La investidura empieza a hacerse cansina

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.

Se cumplen ya tres meses de las elecciones generales. Un trimestre virtualmente “perdido”, con un Gobierno en funciones centrado únicamente en garantizarse los votos que le permitan mantener la Moncloa, y una oposición expectante cuya única alternativa es ir paseándose por España mientras espera que los independentistas dejen colgado a última hora a Pedro Sánchez.

Durante este tiempo, el debate sobre la amnistía ha sido constante, repetitivo, machacón. Incluso mientras Feijóo intentaba su propia investidura, el tema en la mente de los españoles seguía siendo el mismo. Y, como ocurre con casi todo, cuando algo se prolonga mucho en el tiempo, empieza a hacerse pesado.

El problema no es ya si la amnistía cabe en la legislación española o no, pues eso solamente podrá definirlo el Tribunal Constitucional. El problema real es la falta de alternativas si después de toda esta espera la investidura no sale adelante. Para que Sánchez sea presidente tiene que ceder a la petición de la amnistía y probablemente llegar a algún acuerdo similar a la celebración de un referéndum “legal”. Si no lo hace, iremos a elecciones de nuevo. Y lo peor es que nadie nos asegura que esta situación no se vuelva a repetir.

Pero es que incluso en el caso de que llegue a su anhelado acuerdo con Junts, Sánchez todavía tendrá que concretar las peticiones de ERC, PNV y Bildu. Y al mismo tiempo tratar de asegurarse que Sumar no vuelva a hacerle un cambio de guión inesperado. Muchos frentes con partidos que no parecen demasiado de fiar.

Decía Lucia Méndez en el diario El Mundo que “el malabarista presidente en funciones es capaz de mantener hasta cinco pelotas en el aire”. Yo añadiría que pocos trileros juegan con cinco cubiletes en vez de tres. Y en este caso, con Sánchez nadie sabe cuántas bolitas esconde debajo. Ni siquiera él.

Quedan cuatro semanas -largas y pesadas- para que al líder socialista se le acabe el tiempo. ¿Conseguirá su objetivo? Por supuesto que sí. Sánchez concederá lo que sea, cualquier cosa, para mantenerse en el poder. Otro tema es lo que dure después, porque cuando las peticiones vayan escalando, cada vez serán más difíciles de satisfacer. Y es de esperar que este desgaste lo acabará pagando en algún momento… pero, hasta entonces, lo pagamos todos los españoles.

Miguel Ángel Rodríguez Caveda es periodista, ganador de tres premios Emmy y presidente de la consultora internacional de comunicación 3AW.

 
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