ETA se ha puesto a sí misma plazo de disolución: el anuncio de tregua general, que incluye no pedir el ‘impuesto revolucionario’, le dejará sin dinero en poco tiempo
¿Cuánto tiempo podrá aguantar ETA sin dinero? Es la pregunta que se formulan los responsables de la lucha antiterrorista, después de que la banda haya declarado su tregua permanente, general y verificable.
El concepto de tregua “general” incluye, en principio, la renuncia a una actividad terrorista como es la extorsión para conseguir el llamado ‘impuesto revolucionario’, que es la principal, y casi única, fuente de financiación de los etarras.
De hecho, según fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por El Confidencial Digital, desde el mes de noviembre ya se detectó que se habían dejado de enviar cartas de extorsión.
Aunque las cifras no se conocen con exactitud, algunos cálculos cifraban en más de 30 millones de euros al año el coste de mantenimiento de la infraestructura de ETA en “pleno rendimiento”.
La diferencia es que en estos momentos la banda asesina cuenta con un número mínimo de liberados y de comandos, con lo que el dinero que necesita para sostenerse es bastante menor. Con todo, si se corta la fuente de ingresos, ETA no podrá mantener mucho tiempo su infraestructura ilegal.
Se calcula que la ilegalización de Batasuna le costó a ETA más del 70% de sus ingresos, lo que le dejó seriamente tocada.
Precisamente esa evidencia de que la banda excluye el ‘impuesto revolucionario’ ha sido interpretada por los servicios policiales como síntoma de que está en proceso un próximo abandono definitivo de las armas.
