Preocupación en Moncloa: los abucheos a Pedro Sánchez se extienden a los ministros

Presidencia ha constatado que hasta los más valorados, como Margarita Robles, están recibiendo muestras de rechazo de los ciudadanos en los actos públicos

Los ministros, abandonando su última foto de familia
Los ministros, abandonando su última foto de familia

El descontento de los españoles con el Gobierno ya no se limita a Pedro Sánchez. El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, fue abucheado hace unos días en un acto de la Guardia Civil. Pero las alarmas han saltado en Moncloa tras comprobar que las muestras de rechazo comienzan a afectar a cada vez más miembros del Ejecutivo.

Los miembros de la Benemérita están indignados con las concesiones del Gobierno a Bildu, al trasladar a los más sanguinarios terroristas de ETA a las cárceles vascas, donde consiguen prácticamente la libertad. Es uno de los motivos de malestar que está detrás de los abucheos al ministro Marlaska.

Los abucheos a Pedro Sánchez

Pedro Sánchez atraviesa uno de sus peores momentos políticos, con un acusado desgaste de imagen y siendo castigado en las encuestas.

Más allá de los abucheos del público en el desfile del 12 de octubre -algo que Moncloa relativiza, porque asegura que les ocurre a todos los presidentes de izquierdas-, Sánchez ha sufrido más muestras de rechazo en los últimos meses, especialmente tras la vuelta del verano, con el recrudecimiento de la crisis económica por la guerra en Ucrania.

El pasado 3 de septiembre, el líder socialista celebró una asamblea abierta en Sevilla junto con el alcalde, Antonio Muñoz. La elección del acto no fue casual: se trata de la principal ciudad gobernada por el PSOE. Moncloa había escogido para su estreno incluso una comunidad de vecinos afín al PSOE.

Sin embargo, hubo sorpresa. Pese a que la organización del acto había seleccionado minuciosamente a las personas que podían formular preguntas a Sánchez, no pudieron evitar el abucheo que recibió el presidente a su llegada.

El 9 de septiembre se repitió el formato en Toledo, con su alcaldesa, Milagros Tolón. Pero allí, visto el fracaso cosechado en Sevilla, y las perspectivas de nuevos abucheos que comunicaron las autoridades socialistas locales, la organización suprimió el paseo por la ciudad y las preguntas que afiliados y militantes podían realizar a Pedro Sánchez. La orden de esa supresión llegó de Ferraz poco antes de iniciarse el acto.

Rechazo hasta a Margarita Robles

Según ha podido saber Confidencial Digital, por fuentes con acceso a La Moncloa, la inquietud en Presidencia ha aumentado considerablemente tras el desfile del día de la Fiesta Nacional. Y no por los abucheos a Sánchez, porque recuerdan que ya se habían registrado en años anteriores.

Revelan que altos cargos de Presidencia constataron el 12 de octubre otra protesta, que pasó desapercibida al ser eclipsada por los insultos y los pitos al presidente, pero que comenzó a inquietar, más si cabe, al equipo de Sánchez.

 

Comprobaron que incluso una de las ministras más valoradas, como es el caso de Margarita Robles, que hasta ahora escuchaba elogios en Madrid y en ámbitos de la derecha, comenzaba a recibir muestras de rechazo de los ciudadanos por la calle.

El desgaste de la cara del Gobierno

Un estado de ánimo y ambiente hostil en la calle que Moncloa ha constatado que se está extendiendo a otros miembros del Gobierno.

Y preocupa que otra de las “víctimas” es una de las últimas apuestas de Pedro Sánchez, una de las caras nuevas y con mayor visibilidad de su gabinete: la ministra portavoz, Isabel Rodríguez.

Rodríguez, que defiende ante los periodistas todos los martes las medidas del Gobierno después de cada Consejo de Ministros, empieza a ser reconocida por ello en la calle y a acusar el desgaste. Ese protagonismo se le vuelve en contra, por ejemplo, cuando ciudadanos indignados con la gestión de Sánchez la reconocen en actos públicos.

Hace unos meses, medio centenar de transportistas con sus familias la recibieron en la puerta del auditorio de Puertollano (Ciudad Real) -donde la ministra había sido alcaldesa-, al grito de “somos trabajadores”, mientras la policía impedía que se acercaran a la portavoz del Gobierno.

Protestas también contra Miquel Iceta

Otro de los miembros del Ejecutivo que Moncloa ha identificado como víctima de las muestras de rechazo de los ciudadanos en actos públicos ha sido el titular de Cultura, Miquel Iceta.

Fue recibido por un grupo de manifestantes en Bilbao, en el lugar de reunión de la Comisión Mixta de Transferencias, para protestar contra el acuerdo entre Gobierno y PNV, que cede la gestión de las prisiones al Ejecutivo vasco.

Cancelada la gira de Sánchez por España

Este escenario hostil, tal y cómo se contó en ECD, ha obligado a Moncloa a cancelar la gira de Pedro Sánchez por España que se había programado para “pisar la calle”.

Los dirigentes regionales y locales del PSOE han reclamado al equipo del presidente que se abstenga de viajar a sus territorios, porque, como tienen que acompañarle, no quieren recibir ellos abucheos de la gente.

Ante la cercanía de la campaña para las elecciones autonómicas, algunos barones como Emiliano García-Page, Guillermo Fernández Vara, Ximo Puig y Javier Lambán, han trasladado a Ferraz su petición de que Sánchez “tenga la mínima presencia posible” en sus territorios.

Evitar el voto de castigo al Gobierno

Los barones se han propuesto hacer la guerra por su cuenta, evitando al máximo la presencia del presidente y de los ministros en sus territorios, para ahorrarse los efectos adversos del malestar de los ciudadanos con la gestión del Gobierno.

Los dirigentes socialistas se disponen a librar su propia batalla, conscientes de que la situación nacional les va a penalizar. “La mayoría saben que ligar su supervivencia política a la figura de Pedro Sánchez es un suicidio. De ahí que, educadamente, le hayan dicho que se quede en la Moncloa”, revela un líder autonómico del PSOE.

Van a intentar zafarse de las consecuencias del abrazo de Sánchez a los independentistas mediante campañas basadas en su gestión regional y en una defensa a ultranza de la Constitución. Están planificando ya campañas con un enfoque muy personal, en las que, en general, tras el varapalo de las andaluzas, saben que se va a hablar mucho de España y no se van a ahorrar críticas a Bildu o a ERC.

Todos son conscientes de que las elecciones autonómicas estarán contaminadas por el debate político nacional y por la cercanía del presidente con los independentistas, de quien depende de nuevo en los próximos meses para poder aprobar los Presupuestos, incluyendo negociaciones polémicas como la rebaja del delito de sedición.

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