La elección de actores famosos para dar voz a dibujos animados ayuda a promocionar las nuevas películas

Si alguien intentara recordar con rapidez eran los nombres de las personas que en su día doblaron las voces originales de Blanca Nieves o Cenicienta en la gran pantalla, los nombres de Adriana Caselotti e Ilene Woods seguramente no aparecerían en nuestras mentes. Ahora las cosas son de otra manera.

Ahora, diez años después, ya es más fácil identificar a esos protagonistas en la sombra. La razón es que los estudios están recurriendo a actores famosos para dar voz a dibujos animados como Shrek, al genio de Aladdin o a Woody en Toy Story, y es que los nombres de Mike Myers, Robin Williams y Tom Hanks resultan conocidos por el gran público a escala mundial.

En los últimos años a cada “cartón” que se ha creado se le ha buscado, mediante estudios de mercado de las compañías gráficas, un actor lo suficientemente famoso como para dar un buen “empujoncito” al pictograma en sus primeros días de debut. Los estudios ven en este tipo de trabajo una nueva atracción para la audiencia que se manifiesta en venta de entradas y a los actores les parece una forma rápida de ganar dinero.

La nueva animación por ordenador Shark Tale, que da vida a un pequeño pez (Will Smith) que se hace famoso por sobrevivir a los supuestos ataques de un tiburón vegetariano (Robert de Niro), se ha grabado con la voz de doce actores de Hollywood, sin olvidar a Angelina Jolie, Michael Imperioli y Renee Zellweger, entre otros.

Todavía no está claro cuanto han cobrado estas estrellas por dar voz a los personajes animados de Shark Tale, lo que sí se sabe es que la compañía creadora de la película, la DreamWorks, fue en su día muy generosa con Cameron Diaz, Myers y Eddie Murphy, cuando entregó a cada uno 10 millones de dólares por sus trabajos realizados en Shrek 2.