José Montilla, senador y ex presidente de Cataluña

“La reforma constitucional es la única vía para devolver la serenidad al debate territorial español y catalán. El conflicto o el inmovilismo sólo llevan al desastre”

José Montilla es senador y ex presidente de Cataluña. Y ex ministro. Y ex presidente de la Diputación de Barcelona. Y ex alcalde de Cornellá. En el fondo, un gurú del culebrón catalán y un antídoto de experiencia contra la política nacional, autonómica y local a corto plazo

Montilla es senador y cree que este Senado tiene poco futuro, como el PSOE, Ciudadanos y Podemos.

José Montilla ha sido el botones que llegó a la cima. El sueño catalán no separatista. Alcalde de Cornellá. Presidente de la Diputación de Barcelona. Ministro de Industria de ZP. Presidente de la Generalitat con el tripartito de Carod. Ser padre de trillizos le ayudó a gestionar aquella experiencia. Hoy es senador contra este Senado. Cree que con Rajoy y Mas las aguas catalanas nunca encontrarán su cauce. Es más: considera que los dos deben quedar con el culo al aire estas Navidades, y propone un caganer conjunto. Al alimón. Un dos en uno sin precedentes. Está operativo, y preocupado, porque él ansía "un país plural" en el que vivir con paz, pero el nuevo Parlament quiere guerra…

José Montilla lee en estos momentos De Escocia a Cataluña: referéndum y reforma constitucional, de Joaquín Tornos, y No hay lugar seguro, de Tana French. Con esto está ya casi todo dicho. Un ensayo y una novela. Pero ante el tinglado catalán, Montilla no sólo lee, también habla. Y claro.

José Montilla tiene 60 años. Es de Iznájar (Córdoba), aunque su pueblo y su equipo están en Cornellá. Por eso, yo pregunto con "ñ" y el responde con "ny". Riquezas de nuestras lenguas.

Es un hombre tranquilo, discreto, casi tímido, que ha ido ascendiendo en su posición política hasta ser el Presidente de la Generalitat después del Estatut. Hoy está en el Senado, la Cámara Alta en sus horas más bajas…

Amable. Sus asesores más cercanos cuentan que su trato personal es "suave", amontillado, pero que detrás hay "determinación y autoridad". Yo noto, más bien, un molthonorable cercano y dialogante. Al menos responde a todas mis preguntas, que son más de 50…

A Montilla, me soplan, le gusta Wagner. Suena Wagner en Cataluña. Justo en la mañana en que Pedro Sánchez se reúne con Felipe González, Joaquín Almunia y José Luis Rodríguez Zapatero para examinar la historia clínica de esta Cataluña en la coctelera, uno de los socialistas con más conocimiento de causa abre la boca, azuza el gesto de peligro, pero no levanta la voz. O sí. Sin gritar.

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Amante del montañismo, andamos por las trochas políticas de su Wikipedia: Cataluña hoy. España, hace 9 años.

La Cataluña de Mas, y la Cataluña de menos. La Cataluña real, y la del trending topic. La vida y el reality.

Montilla. Como los vinos del Genil, fino y oloroso. A veces, incluso Pedro Ximénez. Prueben este caldo generoso, con las precauciones recomendadas por la OMS… Se entiende.

¿Cómo ve usted el percal catalán, en directo, y con la visión de quien ha estado en la cumbre?

Complejo, grave, e insuficientemente comprendido en el conjunto de España... Corremos muchos riesgos. Demasiados. Hay demasiada pasión en juego y poca voluntad de acuerdo.

¿Cuál es su diagnóstico?

Mire, yo estoy muy preocupado por la situación. Los problemas que han emergido desde la equivocada sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 son, en buena parte, reales. Pero exagerarlos no ayuda a encontrar soluciones. Estoy convencido de que esto tiene solución. Podemos encontrar un acomodo a las aspiraciones –legítimas- de Catalunya. Sin embargo, el camino de la confrontación y la ruptura al que nos llevan, contribuye a dificultar las cosas.

¿Y su receta?

