El porqué de la roja

Descubra las causas que han formado el carácter del equipo que puede ser campeón del mundo

-         Por tradición, siempre se ha dicho que el genio español es individual: somos más de grandes hombres aislados –de Cervantes a Velázquez- que de escuelas. En deporte, hasta los éxitos en baloncesto y en fútbol, también éramos más de caracteres únicos que de esfuerzos de coordinación colectiva. Con “la Roja”, eso ha cambiado definitivamente.

-         Un dato importante de la selección española: la humildad colectiva. Desde la Eurocopa 2008, estos jugadores –básicamente el mismo grupo- han estado bajo dos entrenadores distintos, manteniendo no sólo un mismo estilo de juego, sino una homogeneidad de grupo aparente a ojos vista. Al contrario que otras selecciones –Portugal con Cristiano Ronaldo, Inglaterra con Rooney-, en España no ha habido ningún ego desbocado, ningún narcisismo improcedente. Ha habido un empuje unitario a partir de un sentimiento de igualdad y de cooperación. ¿Alguien ha visto en la escuadra española alguno de esos gestos de divismo tan propios de algunos jugadores?

-         A ningún jugador español se le ha oído ninguna baladronada. No ha habido ni una mala palabra para ningún otro equipo. No ha habido ni una réplica destemplada a declaraciones contrarias al equipo español. No ha habido ni una fanfarronada sobre las propias capacidades. Siempre se han comportado con cortesía, con deportividad, fuera y dentro de la pista. Han sido conscientes de su función de ejemplaridad.

-         Han mantenido la discreción, la sobriedad y la templanza declarativas: piénsese que Carles Puyol podía haberse subido a la ola de la euforia tras marcar su gol, pero en público reaccionó con una virtud antigua y muy típica de esta selección: asumiendo lo hecho, pero casi como quitándose importancia. La modestia, en definitiva, un valor no muy a la moda.

-         Al tiempo, con ese “bajo perfil”, el equipo español ha aplicado una táctica eminentemente inteligente: no dejarse influir por nada de lo que ocurra fuera, algo muy propio del temple de del Bosque. El gran dolor vivido dentro del equipo por la derrota ante Suiza sólo se supo después. Como sólo después se supo que habían mantenido la fe en todo momento.

-         El propio estilo español –el famoso tiqui-taca-, no es sino un estilo de juego que enfatiza la solidaridad. Se hace con pases, se hace sabiendo dónde está uno y dónde están los demás, se hace ofreciéndose y ayudando. Es un contraste con el fiarlo todo a la genialidad de una gran estrella, con esos equipos en los que juegan diez jugadores para un jugador. La ausencia de esas presencias que todo lo acaparan ha hecho posible que la selección sea, ante todo, un estilo, una escuela.

-         A la vez, es un estilo que destaca por la generosidad: la generosidad de esfuerzo en un equipo en los que todos saben defender y atacar, incluso la generosidad con que se aceptan los cambios o las suplencias.

-         Ese es otro secreto del equipo español: la homogeneidad. Todos los puestos, todos, están bien cubiertos, y tienen un sustituto de garantía. Eso asegura que –como se ha visto desde la Eurocopa-, en cada partido pueda destacar cualquier jugador sin que cause ninguna sorpresa.

-         Son chicos jóvenes y sanos, sin ninguna gestualidad forzada al hablar, al vestir, al comportarse. Así se comportaron, con cortesía, cuando la reina, por ejemplo, fue al vestuario. Son gente natural, sin complicaciones.

-         Además, han mostrado también una unidad sin fisuras en algo tan delicado como es el propio sentimiento patriótico. No han caído en el patrioterismo, ni en ninguna manifestación política inconveniente, como tampoco tienen problema al decir “España”. Son un equipo que, en fin, escucha el himno abrazado; una selección apolítica, inclusiva.

-         Al mismo tiempo, esta selección muestra cómo una liga de grandes clubes como la española también puede dar un gran conjunto nacional. Los jugadores se conocen, el propio tiqui-taca no podría hacerse sin una importante dosis de esa complicidad asentada por los años, que tanto bebe –como se ha reconocido- del Barcelona.

-         El propio estilo táctico de del Bosque tiene más que ver con la observación y la intuición que con lo invasivo de un “librillo” aplicado a ultranza, como hacen otros entrenadores. Se trata de gestionar con espíritu liberal una gran cosecha de talentos, para no opacar su brillo. 

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