20.000 españoles juegan a la guerra. El Airsoft, con réplicas de armas reales y uniformes, un hobby que va a más

El Airsoft es un juego por equipos en el que los integrantes simulan encontrarse en un campo de batalla. Los participantes utilizan armas eléctricas que lanzan bolitas de plástico, gafas de protección y uniformes militares para sus recreaciones. En España se está produciendo un ‘boom’.

Entre los jugadores de Airsoft se encuentra gente de lo más variopinto. Los más habituales son jóvenes profesionales de entre 20 y 30 años, seguidos de estudiantes. También existen jugadores de edad más avanzada. Estos suelen iniciarse en el hobby gracias a un compañero de trabajo o a sus hijos.

En España hay unas 20.000 personas que practican este hobby habitualmente. Madrid y Andalucía son las Comunidades Autónomas con más aficionados a esta práctica cada vez más extendida por el territorio nacional, según explican fuentes de empresas dedicadas al Airsoft.

Para jugar se necesita como mínimo un arma, réplica de una real pero que lanza bolitas de plástico, y gafas protectoras para los ojos. También es habitual que los integrantes compren ropa militar o de camuflaje para dotar de mayor realismo a la actividad.

Un equipo básico cuesta alrededor de los 250 euros. Los jugadores experimentados utilizan equipos cuyo precio puede llegar a superar los 600 euros que suele contar con un arma principal de calidad, una secundaria, el uniforme, correajes y cargadores de repuesto.

Las armas son réplicas casi exactas de las que utilizan los ejércitos profesionales – M16A1, M4, HKG36, Kalashnikov, SPAS12, Barret, FAMAS- que funcionan gracias a una batería eléctrica que hace funcionar un pequeño motor que se encarga de comprimir el pistón y dispara las bolitas -que normalmente son biodegradables- en tiro rectilíneo a una distancia que habitualmente no suele superar los 46 metros, aunque siempre dependerá de la calidad y la potencia.

A la hora de jugar, una vez elegida la finca para las partidas, los responsables suelen avisar a la Guardia Civil, acotar el terreno y colocar carteles para avisar que se está celebrando una partida de Airsoft y que es necesario llevar gafas de protección para evitar posibles lesiones en los ojos.

Una vez dispuesto el terreno, las partidas siguen un guión que marca una serie de objetivos como proteger al VIP, conquistar una posición o simplemente una batalla campal por equipos. Cuando los jugadores son alcanzados por una bolita pasan a contar como bajas y –según las reglas de la partida- deberán permanecer en un área de descanso unos minutos o esperar a la siguiente ronda.

Es un juego que requiere de estrategia, táctica y ejercicio físico por parte de los participantes que normalmente lo practican los fines de semana.

El Airsoft tiene su origen en los años 80 en Japón, lugar desde el que se exportó al resto del mundo. Este hobby llegó a España alrededor del año 2004 junto con las primeras réplicas eléctricas. Hasta ese momento se trataba de pasatiempo desconocido que contaba con decenas de aficionados.

 

En la actualidad, existe una falta de regulación de esta actividad. Las réplicas habitualmente se consideran armas de cuarta categoría –por su baja potencia y por su mecanismo de funcionamiento- cuyo listado depende de los municipios, pero los aficionados suelen ir cambiado de escenario de juego en su provincia.

Vea a continuación dos armas que se utilizan en el Airsoft. Ambos son fusiles de Airsoft Itaca:

G36 E, réplica del ejército español con un precio de 185 euros.

M4A1 Carabine, réplica de un arma americana que cuesta 255 euros.

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