No veo otra vía que la del diálogo para identificar los problemas, la negociación y el pacto. Creo que el pacto pasa necesariamente por una reforma de la Constitución que resuelva la articulación territorial de España. Competencias mejor definidas y más respetadas, reconocimiento por parte de las instituciones del Estado del poder político de las comunidades autónomas (no sólo de su carácter administrativo), sistema de financiación justo que garantice –pero no penalice– la solidaridad de todos con todos, y fórmulas de participación en las decisiones a través, por ejemplo, de un Senado de corte federal.

La receta está escrita. Ahora faltan los interlocutores adecuados. Desde luego no considero al presidente Rajoy ni al presidente Mas artífices para encontrar la solución.

¿Qué debería haber dicho el Tribunal Constitucional en 2010, en su opinión?

Aquel Tribunal Constitucional era un órgano más político que jurisdiccional, no nos engañemos. Hablamos de aquél órgano que declaró inconstitucionales algunos artículos del Estatut que hoy están vigentes en otros estatutos autonómicos. Era un tribunal deslegitimado moral y políticamente, lleno de mandatos caducados, utilizado por la cruzada del PP para erosionar y confrontar. Aquello fue gasolina en el incendio que vemos ahora, un incendio en el que el Tribunal Constitucional y el PP tienen una responsabilidad enorme.

¿Ve a Mas de presidente?

La cuestión no es si puede ser o no investido como president. Yo no descarto que a última hora obtenga los votos necesarios para una elección por mayoría simple. La cuestión es si puede gobernar. O si quiere realmente gobernar...

¿Qué es Junts pel si de verdad?

Pregunta difícil… Es una buena coalición para ganar las elecciones del 27S y una mayoría imposible para gobernar. Las contradicciones programáticas entre sus distintos socios son tan enormes que más bien llevan a la parálisis de una eventual acción de gobierno. Sin embargo, ha sido un buen ardid para evitar el descalabro del partido de Artur Mas.

¿Cuántas irresponsabilidades políticas aguanta Cataluña?

El ambiente de exaltación que hoy monopoliza la vida política de Catalunya lo aguanta todo. Al menos, de momento… La irresponsabilidad acumulada por unos y otros terminará pasando factura. Estoy seguro. Ahora lo más responsable es trabajar para buscar soluciones, no para encrespar aún más los ánimos.

¿Cómo vive este espectáculo la Cataluña que no puede pagar a las farmacias?

Como la prueba del nueve de la incompetencia. Andar todo el día con proclamas patrióticas no ayuda a resolver los problemas. Y, por supuesto, como una demostración de que el sistema de financiación de las comunidades autónomas que debía revisarse en 2014 no funciona adecuadamente.

¿Usted cree que algún actor del culebrón catalán debe ir a la cárcel por jugar con fuego?

En un estado de derecho las leyes se han de respetar. Es la base de la democracia. Y todos somos iguales ante la ley. Sí, ya sé que suena a tópico, pero es que es así. Ahora bien, dicho esto, los problemas políticos deben ser resueltos mediante la política.

¿Rajoy está a la altura?

No. Ni lo estuvo, ni lo ha estado, ni lo está.

¿Cómo es su Cataluña ideal?

Un país plural donde la gente puede vivir de su trabajo, en libertad, respetándose, y viviendo la vida razonablemente bien. Parece poca cosa, ¿no?

Y en el terreno más político, deseo que Catalunya recupere su papel de liderazgo económico, cultural y político en España, y en Europa.


Si la Cataluña de después del 27S fuera…

¿Una película?

Lo que el viento se llevó.

            ¿Un libro?

Le propongo una reflexión sobre las sociedades europeas en el siglo XX que no deberíamos olvidar: el libro de Stefan Sweig titulado El Mundo de ayer.

            ¿Una canción?

Algo relajado, que invite a la reflexión y al sosiego. No sé, quizás alguna pieza de Samuel Barber… Y si quiere una canción emblemática, le sugiero Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat.

¿Qué significa que es “consciente de la necesidad de una respuesta valiente, sincera y generosa por parte de las fuerzas políticas del conjunto de España” ante el debate catalán?

Que el problema catalán no es solamente catalán. Que no vale ni negar los problemas, ni creer que se resuelven simplemente por la vía jurídica. Que los problemas políticos deben resolverse con la política, como decía. Que los partidos políticos han de trabajar para acordar soluciones, pensando no en el interés cortoplacista de cada opción política, sino en el conjunto. Y, sobre todo, que si no se produce esa respuesta, las cosas pueden empeorar. Y mucho.

