EN PAUSE | José Miguel Mulet, biotecnólogo, divulgador científico y escritor

"El Ministerio de Sanidad está haciendo una política de Poncio Pilato en el abuso de las terapias naturales"

José Miguel Mulet es el azote de las opiniones lanzadas a la sociedad sin aval científico. En su diana, todo el mundo de las gangas ecológicas y sanitarias que venden, en su opinión, muchos bulos y mucho humo.

Mulet camina a contracorriente, pero con argumentos, y eso ha convertido sus libros en best seller.
Mulet camina a contracorriente, pero con argumentos, y eso ha convertido sus libros en best seller.

Dice “sí” a los productos transgénicos. A contracorriente. Desenfunda el “no” mayúsculo contra la homeopatía, los antivacunas, los quiroprácticos-osteópatas-otros derivados… y contra todo tipo de pseudomedicinas con pintas de moda. Su arma masiva son los datos. Su dogma, la evidencia científica. Lo demás: ideas, opiniones, ocurrencias, intereses, vende-motos, engañabobos, publiciencias… A veces, a costa de la salud… Aparca-lobbies. El poli malo de las industrias fantasmas con ánimo de lucro. El kill bill del marketing de los consumos sociales políticamente fashion saca la catana en sus libros. Y es un best seller que habla de ciencia. A conciencia. 


AVE procedente de Valencia efectúa su llegada. Son las 09.00 am. José Miguel Mulet viene a Madrid para intervenir en unas conferencias. Cuando se ponga el sol, volverá al Mediterráneo. Todo muy pim-pam-pum. El tiempo es oro.

Viaja en el tren poniendo letras a su próximo libro. Y revisa el tuiter. Y perfila su intervención. Y llega a Atocha y le ponemos la grabadora casi sin dejarle respirar, porque estos divulgadores contemporáneos no paran.

Mulet es como una sección de ciencia-magazine. Aunque lo suyo-suyo son los transgénicos, haber escrito Comer sin miedo, Medicina sin engaños y Los productos naturales, ¡vaya timo! hace de esta entrevista un océano de posibilidades.

A pie de las llegadas, entre maletines negros y yuppies que asaltan la capital. Con el Sol de la justicia iluminando el rostro reflexivo de un emprendedor del nuevo empirismo, disparamos el cohete. Casi con cronómetro.

La entrevista-AVE de alta velocidad es esta:

Toda la tarea de divulgación que hace usted, poniendo la ciencia por encima de los tópicos empresariales o sensacionalistas en temas tan relacionados con la salud, ¿no sería una responsabilidad del Estado?

Es una responsabilidad a la que tendría que responder el Estado, pero bastante tiene ya… Es una responsabilidad que deberían entender las empresas, aunque después pierden credibilidad cuando hablan, porque son juez y parte. Ellos son los que venden... La ventaja que tenemos los científicos que queremos hacerlo, porque no todos quieren y es bastante respetable, es que nosotros sólo hablamos de datos. Al científico le da igual quién gane dinero, porque él va a cobrar lo mismo...

Lo que el Estado sí debería es emprender campañas informativas ciertas, porque en algunas ocasiones puede favorecer la confusión sembrando dudas entre la ciudadanía.

¿Alguna de esas campañas estatales confusas que sean recientes?

 

La más reciente es una que se hizo en 2010 sobre agricultura ecológica, que tuvo que ser retirada porque ni la propia Administración se creía lo que vendía. En aquella campaña se decían institucionalmente cosas que no avalaba ningún estudio científico conocido.

¿Qué hace el Ministerio de Sanidad para vigilar las terapias naturales y el abuso de confianza de los pacientes en lo que se vende en una farmacia?

Menos de lo que debería. De momento está aplicando una política de Poncio Pilato, de lavarse las manos y dejar hacer… La homeopatía, por ejemplo, se encuentra en una especie de limbo legal desde casi 20 años. Realidades como la fitoterapia y las terapias naturales están prácticamente sin regular, y te encuentras con que vas a un mercadillo medieval de pueblo y hay un señor con decenas de bolsas con hojas y plantas, que igual te vende para la hipertensión que para la diabetes…

El Ministerio de Sanidad debería ponerse las pilas en este ámbito, porque estamos jugando con la salud de mucha gente, gente que también paga impuestos.

