El periodista español detenido en Polonia por espionaje echa de menos la visita del cónsul

El periodista Pablo González.

Han pasado seis meses desde que el periodista Pablo González fue detenido en la frontera de Polonia acusado de espionaje por la Agencia de Seguridad interna del país. En el momento de su arresto, portaba dos pasaportes: uno ruso y otro español.

Durante todos estos meses, ha permanecido aislado sin que ni su familia ni su abogado español, Gonzalo Boye, hayan podido visitarlo o hablar con él. Según relató su letrado a este digital el pasado mes de abril, el trato que estaba recibiendo era “inhumano”.

“Cualquier persona, sea culpable o no, tiene derechos, su situación viola la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea”, destacó su abogado.

En todos estos meses, el periodista sólo ha mantenido contacto con su abogado polaco, Bartosz Rogala, y con el cónsul español, que se ha encargado de visitarle una vez al mes desde su detención. Pero durante el pasado mes de agosto, el cónsul ha faltado a su cita mensual con el periodista detenido.

A pesar de esta falta, según han explicado fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores al Chivato, “no se han olvidado de él”. Han asegurado que en septiembre volverán a seguir prestándole asistencia como llevaban haciendo hasta ahora. Y aunque no han podido concretar los motivos por los cuales se ha producido esa ausencia en agosto, consideran que quizá, la prisión polaca haya cambiado su protocolo de visitas durante este mes de verano.

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Por otro lado, según las declaraciones que recoge Eitb.eus, su mujer, Oihana Goiriena, ha pedido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que interceda para que el detenido pueda tener una defensa y un juicio justo, además de que se respeten sus derechos.