Datos del Ministerio de Medio Ambiente

Paradoja: España registra la mitad de incendios que el año pasado

Hasta julio de 2015 se habían producido 11 grandes fuegos, el doble que al cierre del pasado mes. Pero los bomberos advierten: “las previsiones son muy pesimistas”

El próximo día 15 termina la fase de “periodo de alto riesgo” de incendios pero la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) avisa sobre el riesgo de nuevos fuegos. Las condiciones meteorológicas y la falta de prevención producen la situación propicia para las llamas. Las mejoras en las técnicas de extinción está favoreciendo el descenso de pequeños fuegos.  


Durante los primeros siete meses del año pasado se produjeron 11 incendios de más de 1.000 hectáreas y 2.213 de menor dimensión. Los datos de 2016 confirman una importante reducción: sólo 5 y 933 respectivamente. Sin embargo, la proporción de superficie quemada por incendio no desciende de una forma tan proporcional.

La zona del Mediterráneo es la que mejor refleja la desproporción: es la que menos incidentes registró pero también la que más superficie vio arrasada. Lo explica a ECD Antoni Mur, responsable del Cuerpo de Agentes Rurales de Cataluña: “El 5% de los incendios arrasaron el 90% de la superficie quemada”.

La “Regla de los 30”

En la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB) existe una gran preocupación por lo que está sucediendo. Las condiciones climatológicas empeoran cada año que pasa. Y aluden a la llamada “Regla de los 30”. Es decir, una temperatura superior a los 30 grados, un desnivel geográfico del 30%, un viento por encima a los 30 km/h y una humedad inferior al 30%.

Todas ellas se cumplen en la mayor parte del territorio nacional durante el mes de agosto, lo que eleva el riesgo de incendios a nivel de máxima alerta en muchas comunidades autónomas como Andalucía y Galicia. En esta última, la superficie quemada supera ya las 6.000 hectáreas y al menos siete incendios siguen todavía activos.

No se invierte lo suficiente en medidas de prevención

Según Ignacio García Urquijo, secretario general de la APTB, este peligro podría disminuir de forma considerable si “durante el invierno” se implantaran las técnicas de prevención necesarias.

Sin embargo, el actual éxodo rural ha generado que “apenas se realicen labores de pastoreo y cultivo en el entorno rural. La población tiende al mundo urbano y esto genera una gran cantidad de superficie potencialmente combustible descuidada”.

Al contrario, sí ha crecido el número de segundas viviendas en terreno forestal. Un hecho que genera serios problemas en la interfaz forestal porque la mayoría de las urbanizaciones “no toman las medidas de seguridad necesarias”.

Si a las condiciones climatológicas propias del verano se suma la desatención humana se alcanza lo que Ignacio García Urquijo califica como “unos bosques totalmente abandonados”. Una situación que, en su opinión, debería acometerse no solo con una mayor inversión sino con un nuevo modelo social.

“Es cierto que se necesitan más cuadrillas y agentes forestales para que el bosque esté más cuidado, pero lo que debería incentivarse es un cambio en la sociedad. La gente tiene que volver a vivir en el campo”. Para él, esta sería le mejor manera de evitar los incendios.

 

El análisis y la investigación, claves para evitar futuros incendios

Antoni Mur, del Cuerpo de Agentes Rurales de Cataluña, coincide con la APTB en que “los recursos de prevención nunca son demasiados porque cuanto más trabajo sobre el terreno se realice y más medios se desplieguen, menos fuegos se producirán”.

Mur asegura que, al menos en su comunidad autónoma, su equipo realiza una labor eficiente que comienza a ver sus frutos en forma de menos fuegos. Esta prevención la asientan sobre tres ejes:

1. Análisis: los agentes realizan a diario un escrutinio sobre el peligro de incendio, lo que “permite anteponerse y localizar temporal y de forma gráfica el riesgo real.”

2. Investigación: estudian de forma sistemática todos los casos para elaborar, en consecuencia, “políticas y medidas de prevención que se adecuen a cada zona y estación concreta”. Esta labor facilita, además, diseñar campañas informativas que conciencien, alerten y prevengan a la población.

3. Búsqueda de responsables: descubrir las causas permite, también, localizar a los posibles culpables ya que, en Cataluña, el 20% de los incendios son provocados y el 40% se producen por negligencias humanas.

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