¿En otros países hay un control más efectivo?

Depende. Habría que ir caso por caso. Inglaterra, por ejemplo, se ha puesto seria y, después de un estudio que le ha costado una millonada de euros, ha decidido quitar la homeopatía de la Seguridad Social. En Alemania, todos los seguros privados de salud te cubren este tipo de terapias. En general, hay una regulación profesional, pero no una regulación científica.

¿Qué otras responsabilidades de vigilancia y control no acata adecuadamente el Ministerio de Sanidad?

El Ministerio de Sanidad debería ocuparse más de su responsabilidad de vigilar el auge de los terapeutas-entre-comillas, es decir, las personas que, sin ser licenciados en Medicina, se abren una consulta y empiezan a recetar para curar un cáncer. No se esconden mucho. Hasta los vemos en televisión dando consejos sobre salud, y suelen ser personas que no tienen la más mínima titulación académica. Todo este intrusismo profesional se debería controlar, porque puede haber personas que suspendan su tratamiento para seguir las recomendaciones que escucha en la tele. No hablo de oídas. Está pasando.

 En estas batallas contra las consignas de marketing social sin evidencia científica, ¿por qué sois tan pocos, y encima parecéis antisistemas?

Supongo que porque la profesión científica requiere mucho tiempo y mucho esfuerzo escribiendo artículos, pidiendo financiación, acudiendo a congresos… Y no son muchos los que están dispuestos a dedicarle a la divulgación parte del tiempo que queda para la familia o a los amigos.

¿La evidencia científica se impone sola, o si las cosas funcionan…

La cuestión es que las cosas que funcionan, por muchas críticas que desaten, a la larga se imponen. En los años 90 criticábamos los ordenadores, porque se pensaba que aumentarían la brecha entre ricos y pobres, y ha sido justo al revés… Con las terapias médicas sucede lo mismo: cuando sale una nueva, por muchas críticas y recelo que despierte, si funciona, se impone.

Pero a veces se imponen terapias que ni funcionan, ni cuentan con el respaldo de la evidencia científica…

Pues entonces siempre estarán sujetas a moda, en un limbo legal, aparecerán y desaparecerán… Siempre hay alguien que vende remedios falsos. Ahora estamos en la moda de la homeopatía, pero es que hace 20 años estábamos en la de las pulseras magnéticas… Igual en un tiempo desaparece la homeopatía y estamos tomándonos zumos de verduras… Bueno, en eso ya estamos…

Vayamos por partes: Mundo dieta. ¿Cuáles son las mentiras más clamorosas que nos hemos tragado y que hemos digerido con normalidad?

Que se puede adelgazar sin esfuerzo. Cualquier dieta que anime a comer todo lo que se quiera y sin hacer ejercicio, es mentira. Adelgazar requiere una disciplina, ingerir menos calorías, y hacer más deporte. Y no hay más. 

Mundo vacunas. Lo que hemos vivido con la difteria, ¿qué le ha hecho pensar?

Se veía venir. Y el problema es que va a seguir pasando, porque los movimientos antivacunas están cogiendo fuerza. Incluso después de este caso, los antivacunas se justifican diciendo que con la vacuna no se habría solucionado nada. ¡Eso es mentira! 

Una muerte sin vacuna. Una muerte infantil. Ahora, ¿qué?

Los padres del niño dijeron sentirse engañados. Yo me pregunto: Los que han contribuido a engañarles, ¿se van a ir de rositas? Teresa Forcades ha estado hablando en contra de las vacunas… Josep Pamies ha ido diciendo por ahí que él curaba la difteria con su jarabe mágico… Incluso la Asociación Vida Sana, organizadora de la Feria BioCultura, mientras el niño se debatía entre la vida y la muerte, publicaba los delirios de los médicos antivacunas. Habría que ver cuál es el alcance de la responsabilidad que les corresponde por trasmitir esa información falsa.

¿Cree usted que la Administración tiene responsabilidad en casos así, al no haber sido capaz de cumplir con su obligación de educar bien a la población en un tema básico de salud pública?

La responsabilidad de las administraciones es no haber sido críticas y no haber limitado la información falsa que circula impunemente. Sin ir más lejos, la Feria BioCultura cuenta con el apoyo y la participación de instituciones públicas. Pregunto: ¿Van a retirar las instituciones públicas su respaldo a este foro por la propaganda antivacunas que ha hecho?

