Marruecos invita a Yolanda Díaz a la cumbre con España y veta a Irene Montero y Alberto Garzón

Rabat salva a la vicepresidenta para negociar convenios laborales pero ha identificado a los otros dos ministros de Unidas Podemos como los más críticos con el giro de España sobre el Sáhara

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su reunión con el Rey Mohamed VI en Rabat.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su reunión con el Rey Mohamed VI en Rabat.

Yolanda Díaz será el único ministro de Unidas Podemos que Moncloa podrá incluir en la delegación española que, a comienzos del año que viene, viajará a Rabat para participar en una reunión de alto nivel con el Gobierno de Marruecos. Rabat ha vetado expresamente la presencia de Irene Montero y Alberto Garzón.

El pasado 7 de abril, España y Marruecos firmaron una declaración conjunta tras la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al rey Mohamed VI en Rabat. Aquel documento supuso la escenificación de una “nueva etapa” en las relaciones entre ambos países tras meses de crisis.

El Ejecutivo había decidido reconocer semanas antes la autonomía propuesta por el reino alauí para el Sáhara Occidental para desencallar el conflicto bilateral. Casi siete meses después, según las fuentes diplomáticas consultadas por ECD, los avances concretos son limitados y ya se sabe que no será en 2022 cuando se celebre la esperada cumbre bilateral.

Los continuos retrasos de la cumbre

El texto aprobado en Rabat deja claro que el objetivo de la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre España y Marruecos no se va a cumplir.

“La visita a Marruecos del Presidente del Gobierno español constituye una importante ocasión para consolidar esta hoja de ruta y definir las prioridades de la próxima Reunión de Alto Nivel (RAN), que deberá celebrarse antes de que finalice el presente año”, destacaba el texto conjunto.

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, declaró el pasado mes de septiembre en Nueva York tras reunirse con su homólogo marroquí, Naser Burita, la intención de que la cumbre se celebrase en noviembre. Pero semanas después, el ministro del país vecino aplazó la cumbre en el calendario. Será, según sus palabras, “a principios de 2023”.

Invita a Yolanda Díaz por convenios laborales

Hay que reconocer que Yolanda Díaz endureció sus críticas a Sánchez tras el giro de España sobre el Sáhara el pasado mes de marzo, pero dejó un espacio para resolver el problema: “Tengo una conversación pendiente con el presidente”, explicó mientras descartaba una ruptura del Ejecutivo.

En Rabat se quedaron entonces con la parte final del mensaje de la vicepresidenta, esto es, la idea de que no se romperá la coalición; y con que contribuyó a que la tensión fuera descendiendo con el paso de los días.

Por eso, ahora, Marruecos no ha puesto objeciones a que Yolanda Díaz participe en la cumbre con España, según ha podido confirmar Confidencial Digital por fuentes gubernamentales. Añaden que existe además interés por parte de las autoridades del país vecino en la firma de varios convenios laborales con el Ministerio de Trabajo que dirige la vicepresidenta.

 

Díaz no fue avisada de lo que venía y se enteró por el Gobierno de Marruecos, como casi todos. Y eso fue lo que le enfadó, más que el giro de España sobre el Sáhara como tal, aclaran en Moncloa. En realidad muy pocos en el Ejecutivo conocían con anterioridad a que se hiciera pública la gestión de José Manuel Albares y el propio Sánchez con Rabat.

Rabat veta a Irene Montero y Alberto Garzón

En cambio, según las fuentes consultadas por ECD, Rabat sí ha vetado expresamente la presencia de otros dos ministros de Unidas Podemos: la titular de Igualdad, Irene Montero, y el de Consumo, Alberto Garzón.

Han sido identificados por Marruecos como los miembros del Gobierno de Pedro Sánchez más volcados con la causa saharaui. Y Moncloa está dispuesta a cumplir esa orden para precisamente no incomodar al rey Mohamed VI.

Especialmente en el punto de mira se encuentra el líder de Izquierda Unida. Tan solo tres semanas después de que Sánchez sellara el acuerdo con Mohamed VI, Garzón se reunió con una “alta representación” del Frente Polisario para trasladarle su respaldo y rechazar la “nueva etapa” en las relaciones con Marruecos.

También se citó el pasado mes de abril con importantes representantes del Frente Polisario en el exterior, como Oubi Bachir, representante del Frente Polisario para Europa y la Unión Europea, y Abdulah Arabi, su delegado para España.

Incomodidad marroquí con Unidas Podemos

Precisamente una cumbre bilateral como la que se prepara para principios del próximo año, prevista entonces para diciembre de 2020, fue de alguna manera el comienzo de la crisis que ahora trata de superar el Gobierno de Sánchez. La versión oficial del aplazamiento fue la crisis del Covid.

Pero detrás se encontraba también, recuerdan fuentes diplomáticas, la incomodidad marroquí con algunas declaraciones de integrantes de Unidas Podemos en el Gobierno, como es el caso del exvicepresidente Pablo Iglesias. La cumbre se aplazó definitivamente tras conocerse la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. 

“Ni una provocación más a Marruecos”

Hay que recordar también que, tal y cómo contó ECD, la estrategia marcada por Moncloa y Exteriores para tratar de solucionar definitivamente la crisis pasa por “no incomodar a Rabat”.

El departamento que dirige José Manuel Albares recomendó suavizar la posición española sobre el Sáhara, muy diferente a la que defiende Unidas Podemos. Una estrategia que Moncloa busca que sea apoyada mínimamente por los ministros de la formación morada.

De hecho, ha venido trasladando unas instrucciones concretas a los representantes de Podemos para que eviten, en estos meses previos a la cumbre, reclamar un referéndum en el Sáhara, no propongan acoger a líderes del Frente Polisario, y no acusen a Rabat de “chantajear a España”. La advertencia es clara: “Ni una provocación más a Marruecos”.

El reportaje de la BBC sobre la valla de Melilla

El Gobierno ha optado así por extremar la cautela con Marruecos, y eso explica que el propio ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, esté evitando también cualquier crítica y repita con insistencia que “la colaboración es total”.

En los últimos días, el reportaje de la BBC sobre el asalto a la valla de Melilla, donde sobresalían los cadáveres de los migrantes y el trato aplicado por los gendarmes marroquíes, ha vuelto a comprometer la posición del Gobierno. La crudeza de lo visto obligó en su momento al Ejecutivo a “lamentar la pérdida de vidas humanas", pero entonces y ahora se ha evitado criticar la actuación de los agentes marroquíes.

Es más, desde La Moncloa reiteran que agradecen “la colaboración en la defensa de nuestras fronteras a las autoridades marroquíes”.

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