Inmigrantes ilegales viajan en AVE por España, con bolsa de plástico para bocadillo, agua y algo de fruta, en busca de “familiares”

Caso real. El grupo de cinco imigrantes subsaharianos se dirigía en Metro hacia la madrileña estación de Atocha. En los vagones, una monitora de Cruz Roja intentaba explicarles en inglés que iban a coger un tren que les llevaría hasta Huesca donde podrían entrar en contacto con sus familiares y amigos. Ese tren, un AVE, salía a las 19:00 horas y eran más de las seis: hubo que correr por los andenes para llegar a tiempo.   Este es el caso de muchos inmigrantes que son trasladados estos días de una comunidad a otra, ayudados por algunas ONG’s. En el caso de Cruz Roja, según han informado a El Confidencial Digital desde la propia institución, ellos se hacen cargo del traslado siempre que son capaces de confirmar que los inmigrantes tienen familiares o amigos que puedan facilitarles un medio de vida.   Mientras eso ocurre, estas organizaciones financian, con cargo al dinero que les da el gobierno, la estancia de esos pequeños grupos en albergues, pensiones u hostales. Ya que de los grandes traslados de inmigrantes se encarga el Ejecutivo.   Cruz Roja, por ejemplo, les facilita junto al billete de tren o autobús, la ayuda de un monitor o intérprete que les acompaña en parte del trayecto. Cada uno de los “sin papeles” lleva en la mano una bolsa blanca que contiene un bocadillo, una botella de agua y algo de fruta. Nada más porque van con lo puesto.   Según recuerdan a ECD fuentes de la organización, este tipo de inmigración ilegal, a pesar de ser la más llamativa por las condiciones en las que se produce es la menos numerosa. En cayucos sólo llega a nuestro país entre un 5 y 8% de la inmigración total. La mayor parte llega por barco o avión.