¿La salud pública es postureo político, o ve usted de verdad avances concretos en esta línea?

En general, hay avances, pero muchas veces esos avances llegan más por el esfuerzo de los profesionales y técnicos que ocupan determinados cargos que por una buena planificación política. Dicho esto, soy un ferviente defensor de la sanidad pública, aunque, como todo, tiene muchos aspectos mejorables.

¿Cree que un médico antivacunas debería ser sancionado, al menos por instancias profesionales? Porque entiendo que en materia sanitaria habrá cosas que no son opinables…

Para mí, un médico antivacunas no está capacitado para ejercer, porque no está cumpliendo lo que dice el Código Deontológico que regula su profesión; es decir, no está ofreciendo el mejor tratamiento avalado científicamente.

Mundo quiroprácticos y otras variantes: ¿Por qué los fisioterapeutas no han montado aún un indignados ellos solos en Sol para que nos quede claro que ellos sí, pero que el resto son nocivos?

Porque no tienen un colegio profesional fuerte. En cambio, los dentistas, que cuentan con una institución representativa con más peso, han montado ahora en cólera por los tratamientos odontológicos a bajo precio, y por los dentistas low cost. Los fisioterapeutas no tienen ese respaldo profesional. De hecho, muchos, con el ánimo de atraer clientes, lo que hacen es anunciarse también como quiroprácticos y osteópatas, una táctica que me parece errónea, porque lo que están haciendo no es ganar clientes, sino desprestigiar una profesión tan honesta como la Fisioterapia.

Mundo ecológico: ¿Se ha leído la encíclica del Papa?

Me he leído las partes que hacen referencia a los productos transgénicos, aunque realmente en este asunto el Papa no dice nada. En el caso de los transgénicos podemos decir que el Papa Francisco le pone una vela a Dios y otra al diablo. En algunas ocasiones se ha posicionado a favor de los transgénicos y, en cambio, en esta encíclica dice que puede ser una solución, pero...

¿Cuáles son los pros más pros de la comida transgénica?

Hasta ahora esas ventajas (la resistencia a virus, insectos o herbicidas) sólo las ha disfrutado el agricultor, pero ahora ya se están desarrollando variedades con ventajas directas para el consumidor, como el trigo apto para celíacos, las piñas ricas en antioxidantes, los cereales con vitamina A, etc...

La sociedad tiene sus reservas con los alimentos transgénicos. ¿Por qué no hay voces oficiales que aclaren las cosas, y despojen a los transgénicos de la duda?

Lo estamos intentando, sobre todo, muchos de los que nos dedicamos a la ciencia. El problema es que estamos luchando contra instituciones muy establecidas, con muchos vínculos con los medios de comunicación, y que difunden de forma interesada información objetivamente falsa.

De todas formas, no podemos vivir con algo que es falso durante mucho tiempo. Al final, la evidencia se va destapando. Noto que la presión mediática contra los transgénicos está bajando y que, a la vez, aumentan las voces científicas que quieren poner el debate en su sitio. También es verdad que el impacto económico sobre Europa se está haciendo notar, y la agricultura está cayendo en picado porque no puede competir con otros países que sí apuestan por los transgénicos.

¿Qué pondría en un cartel de supermercado para que la gente se inclinara por meter transgénicos en la cesta de la compra?

En el comportamiento del consumidor está todo inventado. La gente compra por la relación calidad-precio. Si el alimento cubre una necesidad a un precio razonable, al final se venderá, aunque sea un organismo genéticamente modificado (OGM). En el supermercado de mi barrio hace un tiempo vendían huevos con una etiqueta bien grande en la que se leía: “Alimentado sin soja ni maíz transgénico”, y costaban el doble que el resto. Duraron un mes en el establecimiento. Sin embargo, una harina de maíz en cuya etiqueta decía “contiene maíz OGM” se sigue vendiendo desde hace años.

¿Qué le parece que una de las primeras decisiones de Manuela Carmena haya sido declarar Madrid ciudad libre de transgénicos?

Pues que es una propuesta sonrojante, que no tiene ningún fundamento. Lo comento enjmmulet.naukas.com 

En el mundo de las leyes que regulan alimentos, ecología, salud… ¿Europa es como un viejo profesor al que se le admira por su sabiduría, pero al que nadie hace caso?

