¿Quién dio el pregón el día del Orgullo Gay en Madrid? ¿Quién es Belén Esteban? Los estrambóticos cuestionarios para inmigrantes que optan a la nacionalidad española

Los inmigrantes que solicitan la nacionalidad española se ven sometidos a extraños cuestionarios y arbitrarios test de cultura general, que tienen el pretendido objetivo de que demuestren su arraigo en nuestro país como condición para concederla. Las preguntas que se les hacen son de lo más estrafalario, como por ejemplo, saber quién dio el pregón el Día del Orgullo Gay.

Otras cuestiones se refieren a acontecimientos históricos, deportivos o personajes ilustres. En bastantes casos, a la vista de las preguntas formuladas, miles de españoles no aprobarían los test y no podrían pasasr esta prueba que permite obtener la nacionalidad.

El Confidencial Digital ha conseguido el testimonio directo de inmigrantes que han sido sometidos a estos exámenes, y estas fueron algunas de las preguntas que les hicieron:

-- ¿Qué animal alemán vaticinaba los resultados del Mundial de fútbol y cuál era su nombre?

-- ¿Qué actriz de ‘Mujeres Desesperadas’ visita habitualmente España?

-- ¿Quién dio el pregón el día del Orgullo Gay en Madrid?

-- ¿De qué color era la última alfombra de la Gala de los Goya?

-- ¿Quién es Miguel Induráin?

-- ¿Cuáles son los ingredientes de la tortilla española/paella y cómo se elabora?

-- ¿Quién es Rafa Nadal?

 

-- ¿Qué equipo ganó el Mundial de Fútbol?

-- ¿Quién es Belén Esteban?

Decide cada juez

Un matrimonio chileno acudió al Registro Civil de Aranjuez, fueron examinados por separado, y ambos tuvieron que rellenar un test escrito de 40 preguntas, sobre las que se permitían solamente 7 fallos. Si tenían más errores, quedaban automáticamente rechazados y se les citaría pasados unos meses.

En localidades como Aranjuez y Alcorcón, los solicitantes pueden aportar, además de la documentación básica, otros ‘comprobantes’ de su arraigo, como fotografías o cuentas de Facebook donde aparezcan integrados en actos sociales o con ciudadanos españoles.

El artículo 221 del Reglamento del Registro Civil establece que el juez puede plantear a los solicitantes un cuestionario para comprobar su grado de adaptación a la cultura y estilo de vida españoles. No es obligatorio, pero podrá emplearla siempre que lo considere oportuno, entre otras cosas para evitar casos de fraude o matrimonios de conveniencia.

La entrevista es una audiencia reservada, a la que sólo asisten el juez, el solicitante y un secretario judicial. Normalmente el cuestionario no se realiza de forma escrita, y el magistrado interroga al inmigrante durante el tiempo que considere oportuno, tras lo cual envía a la Dirección General de Registros y Notariado una recomendación favorable o desfavorable. Y es esa dirección la que otorga la nacionalidad.

No existe un cuestionario único. Cada juez plantea las preguntas que le parecen oportunas. Luís Salas, portavoz del Tribunal Superior de Justicia, niega que hacer estas preguntas sea obligatorio o haya cuestiones preestablecidas: “Tratan de adecuar las preguntas a la información que la persona acredita”. Así, a quien presente un certificado de estudios universitarios, le harán un cuestionario relacionado con su especialidad, mientras que un solicitante de nivel cultural bajo tendrá que saber por ejemplo quién es Belén Esteban o qué equipo ganó el Mundial. Los criterios varían según la edad, sexo o país de origen.

Explica que, por lo general, dos o tres preguntas son suficientes para demostrar el arraigo cultural del inmigrante y “solo los casos más complicados se alargan tanto como para poder considerar la entrevista un verdadero ‘test’”. Para el juez es la única oportunidad de comprobar si el solicitante será “un ciudadano integrado”.

José María Ferrer, especializado en nacionalidades en el Registro Civil, asegura que la intermediación del juez beneficia a los inmigrantes. “Si hiciesen un cuestionario modelo al que atenerse, no aprobaría nadie. Los jueces se ajustan al margen que les deja la ley. Si las respuestas no las sabría ni un chaval de bachillerato, es culpa del sistema de educación”. Se les permite titubear y desarrollar la respuesta.

Los emigrantes se sienten presionados

Asociaciones de defensa del inmigrante sostienen que existe gran margen de arbitrariedad, ya que es el propio juez quien decide las preguntas. Consideran injusto que no asista ningún testigo ‘de su parte’, como abogados o asesores jurídicos. Algunos sectores proponen la presencia de un psicólogo, que ayude al magistrado a evaluar al inmigrante.

Vladimir Paspuel, presidente de la Asociación Hispano-Ecuatoriana Rumiñahui, considera inútil realizar un cuestionario, si éste no es definitivo para conceder la nacionalización. Entiende que únicamente busca incomodar al solicitante para hacerle desistir del proceso.

Opina que la integración no puede avaluarse de esa manera. “Mucha gente estudia sólo para presentarse a la prueba pero no conocen realmente las costumbres y modos de vida”. Existen en Internet test modelo que, según él, no sirven como preparación. “Te fuerzan a aprender, están siguiendo el modelo americano, de presión; y eso no es integración real”. La Asociación entiende que es contradictorio examinar precisamente a quienes se encuentran en pleno proceso de aprendizaje.

El 90% de los informes son favorables

José María Ferrer afirma que prácticamente todos los inmigrantes que piden la nacionalidad la consiguen:“No es difícil superar los test, se conceden entre 70 y 100 nacionalidades al día sólo en Madrid”. Madrid es la ciudad que más solicitudes recibe, por ello son menos estrictos y únicamente evalúan el conocimiento del idioma, sin realizar otro tipo de preguntas. El criterio se ha fijado por consenso entre los jueces, no por ley.

El colectivo al que más veces se deniega la nacionalidad es el de mujeres marroquíes o chinas, por encima de los 40 años. “Ya son mayores para aprender el idioma y la familia no las integra. Se quedan al cuidado de la casa y los hijos, y en familia no hablan castellano. El marido y los hijos tramitan los expedientes pero a ellas se lo deniegan”, explica Ferrer.

En el Registro Civil no se ha recibido ninguna queja formal sobre estos cuestionarios, pero sí sobre el comportamiento de algunos funcionarios en las comisarías. Mientras el Ministerio de Justicia tramita la solicitud, el inmigrante debe ir a comisaría para que se compruebe su identidad, y “allí si se han dado casos, muy concretos, en los que hacían preguntas de ‘cultura general’ para divertirse. Ésta no es su función, es ofensivo, pero no tiene validez”.

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