PricewaterhouseCoopers estrena nueva sede en Madrid aunque el ‘working together’ con sus otras oficinas no parece viable
La filosofía de la empresa y el vencimiento de plazo del contrato de arrendamiento son las razones del cambio de inmueble. PricewaterhouseCoopers (PwC) acaba de estrenar nueva sede. Sin embargo, no parece viable poner en práctica el ‘working together’ porque las plazas en el nuevo edificio son limitadas.
Según las fuentes consultadas por El Confidencial Digital, ayer lunes los trabajadores de PwC de la sede de Paseo de la Castellana número 53 iniciaron el curso en las nuevas oficinas alquiladas de la calle Torrelaguna, 75 –lea aquí más detalles-.
El motivo del cambio de sede se debe a dos razones principales. La más importante, advierten las fuentes consultadas, es que el contrato de arrendamiento de Castellana, 53 ha vencido este verano y “la renovación supone mucho dinero”. Además, el cambio permite fomentar los valores de la empresa.
En este caso, se trata del concepto de ‘working together’, aplicado al lugar de trabajo. Según se explica en la página web de la compañía, esta filosofía concreta se debe a que “no concebimos nuestro negocio si no es Trabajando en Equipo” ya que, de esta manera, “con el cliente y entre compañeros surgen las mejores soluciones”.
Las mismas fuentes señalan que el plan inicial contempla que los trabajadores de PwC de las oficinas de Almagro, 40 y Paseo de la Castellana, 43 coincidan en este nuevo edificio ubicado en la zona noreste de Madrid, en Ciudad Lineal-San Pascual. Sin embargo, la reubicación no es posible porque “no hay sitio para todos”, explican.
Sobre planes futuros, hay quien apunta que “no se sabe” y se señala que “tal vez se adquiera en propiedad un inmueble que pueda albergar a todos”. “Es pronto todavía para decir algo”, sentencian.
Hay que recordar que antes de alquilar el edificio de Torrelaguna, los responsables de PwC barajaron otra opción para la reubicación. El inmueble corresponde a los terrenos para el Edificio Foresta de Las Tablas, al norte de Madrid. Finalmente, se decidió vender la opción de arrendamiento a la promotora GMP (Grupo Monthisa Parque) por un importe “millonario”, se afirma. La finca ha sido definitivamente traspasada, y no alquilada, al BBVA. La consultora recibió a cambió un dinero en concepto de compensación, aseguran las mismas fuentes.