Europa se está quedando aislada, a pesar de ser un continente tan grande. El problema es que está imponiendo unas leyes excesivamente estrictas en temas de protección animal, o de medioambiente. Hacer ecología en Europa y a la vez cumplir estas leyes está siendo muy complicado, porque no puedes emprender prácticamente nada. Al final, la producción se va a terceros países, importamos la comida, y consentimos con el hundimiento del campo…

¿Pero todo el panorama un tanto mistérico que usted critica se arregla con leyes?

Leyes y educación. Las leyes no sirven para nada si la gente no entiende que están por su bien, y si después no se cumplen… Sólo imponer una ley no sirve; se requiere también un sustrato educativo previo. Muchas asociaciones ecologistas, por ejemplo, se indignan mientras piden una ley de etiquetado de transgénicos, y hace 20 años que esa ley está en vigor, pero reconocerlo es perder un argumento con el que movilizar a la gente…

¿Necesita España una ley que regule el consumo de alcohol en menores de 18 años?

Sí. Es un riesgo de salud muy grave. El consumo de alcohol es la principal causa de accidentes de coche y tenemos problemas serios de adición juvenil… El alcohol es una sustancia terriblemente peligrosa, pero que consumimos por tradición. Si no existiera el alcohol y alguien lo inventara ahora, nadie podría comercializarlo como un producto alimenticio en estos momentos, por su elevada toxicidad. Pero como es un elemento tradicional…

¿La lucha contra el tabaco en España es hipócrita?

Pues pasa algo parecido. Su consumo tiene mucho de tradición desde el descubrimiento de América, pero es un cancerígeno probado. Lo mejor para la salud sería prohibirlo. Con otras drogas nuevas no hay compasión, precisamente porque son nuevas. Le digo lo mismo que con el alcohol: si el tabaco se descubriera ahora, nunca jamás podría venderse.

¿Por qué el Ministerio de Sanidad ha sido condescendiente con la homeopatía si, como usted defiende, adolece de evidencia científica?

 

Porque hay muchos intereses en juego. La homeopatía se reparte miles de millones de euros cada año en pocas multinacionales. Hay una inversión económica muy fuerte, también por parte de los mismos farmacéuticos. Tenga en cuenta que un medicamento con receta tiene un margen comercial de risa, hasta el punto de que los farmacéuticos te dicen que no pueden vivir de las recetas. Sin embargo, un medicamento homeopático ofrece un 50% de margen. Si una persona acude con alguna tontería ordinaria, por la que mucha gente entra en la farmacia, y le das un medicamento homeopático, sabes que no le va a hacer daño, porque lo que le estás dando es una pastilla de azúcar, y tiene un margen comercial más interesante que un genérico.

¿Está actuando ahí la farmacia como un negocio, o como un servicio sanitario? No olvidemos que en España las farmacias son un servicio que se abre bajo concesión de las administraciones… Ahí entramos en un debate muy amplio…

¿Lo de que la homeopatía son pastillas de azúcar es una metáfora suya o una realidad avalada por el espectrofotómetro?

Puede coger cualquier producto homeopático, hacerle un análisis, y sólo encontrará azúcar. Son diluciones tan altas que es difícil encontrar alguna molécula del producto original.

Dice usted que muchos médicos son cómplices de alternativas sin evidencia científica. Otros muchos las critican claramente, como se observa en las redes sociales. Es lógico que los no científicos, cuando menos, dudemos de todos…

La ciencia no es opinable. ¿Podemos discutir la Ley de la Gravedad? En todo caso, puedes oponerte, pero si te tiras por una ventana te vas a estrellar contra el suelo sí o sí. ¿La homeopatía funciona? ¡No! En 200 años no tenemos ningún estudio serio que haya visto en ella un efecto superior al del placebo. En 200 años no tenemos constancia de que exista ninguna enfermedad superada gracias a la homeopatía, mientras sí que existen patologías curadas gracias a las vacunas, a los antibióticos y a otros tratamientos. Si la homeopatía funcionara, estaría en todos los hospitales.

¿Qué errores no deberían cometer los medios de comunicación, si de verdad quieren formar a las audiencias con evidencia profesional en estos asuntos?