¿Iceta ha puesto al PSC en el lugar del debate que le corresponde a su partido?

A mi juicio, sí. A pesar de todas las dificultades. Hoy se percibe con mayor nitidez el doble compromiso del PSC: a favor del autogobierno de Catalunya y a favor de la democracia, que no se puede defender atacando el estado de derecho.

¿Qué aporta el PP en Cataluña?

El PP representa una opción tan legítima en Catalunya como cualquier otra, pero considero que no ha ejercido el papel que le correspondía. No ha sido capaz de contribuir a una respuesta más inteligente por parte del Gobierno de España, lamentablemente.

¿Ciudadanos crece en el momento político más oportuno?

Crece por el momento político y porque ha sabido aprovecharlo. Sin embargo, considero que sus propuestas son aún demasiado borrosas y contradictorias. Es difícil opinar sobre una formación política sin experiencia de gobierno. El papel lo aguanta todo. O casi todo.

Si Ciudadanos es la segunda fuerza política en España, como dice ya alguna encuesta, ¿qué puede suponer ese peso de Rivera en el Congreso de los Diputados para Cataluña?

No lo sé. Si lo dice por las encuestas, está todo tan confuso que es mejor opinar después de los resultados. Yo, por lo pronto, no creo que sean segunda fuerza. En cualquier caso, tras las elecciones del 20D el tema de Catalunya tendrá que ser abordado con valentía y generosidad por parte de todo el mundo. En Madrid y en Barcelona.

¿Cómo ve el PSOE que diseña Pedro Sánchez?

Bien, la verdad. Están trabajando en las propuestas económicas y fiscales, en los temas laborales, en la reforma del modelo de Estado… Creo que el PSOE está preparándose para gobernar España y que lo puede hacer bien.

¿Le parece oportuna la reforma de la Constitución que propone el PSOE?

Ha avanzado mucho en la propuesta de modelo federal. Viendo la declaración de Santillana y la de Granada, y comparándolas,  es muy evidente. Mire, lo quiero decir con mucha contundencia: Lo mejor que nos puede ocurrir a todos, para devolver la serenidad al debate territorial español y catalán, es que la vía de la reforma constitucional se abra camino. Algunos hablan de tercera vía. Yo le digo que es la única vía. El conflicto o el inmovilismo solamente nos llevan al desastre. Parece que no aprendemos de nuestra propia historia: las Constituciones que no se reforman, que no se adaptan a la evolución de los tiempos, acaban arrumbadas. La historia de España es un ejemplo.

Podemos, Ciudadanos y PSOE han convertido la Cámara Alta en arma electoral. ¿Usted le ve futuro a este Senado?

El recurso al eslogan es demasiado fácil. Algunos acaban de descubrir la pólvora. ¡Claro que este Senado no tiene futuro! Precisamente en la propuesta de reforma constitucional proponemos una cámara territorial, como existe en estados de carácter federal. La reforma del Senado, y más concretamente, la existencia de instituciones que permitan la cooperación territorial y la participación de las comunidades autónomas en la definición de las políticas estatales, es una de las piezas esenciales de la reforma.

Si leemos los nombres de los senadores de España nos encontramos con ex ministros, ex presidentes autonómicos… ¿El Senado es la última parada?

O no… En todo caso, no deberíamos menospreciar la acumulación de experiencia. De todos modos, el problema del Senado no es ese. El problema del Senado son sus funciones, como decía.

En cualquier caso: ¿Mejor terminar en el Senado que acabar en la mesa de mando de una empresa del Íbex?

No lo sé. Yo no me he planteado esa opción.

Hablemos de Jordi Pujol o la caída estrepitosa de un Molt Honorable. ¿Qué dice su crónica de los hechos?

Que es una lástima. Que no contribuye a ennoblecer el ejercicio de la política. Mire, deseo que la tramitación judicial sea lo más rápida posible, que se depuren las responsabilidades y que si se demuestra que éstas existieron, se pidan disculpas por los graves daños ocasionados.

¿Cómo interpreta usted la consulta del 9-N?

