Carla Bruni no decepcionó a quienes centraron la visita de Nicolas Sarkozy en la figura y personalidad de la esposa del presidente francés
Al margen de los importantes argumentos políticos que engloba la visita de Nicolas Sarkozy a España, gran parte del interés mediático se había centrado en la figura de su esposa, la cantante y ex modelo Carla Bruni. Y la italo francesa no decepcionó.
Muestra de esa expectación fue que el número de reporteros de la prensa ‘rosa’ que cubrieron la recepción oficial en el Palacio de El Pardo superó al de medios más serios, con un total de 120 informadores.
Para esta visita, La Zarzuela ha limitado la presencia de periodistas, por el alto número de solicitudes, pero también por la presencia de numerosos enviados especiales franceses.
Carla Bruni dio la primera imagen cuando apareció en la puerta del avión oficial ataviada con un vestido negro, entallado a la altura de la rodilla, y con una blusa blanca anudada encima a modo de bolero, dando así una muestra más de que, entre otras cosas, se ha convertido en ‘embajadora’ de la moda francesa.
Los visitantes llegaron hasta el Palacio de El Pardo en un automóvil marca Mercedes. En los saludos, la señora de Sarkozy omitió el gesto protocolario que rindió a Isabel II de Inglaterra (doblando la rodilla levemente) y ante don Juan Carlos se limitó a una inclinación de cabeza mientras éste le tomaba la mano derecha y hacía ademán de besársela.
Para el almuerzo en La Zarzuela, Carla Bruni lució un vestido más sobrio que el primero, de color azul. Y allí se produjo el primer momento más esperado por gran número de medios: el encuentro con la princesa Letizia, que lucía un vestido en tono morado. Ambas se dieron un beso, que es la imagen más repetida en páginas webs y portadas, y entraron juntas en el palacio.
Las siguientes fotografías más codiciadas fueron las de la cena de gala en el Palacio Real, donde la Reina, Letizia y Carla Bruni lucieron espléndidos vestidos. Un acto para el que el número de peticiones de invitación llegadas a La Zarzuela se había multiplicado como nunca. Al final, 140 comensales.