El principal error en el que caen los medios es su apuesta por lo que podríamos llamar el principio de equidistancia, que consiste en dar el mismo valor a todas las voces. Un ejemplo: hace poco me entrevistaron en un medio de comunicación nacional a raíz de mi libro, dije cosas del estilo de las que estamos hablando ahora, y a la semana siguiente, ese mismo medio, como desagravio, entrevistó a una homeópata para decir que todo lo que había dicho yo era falso. Para avalar mis conclusiones, yo escribí un libro y cité estudios. La homeópata dijo lo que le dio la gana, simplemente por su cara bonita. El medio en cuestión da el mismo valor a ambos posicionamientos, y eso me parece un error. No se puede colocar a nivel de igualdad la evidencia y las ocurrencias de una determinada persona, que además es parte interesada porque, en el fondo, lo que estaba haciendo era un publirreportaje de su consulta…

Si hasta Nature y Science, de vez en cuando, meten la pata, ¿su análisis de los medios españoles en el ámbito de la sensibilización ciudadana por la verdad científica deja mucho que desear?

Hay de todo, aunque se nota que la calidad de la prensa científica española está mejorando. Las revistas científicas americanas publican mucho, y de vez en cuando meten la pata. El problema es que ese error es lo que se recuerda, y los 50 artículos que desmontan el resbalón, se olvidan.

En el ámbito de los transgénicos, que es lo mío, con cualquier tontería que digas en España en su contra, la cuestión se convierte en noticia, aunque sea mentira. Pero eso también está cambiando. Antes los medios llamaban a cualquiera, y ahora cuentan más con científicos de verdad. Hace 10 años no pasaba. Veo el vaso medio lleno, soy así de optimista.

¿Cuáles son las marcas comerciales que más mienten sobre la salubridad de sus productos?

Mentir es complicado, por lo menos para alguien que venda algo. Una marca que distribuya alimentación no puede rebasar la ley de etiquetado de alimentos, que es muy estricta, especialmente con las alegaciones nutricionales y las que hacen referencia a la salud.

Otra cosa son organismos u ONG que no están sometidos a ninguna regulación y pueden decir lo que quieran. Cualquier campaña de transgénicos de Greenpeace o de Ecologistas en Acción dice cosas que son para llevarse las manos a la cabeza. Yo, a ambas asociaciones, les lanzaría una pregunta muy sencilla: En 20 años de vida de los transgénicos en nuestros campos, ¿cuántos casos de intoxicación se han detectado? ¡Cero! Ese dato no lo encontramos en ninguna de sus campañas… Y en estos mismos 20 años, ¿cuántos casos de intoxicación hay registrados por consumo de agricultura ecológica? Pues en 2011 murieron 47 personas… A partir de ahí, que cada cual piense lo que quiera, y que lo contraste con los peligros para la salud de los que hablan las campañas de Greenpeace...

¿Su batalla con Greenpeace se circunscribe sólo a los transgénicos, o tiene otros frentes abiertos?

Me llama la atención su postura en el tema de los transgénicos. Mis alumnos me comentaban argumentos contrarios que eran burradas, y empecé a interesarme por el tema. Después, más por hobby que por otra cosa, me puse a investigar y me di cuenta de que es una organización bastante opaca. Nadie sabría decir, ni siquiera ellos mismos responden cuando se les pregunta,  cuánto cobra el director de Greenpeace en España, o cuál es el sueldo de sus directivos. Es una organización que no cumpliría ningún criterio de la transparencia que después ellos mismos exigen a otras empresas. Tendrían que aplicarse mucho de lo que reclaman.

A usted le ha salido caro dar la cara. El pasado mes de mayo fue amenazado en Argentina, antes de participar en una jornada sobre transgénicos. ¿Es la primera vez?

Lo de Argentina fue un caso puntual. Siempre he recibido amenazas, o algún comentario más subido de tono, pero no hago mucho caso. En Argentina el tema de los transgénicos está muy politizado. Yo iba a presentar Comer sin miedo en una universidad, y no pude hacerlo porque había un grupo que estaba agrediendo al público, en connivencia con el rector. Fue una situación vergonzosa, que espero que nunca se vuelva a repetir. Por cierto, es un grupo que se presenta como partido político a las próximas elecciones…

¿Hay lobbies con fuerza que le hagan sentir una cierta presión por ir a contracorriente?