Los independentistas quisieron contabilizarse. Construyeron un buen ejercicio de movilización, sin duda. Pero, ¿para qué ha servido? Unos meses más tarde, aún con la victoria electoral, ni ganan el supuesto plebiscito ni obtienen una mayoría suficiente para gobernar. Han sido muy eficaces en la agitación, no hay duda, pero ¿cuánto tiempo más podemos seguir instalados en la agitación? ¿Quién gobierna Catalunya?

¿Cree que el PP ha utilizado las instituciones judiciales para acorralar a los nacionalistas?

El PP, y en particular el Gobierno, ha sido incapaz de entender lo que ocurría y de buscar una solución. Con su pasividad y con una visión equivocada del papel de las comunidades autónomas en  España, el PP y el Gobierno han agravado irresponsablemente la situación.

¿La separación de poderes se intuye con todo el tema del proceso catalán?

No me gusta jugar con esto: yo creo en la independencia del poder judicial. Otra cosa es que alguna decisión del Gobierno pretenda limitarla o condicionarla. Pero al final, los jueces deciden. Dejemos que hagan su trabajo.

¿Quién merece ser el caganer revelación en estas Navidades?

¡Lo dice como si fuera un castigo! Le aseguro que ser el caganer es un honor, si lo tomamos como lo que debe ser: una muestra de sentido del humor.

Lo pregunto de otra forma: ¿Quién cree usted que se merece quedar con el culo al aire estas Navidades?

Los dos presidentes: Rajoy y Mas.

¿En un caganer conjunto?

Sí.

¿Qué queda de esa Cataluña reciente de espionajes y desconfianzas políticas en casi todos los partidos?

No creo que en Catalunya pase ni más ni menos que en cualquier otra parte… Las malas artes, en política o en cualquier otra actividad, embrutecen y desprestigian. El debate político es bueno, y la controversia, incluso la discusión apasionada. Pero hay unos límites. Para todos.

Dice Pablo Iglesias que todo el discurso sobre Cataluña está estirado y que hay sobreactuación…

Sí, sí, claro. Hay mucha sobreactuación. A menudo creo que esa dramatización busca una respuesta del contrario que permita subir un poco más el diapasón. Así inmovilismo y ruptura se alimentan mutuamente. Pero déjeme decir que el líder de Podemos no es precisamente una voz sosegada.

¿A usted qué le parece Podemos?

Que se mueve en el mundo de los eslóganes y el populismo. Podemos representa un toque de atención. Denuncia defectos que son, en parte, reales. Expresa un sentimiento de indignación por la falta de escrúpulos de los que utilizan la política para enriquecerse, una indignación que comparto, por cierto. Lo que ocurre es que con la indignación no basta. Con describir los problemas, no basta. Y la izquierda, o es transformadora y reformista, o no sirve más que para enarbolar banderas.

¿Qué banderas?

Las moradas de Podemos y las tradicionalmente conocidas como comunistas…

¿Cuál es su pronóstico para las elecciones generales?

Le confieso que no me resulta fácil. Las encuestas que vamos conociendo son muy contradictorias, porque los modelos demoscópicos fallan ante la novedad de la eclosión de Ciudadanos y de Podemos. Sin embargo, creo que Pedro Sánchez podrá formar gobierno y confío en ello. Insisto: lo necesitamos para enderezar el tema territorial y para introducir cambios en la política económica, entre otras cosas.

¿Ve usted algo positivo en la política económica del Gobierno de Rajoy?

Un Gobierno ni hace todo mal, ni todo bien. He de reconocer que el PP ha hecho muchas propuestas en estas materias, cosa que no ha hecho en absoluto con los temas territoriales. Desde el Senado he conocido muy de cerca esas propuestas. Con bastantes hemos sido críticos, y quizás la reforma financiera ha sido la más oportuna y necesaria.

¿Comulga usted con su reforma laboral?

No. Creo que son necesarias las reformas, pero sin imponer un mercado de trabajo dual como el que tenemos ahora, donde avanza la precarización total. La competitividad no puede basarse exclusivamente en los salarios bajos.

Después de Rajoy, ¿cómo valora usted la presidencia de Zapatero?

