La sirga tridimensional de Melilla contra los “sin papeles”, operativa en agosto, interesa al Gobierno Bush para la frontera con México

Aunque la construcción de la valla finaliza el próximo mes de junio, la tercera valla de Melilla o “sirga tridimensional” estará operativa en el mes de agosto con la instalación de los sistemas de vigilancia de alta tecnología que lleva consigo. Mientras tanto, el Gobierno dispone de información de un supuesto interés de la Administración estadounidense por “exportar el producto” para la frontera con México.

Según informaciones recogidsa por El Confidencial Digital, en la Delegación del Gobierno en Melilla se tiene constancia de un manifiesto interés norteamericano “por llevar el diseño de la sirga” a la frontera con México. Mientras tanto, desde la Embajada de Estados Unidos en Madrid se asegura que “es un interés posible” aunque muestran su extrañeza por el proyecto, dada la extensión que tendría cubrir el entramado -cerca de 3.000 kilómetros-, las particularidades del terreno y, fundamentalmente, porque “las zonas con más riesgo para la entrada de inmigrantes ilegales ya están cubiertas”.   Este confidencial además ha podido recabar además algunos datos curiosos de la tercera valla de Melilla que se levanta para detener la avalancha de inmigrantes. En primer lugar, se trata de un diseño exclusivo. Está diseñada y construida por la empresa Indra que, para la comprobación de su eficacia, ha recurrido a un grupo de escaladores profesionales. Los alpinistas han aportado todo tipo de recomendaciones sobre el proyecto y han emitido finalmente su visto bueno.   La “sirga tridimensional” tendrá un coste de veinte millones de euros y contará con sistemas de vigilancia de alta tecnología para dificultar el paso de inmigrantes. Además, está diseñada para que no lesionen a los inmigrantes que pretendan alcanzar territorio español de manera ilegal.   Esta tercera valla recorrerá los 9,9 kilómetros de perímetro desde Aguadú al dique sur melillense. El entramado de la valla de acero trenzado tendrá una longitud que rondará los 1.200 kilómetros y, por su configuración, la valla carece de la característica concertina de cuchillas que son sustituidas por unos flejes de acero que impiden que se pueda apoyar escaleras, como las empleadas por los inmigrantes en los intentos de entrada ilegal. Su inclinación hacia territorio marroquí es de diez grados.   Si el inmigrante consiguiera superar este primer obstáculo, se enfrentaría al cableado de acero que se tensa con el peso del cuerpo para lograr su inmovilización. El sistema no lesivo incorpora también un sistema de agua a presión con pimienta para dificultar la visibilidad en la entrada y facilitar así la detención policial.   La “sirga tridimensional” se construye por decisión del Gobierno después de las entradas masivas de inmigrantes subsaharianos que se produjeron durante el otoño del pasado año.

 

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