Javier Fumero

Ni media broma con las luces de Navidad

La Gran Vía de Madrid, con luces de Navidad.
La Gran Vía de Madrid, con luces de Navidad.

El Gobierno presentó este martes el Plan + Seguridad Energética, con el que pretende hacer frente a la crisis en el sector y garantizar el suministro de cara al invierno. El anuncio contempla la aplicación de 73 medidas entre las que se encuentran las ayudas a la instalación de paneles solares y una herramienta que compartirá en las facturas de los ciudadanos el consumo de sus vecinos para que puedan compararlo.

Todavía no se conoce el detalle de ese prontuario de exigencias y recomendaciones, pero lo advierto con tiempo: espero que no se politice este año el uso y disfrute de las luces de Navidad. Me refiero, efectivamente, a la instalación de bombillas y paneles decorativos iluminados con leds que sirven para dotar a las principales ciudades del país de ese tono festivo y agradable que tanto ayudan a vivir mejor las fiestas de diciembre.

La tentación, insisto, es ponerse estupendos con el ahorro energético, como ya sucedió en verano con el aire acondicionado. Si el presidente del Gobierno se quitó la corbata para lanzar un mensaje de austeridad, no quiero pensar en lo que sucederá este año con los adornos callejeros. Pero si algo ha demostrado este Gobierno es capacidad para sorprender a la ciudadanía. Imaginación no les falta.

Me consuela saber que el socialista Abel Caballero ya ha dejado caer que su cruzada por convertir Vigo en la ciudad más luminiscente del mundo no se toca. El pasado mes de agosto comenzó la instalación oficial de los once millones de luces led con las que adorna la ciudad gallega. Y ha advertido de que suprimir el encendido en esas fiestas por la crisis energética “sería un drama económico” para el comercio y la hostelería.

También ha dado cifras: el gasto que hace el Ayuntamiento de Vigo para este despliegue es de 60.000 euros frente al retorno económico que obtiene la ciudad. Su propuesta para rebajar el consumo es encender las luces una hora menos, con lo que calcula un ahorro del 14% que, dice, es más de lo que pide la Unión Europea. Insiste en que apagar las luces de Navidad mandaría un mal mensaje: “significaría que ganó Putin”. Como alternativa para ahorrar, sugiere que los municipios adopten una medida “baratísima y que se podría financiar con fondos europeos”, como es sustituir las bombillas tradicionales por leds.

Hagan nuestros gobernantes lo que vean conveniente. Pero todo, menos politizar también las fiestas de Navidad. Ni media broma con esto.

Más en twitter: @javierfumero

 
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