Javier Fumero

Eran las cuatro sucesoras de Zapatero

Todo va muy rápido, a un ritmo vertiginoso. Apenas hay tiempo para reflexionar. Y es una lástima: nos perdemos muchas cosas. Lo digo hoy por algo concreto.

Acabo de repasar unas notas que tomé hace cinco años tras hablar con una persona muy cercana al ex presidente Zapatero. Qué impresión más grande me ha producido leerlas después de lo que ha pasado en este intervalo de tiempo.

Se trata de una fuente informativa muy cercana al ex presidente. Hablaba frecuentemente con él por aquel entonces. Formaba parte de ese círculo de personas que utilizaba el político leonés para –saltándose a sus asesores oficiales de Moncloa- contrastar decisiones que iba a tomar, medidas que había anunciado o intervenciones públicas que debía acometer. Era un hombre de su total confianza, por tanto.

Aquel informante me explicó en su día, según tengo anotado aquí, una idea clara que tenía el presidente Zapatero. Cargaba sobre sus hombros una grave responsabilidad: lograr una sucesión ordenada, natural y no traumática en el PSOE.

Su deseo era aplicar un plan, que dejó –por cierto- algún herido por el camino: pretendía evitar que una generación impidiera el paso a otra posterior. A juicio de ZP, este error había sido cometido por el PSOE y también por el PP. Con el lógico coste político para ambos partidos.

Su intención era que los futuros líderes socialistas se formarán en el ejercicio de altas responsabilidades. En algunos casos, tutelados incluso por los más veteranos del consejo de ministros. Y a ello se puso.

Eso fue lo que provocó –me explicó mi fuente- el nombramiento de cuatro mujeres para su Ejecutivo. Cuatro mujeres que fueron elegidas entonces por Zapatero para protagonizar este relevo de futuro.

¿Quiénes eran? La ex ministra de Defensa, Carme Chacón; la de Igualdad, Bibiana Aído; y la de Vivienda, Beatriz Corredor. A estas tres había que sumar, además, a Leire Pajín, que fue secretaria de Organización del PSOE con mando en plaza por decisión expresa de ZP.

En esas cuatro mujeres pensó Zapatero para lograr una sucesión ordenada en el PSOE, cuando él ya no estuviera. Basta echar un vistazo al partido para constatar que no fue una buena idea.

 

¿Se equivocó Zapatero al exponerlas demasiado pronto? ¿Fue un problema de precipitación? ¿Las achicharró anticipadamente? ¿Es que ellas no valían? ¿Eligió personas sin la suficiente competencia y talento?

No lo sé. Lo que nadie podrá rebatir es que el plan ha sido un rotundo fracaso.

Más en twitter: @javierfumero

Comentarios