El Gobierno cambió la hoja de ruta de la reforma del Código Penal en materia de Tráfico para disfrazar el fracaso del carné por puntos

El presidente de la Asociación de automovilistas europeos, Mario Arnaldo, asegura a El Confidencial Digital con la reforma del Código Penal en materia de seguridad vial en la mano, que se ha tratado de una modificación realizada “deprisa y mal”. “Generará frustración” –advierte- en quienes, como él, confió en la palabra de José Luis Rodríguez Zapatero quien en 2004 se comprometió en una carta a convertir la seguridad vial en una de las prioridades de su agenda personal.

Unos meses más tarde el Ejecutivo aprobó el Primer Plan Estratégico de Seguridad Vial 2005-2008. Era la primera vez que un gobierno fijaba en un documento un plan con objetivos para reducir la mortalidad. Hasta entonces, la administración era una mera contable y lo único que hacía eran planes anuales en los que se limitaban a cuantificar los fallecidos en accidente de tráfico.

En el nuevo documento, sin embargo, se fijaban objetivos y medidas, entre otros, la reducción anual de la mortalidad en un 9,7% hasta alcanzar un 40% menos en 2008: vea aquí esa declaración de intenciones. Curiosamente, 2004 fue el único año en el que las estadísticas fueron favorables: fallecieron 4.741 personas frente a las 4875 anteriores. “El resto, aseguran a ECD fuentes de la negociación, han suspendido año tras año y no han explicado por qué. Lo único que han hecho es una huida hacia delante: acelerar la reforma del Código Penal que no estaba prevista hasta 2008”.

Este extremo se puede constatar al consultar el apartado de “acciones a realizar” del citado Plan, concretamente en la página 77, en el que se anuncia “que en el año 2008 se impulsará las reformas del Código Penal en materia de seguridad Vial”. Según estas mismas fuentes, la reforma –aprobada como proposición de ley porque, de otra forma, no daría tiempo- se ha adelantado porque piensan que con el simple anuncio del endurecimiento de las penas conseguirá hacer reaccionar a los conductores y bajar las estadísticas de mortalidad. “De lo que no se han dado cuenta es que el efecto propagandístico tiene un efecto limitado”.

Sin embargo, afirma Arnaldo, el carné por puntos ‘típical spanish’ –como lo llaman- ha fracasado porque los Ayuntamientos están encontrando problemas para aplicarlo y echó a andar sin resolver los problemas de los conductores extranjeros y los conductores sin carné.