Contra el cierre de los centros de día por el coronavirus
Hace ya meses que sufrimos el azote de ésta pandemia. Como esposa de usuario que ha sufrido un ictus y acude a un Centro de Día, quiero expresar mi disconformidad con el cierre de los mismos por supuesta precaución sanitaria.
En la familia hemos podido observar y padecer su progresivo deterioro físico y psicológico, después de años de duro esfuerzo, todo ello por la falta de su rutina diaria de actividades, rehabilitación y sociabilización durante éstos últimos meses. Puedo llevar a mi esposo al cine, al teatro, a un restaurante..., yo puedo ir al gimnasio, las escuelas abrirán, aún con un nivel de contagio muy superior al 75%.
Pero el Centro de Día permanece cerrado. Siendo los centros de día como éste, un servicio esencial y de primerísima necesidad, es absolutamente necesario que se abran ya, y que se haga una valoración y seguimiento particular de cada uno, atendiendo a sus características. Tenemos 2 hijas, de 18 y 20 años, las dos con discapacidad, ¿pueden imaginarse cual es el nivel de sobrecarga emocional, física y psicológica que tenemos en casa, viendo cómo el papá, que podría estar caminando, volver a hablar y mejorar su calidad de vida, ahora quizás deba quedarse en una silla de ruedas, mudo, ausente y deprimido?
Quizás no muramos de Covid, o sí..., pero seguro que ellos morirán de abandono y deterioro.
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