Rodríguez Zapatero cometió errores, sin duda. Son conocidos, no hace falta que yo los reitere. Pero la presidencia de Rajoy ha sido muy, muy negativa. Yo hago un balance positivo de la presidencia de Zapatero. Sin ningún complejo.

Me interesa que un ministro de su equipo me señales esos errores. Por aprender…

Quizás el error prioritario fue que tardó mucho tiempo en darse cuenta de la profundidad de la crisis económica. Le pudo su optimismo vital.


9 años después de dejar aquel Gobierno, ¿cómo describiría, en pocas palabras, a sus colegas de Ejecutivo?

            María Teresa Fernández de la Vega:

Una trabajadora incansable

Pedro Solbes:

Un hombre sensato, solvente y riguroso.

            Miguel Ángel Moratinos:

Un gran conocedor del mundo árabe.

            Juan Fernando López Aguilar:

Un brillante parlamentario.

            José Bono:

Un peso pesado con habilidad para estar en todas las salsas.

            José Antonio Alonso:

Buen jurista, excelente persona.

            Magdalena Álvarez:

Una persona trabajadora.

            Jesús Caldera:

Una persona experimentada y fiel al proyecto.

            Elena Espinosa:

Amable y buena compañera.

            Elena Salgado:

Una mujer muy trabajadora… y muy tozuda…

            Carmen Calvo:

Simpática, preparada, trabajadora.

            Cristina Narbona:

Honesta, solvente, eficaz.

            María Antonia Trujillo:

Que hizo lo que pudo o supo en un ministerio con escasas competencias.

¿Hay algún ministro/a socialista que fuera un error?

Pues no lo sé, pero creo que no soy quién para juzgarlo. Los socialistas hemos gobernado España bastantes años, y me parece que el balance global no es negativo. Y a ese buen balance han contribuido todos ellos, en mayor o menor medida.

¿Es del Barça?

No soy un gran aficionado al fútbol. Sólo tengo el carné del equipo de mi pueblo, el Cornellá, que ahora está en Segunda B.

¿El PSOE utiliza bien a sus socialistas experimentados, o la tendencia a buscar rostros jóvenes manda al desván a más de uno antes de tiempo?

Los partidos políticos deben renovarse permanentemente, claro, como toda organización. ¡Pero ya sabe eso de que la juventud es un mal que se cura con el tiempo! En el PSOE han cambiado muchas caras por un relevo que ha sido bastante natural, también en el PSC. No lo veo mal. Si acaso, lo que hemos de hacer es asegurar que la experiencia acumulada no se pierda.

¿Cómo lee un veterano el fichaje de Irene Lozano?

Pues yo no lo veo mal. Creo que un partido como el PSOE debe ampliar su contorno. Eso no significa que comparta sus puntos de vista. Un partido que de verdad quiere ser de gobierno ha de ser plural y amplio.

¿Usted es de escribir libros?

Pues no, la verdad. Publiqué hace un tiempo un libro de conversaciones sobre la política catalana (Clar i Català, en RBA), pero no he sido muy prolífico en este terreno. ¡En fin, no lo descarto!

Señor ex ministro de Industria: ¿Qué tuvo de bueno su canon digital?

Que abrió el debate y lo puso en la mesa del Consejo de Ministros con los datos y la experiencia que teníamos, nosotros y el resto de países de la Unión Europea. Me parece que hoy existe mayor conciencia sobre la necesidad de respetar los derechos de autor y de equilibrar ese respeto con las posibilidades que ofrece el mundo digital.

¿Qué queda de aquél caso que nos contó El Mundo sobre su participación en la OPA hostil de Gas Natural contra Endesa?

Que perdimos una buena oportunidad. Es difícil prever lo que hubiera ocurrido, pero el hecho cierto, entre otras cosas, es que hoy Endesa, bueno, lo que queda de ella,  no está bajo control de accionistas y operadores españoles…

A usted le tocó estar muy cerca de las estructuras de los medios de comunicación ¿Cuál es su experiencia sobre la responsabilidad ética y social del periodismo en España?

Aunque no lo parezca, es uno de los grandes temas que debería preocuparnos. No es fácil la adaptación de los grandes medios periodísticos al mundo abierto de las redes y de la globalización. Pero hemos de asegurarnos de que la competencia por la rapidez de la información y la espectacularidad del titular no choquen con la necesidad del rigor y la veracidad. Si el periodismo no es veraz, ¿para qué sirve?

