Brasil 2-0 Serbia: Richarlison alumbra a la Canarinha en su debut

Brasil gritó su presencia en Qatar con una prestación sólida, salpicada con los momentos de brillantez marca de la casa, para madurar a Serbia en el primer tiempo y doblegarla en el segundo. L

os goles de Richarlison establecieron una diferencia seguramente menor de lo que fijó el fútbol, que al equipo de Tite le rebosa. Sobre todo en ataque, con cuatro delanteros en el once, reflejo de la naturaleza ofensiva que ha sido casi siempre rasgo distintivo de la pentacampeona del mundo. Su actual técnico es de los pragmáticos, pero al final el talento siempre encuentra su rendija. Neymar, Vini, Ricarlison, Raphinha, Rodrygo, Antony... Demasiado arsenal como para que la lógica de su potencia no acabe por imponerse.

Serbia amagó con un inicio valiente, pero no pasó de tibia declaración de intenciones. Un par de pelotazos buscando la boya de Mitrovic y el talento de Tadic y Milinkovic-Savic, que no hicieron daño a la curtida defensa de Brasil. Los de Tite, con Casemiro casi como único centrocampista, con algunas ayudas de Paquetá, prescindieron del papeleo para hacer llegar el balón a su línea de cuatro atacantes.

Case y Thiago Silva encontraron con dos pases verticales a Neymar y Vinicius, pero la defensa serbia reaccionó a tiempo. El extremo del PSG tenía ganas de fiesta y buscó el gol olímpico, que le negó el meta serbio. Vania Milinkovic Savic apareció también en la más clara de la Canarinha, una posición franca de Raphinha que se saldó con un disparo flojo y centrado del punta del Barça, un regalo para el portero rival.

Repitió el azulgrana error grueso en el arranque del segundo tiempo, el preludio del vendaval desatado por Ney y Vini y concretado por Richarlison, al que apenas habían encontrado sus compañeros en el primer acto.

El 1-0 fue de cazagoles, y el segundo va directo a la galería de honores de la historia de los Mundiales, un tijeretazo impecable, acrobático, potente y ajustado, imposible de conjurar. Sólo la madera pudo contener la furia ofensiva de Brasil, escupiendo dos tirazos de Alex Sandro y Casemiro, pero a Brasil no le hizo falta hacer sangre, pese a que los revulsivos (Rodrygo, Antony, Fred) también buscaron su momento de gloria. Recursos casi infinitos en ataque los de Brasil, que entra con poderío en el Mundial marcado por el sueño del hexa. Y, por lo visto, con sólidos argumentos.

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