Más que lobbies, hay personas individuales, quizás algunos un poco más organizados… Pero no me gusta perder el tiempo con ellos. Yo investigo, doy clases, escribo, y no me queda tiempo para dedicárselo a la gente que me persigue. Es más: la mayoría de las críticas que recibo en mi blog las borro antes de terminarlas de leer.

¿Hay mucha tontería con lo natural, lo ecológico, y lo súper sano?

Sí. Algo ha mejorado, pero el tema natural sigue siendo un reclamo comercial muy sugerente, y es un paraguas que engloba muchas cosas. Eso sigue generando muchos timos entre consumidores, aunque ahora existe más regulación.

¿Qué locuras de este estilo se viven en España con naturalidad en estos momentos?

La última es la de la dieta Detox, para la que te cascan 60 euros por unos zumos que no costarían más de 5 euros en cualquier supermercado. Sus promotores crean el problema aduciendo que todos estamos intoxicados, y después te venden la solución, con lo cual el negocio es redondo.

¿Cree usted que el aumento del consumo de terapias alternativas tiene alguna relación con la saturación de la sanidad pública, el escaso avance en el tratamiento de enfermedades como el cáncer, o con la posible desconfianza con los profesionales sanitarios que no tienen tiempo para atender bien a sus pacientes?

 

Y también con la soledad… Gente que igual lo que necesita es salir al campo, apuntarse a una asociación de excursionistas, o acudir a un club social, van a un terapeuta de estos porque un médico de la Seguridad Social les despacha en 2 minutos y el terapeuta les dedica media hora. Luego, esa media hora se paga a precio de oro, pero tú te sientes mejor. Y resulta que lo que ese terapeuta te ha dado, que cuesta una pasta, no sirve para nada, pero sólo que te haya escuchado, ya funciona… En la sociedad hay mucha gente sola.

Hay otros motivos que fomentan un incremento del uso de estas terapias alternativas, como la desesperación. Si el médico te dice que lo tuyo no tiene solución, y en internet has visto un vídeo de alguien que te lo cura, pagas lo que sea.

El mundo idolatra a Freud. Usted dice que es un farsante. ¿Qué ídolos deberíamos ir bajando de los altares después de comprobar que su ciencia era, más bien, ocurrencia?

No diría que Freud haya sido un farsante, porque él se creía lo que decía. El problema es que la mayoría de sus afirmaciones han resultado ser falsas, y los que vinieron después, como Lacan, Reich o Jung, siguieron el camino de sus errores y no han aportado prácticamente nada a la Psiquiatría moderna. ¿Más mitos actuales no justificados? Sigue habiendo gente que considera que los estudios que hablan de la peligrosidad de los OGM hechos por un único científico (Seralini) son fiables, cuando tienen más truco que el sombrero de Juan Tamariz.

Una sociedad que paga por placebos, ¿es que sufre más de la cuenta?

Es una sociedad opulenta, que tiene dinero para gastárselo.

¿El mundo de las enfermedades mentales será una mina para las terapias alternativas?

Es un mundo difícil, en el que la Medicina no está muy desarrollada, porque el cerebro es complicado. En casos como el autismo, en el que se juega con la desesperación de los padres, hay muchas víctimas propiciatorias para las estafas.

¿Hay mucha publicidad engañosa consentida?

Demasiada. Nos venden pan “natural”, cuando el pan es un alimento procesado… Nos colocan alimentos con propiedades que no tienen, aunque esto ya está más vigilado. En el campo de las terapias alternativas debería regularse todo bastante mejor.

Después de todo lo que usted ha investigado, de lo que ha escrito, de su experiencia en conversaciones, en foros profesionales, en las redes sociales, etc. ¿Qué campaña preventiva piensa que debería acometer la sociedad antes de que sea demasiado tarde?

Ahora mismo, Europa está perdiendo el tren de la biotecnología agraria, y eso nos deja cada vez más expuestos a las importaciones de alimentos del exterior. Si no conseguimos que el campo europeo vuelva a ser competitivo, vamos a perder soberanía alimentaria, y las consecuencias pueden ser gravísimas.

Si Inspección de Trabajo actuara en serio, ¿habría que cerrar las herboristerías, los gabinetes de quiroprácticos, y los locales de dietas milagro, o tampoco es eso?