¿Qué le gustaría decirle a Maragall antes de que se apague por completo?

Que le echamos a faltar. Que le deseo lo mejor.

Si la Academia de la Historia le pidiera un adjetivo para los siguientes personajes de su historia contemporánea, por dónde irían los tiros con:

            a) Durán i Lleida

            b) Carme Chacón

            c) Jorge Fernández Díaz

            d) Carod Rovira

La Academia de la Historia no me lo pedirá, y si lo hiciera le diría que la Historia necesita perspectiva. Y eso no lo podemos hacer desde el hoy.

Bueno, al menos, desde su experiencia personal, dígame algo de Carme Chacón. ¿Le ve con poderío para tener más protagonismo en el PSOE, o se le pasó su época?

Los tiempos dirán. Los resultados de esta convocatoria electoral tendrán mucho que decir sobre eso. Creo que su futuro político depende de ella y de las elecciones. De todas formas, la política tiene una gran capacidad de triturar a sus líderes…

¿Le gustaría volver a la primera plana política?

Yo no he dejado nunca la política. No estar en primera línea, ejercerla desde una cierta discreción, no es abandonar la acción política. Uno ha de saber estar donde le corresponde y desde el lugar en que más útil pueda ser. ¿Para qué? Para echar una mano, para contribuir, modestamente, al desarrollo de un proyecto político en el que creo.

¿Cómo resucitaría usted el noble arte de la política?

Ejerciendo. La política se ennoblece haciendo política. Claro, echando a los que quieren aprovecharse de la política para su prestigio o su fortuna personal. Pero eso no basta. Es urgente recuperar para la política el ejercicio del diálogo, de la negociación y del pacto. Ésa es la cuestión.

¿Hay algo de su pasado político que le pese en la conciencia?

No. Y lo digo con franqueza, pero sin ninguna ostentación. Seguro que he cometido errores, muchos. Pero, afortunadamente, no tengo de qué arrepentirme.

¿Rajoy está perdiendo el tiempo para sentar a Mas en Moncloa y resetear este mes largo?

Rajoy ha perdido el tiempo y la iniciativa. Ha dejado que un problema grave se convierta en gravísimo. Tengo la sospecha de que ha querido beneficiarse electoralmente, lo cual es una enorme irresponsabilidad.

REBOBINANDO

En el embrollo poético, políticamente intenso, socialmente cansino, pretendidamente oportunista, y enrevesadamente ideológico de la Cataluña de Mas, habla la experiencia calma del que vino después de Maragall, lidió con el tripartito, perdió las elecciones de 2010 con cierta alevosía, pero siguió trabajando, pensando, gestionando, y proponiendo por Cataluña y por España, con la serenidad que imponen los temas importantes que se disfrazan, con clamorosa bisoñez, de urgentes, irremediables, y ya, ahora, venga, rápido, pancarta, tomemos las instituciones, coaliciones trampa, políticas opacas, tres-por-cientos, ideales nobles prostituidos, abajo España, esto es un atraco.

Esta entrevista a Montilla sin preguntas políticamente ensordecidas es un ejemplo de lo interesante (por lo menos) que puede ser utilizar la experiencia ajena de los que nos han antecedido para serenar las improntas adolescentes y románticas con una buena dosis de realismo.

Podrán gustar más, e incluso podrán gustar menos, pero sus respuestas son fruto de la reflexión y de la experiencia, y no del claim político que toca pinchar en este momento.

No verán ustedes enredos raros ni conspiraciones complejas, a pesar de que Montilla es un fan de la novela policiaca. El ex president hace un análisis clínico, de sangre, y de orina. De la cara y de la cruz. En sus respuestas: la especificidad, la sensibilidad, el valor predictivo, la exactitud, la precisión y la validez de su juicio. ¿Subjetivos? ¡Claro! No habla un objeto.

Sin embargo, esta no es una entrevista de trabajo. A los 60, la política española suele enviar para archivo.

Pues hemos hablado con un señor que puede parecer que se prepara para entrar en el archivo, y nos ha dicho todo esto. Desnudo. Más que el primer Albert.