipo de Sánchez sostiene que el secretario general nunca ha escondido sus intenciones, tal y como quedó demostrado en su primer Comité Federal con nuevo líder al frente. Fue entonces cuando ya anunció que su objetivo era ser el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, para asombro de los allí presentes.

Algunos criticaron entonces ese anuncio, incluida la principal valedora de Sánchez en el congreso extraordinario y, desde entonces, su principal rival: Susana Díaz. No obstante, otros dirigentes vieron ya entonces que el proyecto del secretario general no era solo para un año, y que su ambición podía garantizar la estabilidad dentro del partido, aplazando hasta después de las generales los debates internos.

No ha cedido a las presiones de Díaz

Pese a que un sector del partido aplaudió el carácter decidido de Sánchez, Susana Díaz no estaba dispuesta a que el secretario general cortara su propia hoja de ruta, en la que no descartaba ser ella la que diera el salto a Madrid para convertirse en cabeza de lista para las generales o presentar a su propio candidato.

Los planes de la sevillana pasaban por adelantar las elecciones andaluzas, ser investida presidenta y presionar a Sánchez para que aceptara el siguiente acuerdo: “Tú te quedas de secretario general y yo o alguien impulsado por mí será quien aspire a La Moncloa”.

El secretario general, no obstante, se mantuvo firme frente a las maniobras de la sevillana, a la que también le penalizó no ser investida presidenta de la Junta antes de las elecciones municipales del pasado mes de mayo.

Se quitó de en medio a Tomás Gómez y a Chacón

Consciente de las dificultades para ser ella la candidata a La Moncloa, Susana Díaz empezó a mover, en enero de 2015, el nombre de Carme Chacón como alternativa a Pedro Sánchez. La ex ministra de Defensa, además de contar con el apoyo de la federación andaluza, tenía de su parte al PSM de Tomás Gómez.

La reacción de Sánchez no se hizo esperar. El pasado mes de febrero, y sin previo aviso, cesó al ex alcalde de Parla como secretario general de los socialistas madrileños y nombró una gestora para controlar a la federación. Además, dejó sin validez las primarias del PSM para las autonómicas y nombró candidato a esos comicios a Ángel Gabilondo.

Para quitarse de en medio a Carme Chacón, Pedro Sánchez realizó una maniobra menos mediática, pero igual de contundente. Tal y como se informó en estas páginas, el secretario general selló un pacto con Miquel Iceta para que el PSC celebrara las primarias para elegir candidato a la Generalitat y al cabeza de lista por Barcelona en las generales el 26 de julio, mismo día en que estaban previstas las primarias para la presidencia del Gobierno.

Con este movimiento, Sánchez se garantizó que Chacón no se enfrentara a él y se “conformara” con garantizarse un escaño en el Congreso de los Diputados liderando la lista del PSC por Barcelona. Además, Iceta también se ha asegurado ser candidato a la Generalitat pese a la difícil situación por la que atraviesa el partido en Cataluña.

Ha conquistado a Rubalcaba y a González

En su disputa contra Susana Díaz, Sánchez se ha ganado a dos poderosos aliados, a la postre decisivos para hacer claudicar a la líder andaluza. Se trata de Alfredo Pérez Rubalcaba y de Felipe González.

--Alfredo Pérez Rubalcaba, al que Díaz le pidió que se marchara tras las elecciones europeas, decidió a principios de año postularse al lado de Sánchez y ayudar al secretario general en las decisiones clave que ha tomado en el último semestre.

Así, el ex vicepresidente del Gobierno realizó llamadas a periodistas de Prisa para defender el pacto anti-yihadista firmado entre PP y PSOE, y colaboró con el líder del partido para preparar su discurso en el debate sobre el estado de la nación y para convencer a Gabilondo de que aceptara ser candidato a la Comunidad de Madrid.

--Con Felipe González, Sánchez lo tuvo más difícil. El ex presidente del Gobierno no confiaba en él en los inicios de su mandato: no le gustó que impusiera el “no” a Juncker a los socialistas españoles en el Parlamento Europeo y que hablara de las “puertas giratorias”, en referencia al paso de los políticos a la empresa privada, tal y como hizo el propio González al llegar a Gas Natural.

Sin embargo, el cambio de discurso de Sánchez con ese asunto, y la necesidad de tener un líder sólido al frente del PSOE ante la inminencia de las elecciones, han convencido a González para apoyar al secretario general y, además, para sentenciar a Díaz. El ex presidente llegó a afirmar, en una entrevista, que “el sitio de Pedro es Madrid y el de Susana es Andalucía”.

Los barones “madinistas” le apoyan

Además de los apoyos de Rubalcaba y González, Sánchez ha contado con el respaldo de dos barones regionales que, en el congreso extraordinario del PSOE, apostaron por Eduardo Madina. Se trata de Guillermo Fernández Vara y de Javier Fernández.

En Ferraz temieron que Susana Díaz aprovechara que ambos apostaron por el diputado vasco para acercarse a ellos y hacer frente común contra el secretario general. Sin embargo, los dos dirigentes regionales se han mantenido fieles al secretario general.

También el propio Madina ha preferido mantenerse al margen, a pesar de que la presidenta andaluza se reunió hasta en dos ocasiones con él para intentar convencerle de que hicieran pinza contra Pedro Sánchez.

El 24-M y los pactos con Podemos

Todos estos movimientos, sin embargo, no hubieran sido suficientes si el PSOE hubiese sufrido una hecatombe electoral el pasado 24 de mayo. Los socialistas, que obtuvieron peores resultados que en 2011, han recuperado sin embargo poder territorial gracias al desgaste del PP, que ha perdido todas sus mayorías, y a los pactos post-electorales que ha alcanzado con Podemos.

Pedro Sánchez, que había descartado antes de los comicios aliarse con el partido de Pablo Iglesias, ha cambiado de opinión para tener gobiernos socialistas en Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Aragón y Baleares, además de en un gran número de ayuntamientos.

Con ese poder territorial, y sin el desgaste que hubiera supuesto para él y el PSOE la celebración de unas elecciones primarias, espera remontar en los próximos meses los dos puntos de distancia que le seca hoy el PP para ganar las generales.

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