Habría que regularlos… Por ejemplo, las herboristerías deberían decir que venden infusiones, y no tratamientos médicos; un quiropráctico debería informar de que su técnica tiene ciertos riesgos, y que cada cual elija… Lo aberrante es que en una herboristería te den algo para la diabetes. ¿Perdona? ¡No! ¡La diabetes te la tiene que tratar un médico!

¿A algún partido político le interesan de verdad las cosas que usted dice?

Algunos partidos respaldan algunas cosas. Por ejemplo: Izquierda Unida fue el primer partido que apoyó una declaración en contra de las psedomedicinas. PSOE y PP nunca han hecho nada a favor de los transgénicos, pero, cuando han estado en el poder no los han prohibido, porque saben que hacerlo sería una catástrofe para el campo…

¿Quién ha sido el político más sensible a todas sus propuestas?

Ninguno. Para los políticos ha sido más beneficioso posicionarse en contra de los OMG. Buceando mucho en las hemerotecas podríamos encontrar alguna declaración suelta a favor de los transgénicos de Arias Cañete y de Rosa Aguilar, pero poco más.

¿Y encuentra eco entre los sanitarios/científicos?

Sí. Cuando publiqué Medicina sin engaños, sin ser médico, tuve miedo a que no fuera bien acogido por los profesionales, por cuestiones de corporativismo. Pero no; para mi sorpresa, muchos médicos lo han leído, les ha gustado, se han puesto en contacto conmigo para felicitarme, y el libro ha sido reseñado en varias revistas médicas.

¿Usted se esperaba ser best seller hablando, así, de ciencia?

No. En absoluto. Ni yo, ni la editorial. Que un autor amateur novedoso venda libros ha sido para mí una agradable sorpresa.

REBOBINANDO

En una sociedad que roza los 83 años de esperanza de vida, o nos informan, o nos deforman. En sentido literal.

¿Por qué la evidencia científica contrastada la vemos como un martillo de herejes?

El caso del pequeño Pau ha abierto un debate, que en realidad es un debate circular. La libertad de expresión. La libertad de opinión. La ciencia. La verdad. En un mundo relativo, no todas las decisiones son las adecuadas. Y en el mundo que hace referencia a la salud, muchas veces los relativistas acaban mal.

Si un médico es antivacuna y otro médico es provacuna. ¿Quién vacuna la necesaria laguna de conocimiento científico que tiene el ciudadano para decidir? Por mucho que el pediatra informe. ¿No entienden las autoridades que estamos en internet luchando para ver qué es polvo y qué es paja quemada por los intereses creados?

El capítulo de la homeopatía. El placebo. Las naturocosas. Las estanterías más llenas de las farmacias. ¿Qué? ¿Negocio? ¿Salud? ¿Resultados en salud?

Y el boom del intrusismo en las profesiones sanitarias. Unas manos. Un bote de aceite. Una camilla. ¿Un fisioterapeuta?

Luego viene el green world, lleno de tópicos políticamente correctos. El mundo bío. El mundo eco. ¿Marketing? ¿Tomadura de pelo? ¿Futuro perfecto? Los transgénicos en el calvario. Ni unos explican por qué sí. Ni otros explican por qué no. Al final, la conciencia de los hábitos la fabrican los medios de comunicación. Y yo he estado muchas horas en una redacción y no me fiaría así, a la ligera.

¿Qué hacen las administraciones? Porque están al tanto. ¿Controlan? ¿Vigilan? Mulet piensa que son, más bien, un colador. Todavía.

Una cosa es ser un Estado paternalista y otra un Estado primosegundista, que ni sabe cómo te llamas ni le importa.

Salud Pública. En el Ministerio de Sanidad hay una Dirección General de Salud Pública, Calidad e Innovación. Y en las comunidades autónomas hay puestos homólogos. Claramente, la prevención y la educación para la salud son dos asignaturas pendientes, especialmente en verano: operación bikini, dietas de zumos, gafas de sol, cremas, horas de playa a pie de cáncer…

La duda paraliza, distorsiona y confunde. Ustedes (ministerios, consejerías, profesionales sanitarios, científicos, universidades, farmacias, divulgadores, medios de comunicación…) verán.



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